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EL MENSAJERO crítica: Papá pardillo

   

Papá pardillo

Dwayne Johnson deja las armas y ejerce de papá
infiltrado que no sabe hacer la “o” con un canuto

Por Ray Zeta

 

<Dwayne Johnson ha vuelto, de eso no cabe duda, porque aunque nunca se marchara realmente, sí que estuvo apartado una buena temporada del género de los tiros y mamporros. Cinco largos años dedicado a las comedietas ñoñas familiares cambiando pañales, trabajando de taxista canguro y ejerciendo de Ratoncito Pérez en títulos tan poco respetables como Papá por sorpresa, La montaña embrujada y Rompedientes, hasta que vio de nuevo la luz en forma de Magnum 44 y volvió a poner un pie en casa con Sed de venganza, para acabar de entrar completamente en ella por la puerta grande con Fast & Furious 5, G.I. Joe: La venganza y Fast & Furious 6. Damos gracias pues porque The Rock vuelve a disparar armas en vez de calentar biberones y a agujerear cuerpos a balazos en vez de pañales con imperdibles (que lo fiche Sylvester Stallone como mercenario es sólo cuestión de tiempo).

   La única pega en tan sonado retorno es que a la espera de seguir tan honorable camino encarnando a héroes insignes del fantástico como Hércules y Simbad (en Hércules y Arabian Nights respectivamente), además de repetir su personaje de entrañable agente Hobbs en la ya confirmada Fast & Furious 7, se le ha ocurrido hacer un alto en el camino como productor. Y en una película policíaca presuntamente de qualité, en la que impera más el drama humano que el thriller, reservándose para nuestra desgracia el papel protagonista de padre que hace un trato con el gobierno para salvar a su hijo de la cárcel colaborando como infiltrado en una operación de narcóticos. O sea, que La Roca no es aquí ni un agente de la DEA, ni un poli común, ni siquiera un tío duro; tan sólo un tipo mondo y lirondo dedicado a la construcción, que llega hasta donde haga falta echándole huevos como padre coraje.

 

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"Ya te decíamos que al menos debías ser un ex-poli metido a detective"

 

   Por eso no sabe nada de armas, de drogas ni de delincuentes, y por eso su protagonismo se revela como un miscasting como la copa de un pino. ¿Se lo imaginan yendo en plan pardillo a un barrio degradado donde se vende droga, y siendo apalizado por cuatro camellos negros que juntos no tienen ni media hostia? No, claro que no, un tipo que ha sido reconocido por el propio Arnold Schwarzanegger como su sucesor, que se las ha visto con Vin Diesel y Bruce Willis, y que en El tesoro del Amazonas él solito se pasa por la piedra a guantazos a todo un equipo de fútbol americano, cuatro negratas fumados no le supondrían más trabajo que el de quitarse una legaña a primera hora de la mañana. En cambio aquí como va de papá inexperto le dan de hostias hasta en el carnet de identidad, lo que a ojos del fan se hace tan poco creíble como Charlie Sheen interpretando al presidente de los Estados Unidos en Machete Kills (a no ser claro que sea en tono paródico como en este caso).

 

  "La Roca no es aquí ni un agente de la DEA, ni un poli común, ni siquiera un tío duro; tan sólo un tipo mondo y lirondo dedicado a la construcción"  

 

   Y es que no puede ser que La Roca nos gire tanto la tortilla, o al menos no de esta manera en un thriller policíaco. Bien que haga comedia familiar si quiere, y bien que se aparte de su registro habitual de hombre duro en pelis policiacas ligeras como hizo en Be Cool, Superagente 86 y Los otros dos, incluso como si quiere quedarse embarazado como Arnold Schwarzenegger en Junior, pero ir de pardillo en un thriller policiaco de tono serio… por aquí no pasamos. Porque él, como Clint Eastwood en El sargento de hierro, come alambre de espino y mea napalm, además de haber bebido más cerveza, haber meado más sangre, haber chafado más huevos y haber echado más polvos que todos nosotros juntos. Por eso no es de cajón que interprete un personaje que esté en las antípodas de este registro, por mucho que quiera producir y reservarse papeles dramáticos para crecer como actor.

 

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"Si alguien me conoce por haber salido en Sed de venganza, que disimule"

 

   Porque encima la película va de seria, basándose como les decía al principio más en los personajes y en el drama de la trama, que en los tiros y los mamporros, que hay bien pocos. Por eso la peli adolece de ritmo lento escaseando en lo que a acción se refiere, siendo sus actores el punto de mayor interés para su visionado. Susan Sarandon como abogada del gobierno, Barry Pepper como poli honesto a pesar de su imagen de yonki sudista (si lo ven en el tráiler, con esa barba de chivo y esos tattoos,  fijo que lo toman por el villano), y Benjamin Bratt como capo del cartel mejicano, sin olvidar a Jon Bernthal, amiguete nuestro de The Walking Dead, como ex-convicto aliado (ya ven que si lo que quería Johnson como productor era dar el pego con un reparto de nombres señalados tanto en roles protagonistas como secundarios, lo ha conseguido).

   Sólo pincha él. El personaje de hombre corriente que superado por las circunstancias debe empuñar un arma para evitar un mal mayor, proteger lo que es suyo, o tomarse la justicia por su mano en acto de venganza, es un referente que hemos visto infinidad de veces desde Perros de paja (con James Marsden y Dustin Hoffman antes que él) hasta Sentencia de muerte (con Kevin Bacon como padre a lo Taxi Driver). Uno de los secretos para que funcione la historia es precisamente eso, que el protagonista sea un hombre corriente, y Dwyane Johnson no lo es. No con esos músculos, ese historial y esa filmografía./>

 

 
INFORME VENUSVILLE
     
 
Sentencia Quaid:
Dos Caras Harvey
     
     
 

Recomendada por Kuato a: quien no le guste Dwayne Johnson. Que vean la peli tranquilos porque aquí no hace de Dwayne Johnson.

     
 

No recomendada por Kuato a: quien prefiera al Dwayne Johson que pelea cuerpo a cuerpo con Vin Diesel en Fast & Furious 5, como si fueran La Masa contra La Cosa.

     
  Ego-Tour de luxe por: la caracterización de despojo humano de Barry Pepper. Poli con esa pinta y esa honestidad debería fichar de inmediato por el equipo especial de Russell Crowe de American Gangster.
     
  Atmósfera turbínea por: cada vez que recuerdo la paliza que le dan a Johnson los cuatro camellos, debo ponerme la escena de El tesoro del Amazonas en la que se pule a todo un equipo de futbol americano sin despeinarse, para animarme.

 

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