13 horas: los soldados secretos de Bengasi

De Transformers y Decepticons a marines y yihadistas en 13 horas: Los soldados secretos...

■ ROBERT THORNHILL

Hay que reconocer que los yanquis son únicos sacando partido a todos los fregaos a los que su cultura belicista les lleva a meterse all around the world, siendo especialmente morbosas las historias donde les sale el tiro por la culata y son derrotados con ese orgullo que da morir por la patria del Jack Daniels y largarse al otro mundo envuelto en la colorida bandera de las barras y estrellas. Con películas como Platoon o Rambo hemos vivido y sufrido las calamitosas experiencias de los pobrecitos soldaditos americanos sufriendo las putaditas vietnamitas por esos bosques llenos de trampas y de charlies sedientos de sangre. Y qué decir de esos Pearl Harbor, Tora! Tora! Tora! o El final de la cuenta atrás, tres versiones diferentes de esa bajada de pantalones que les hicieron a esos inocentes jovenzuelos marines que disfrutaban de unas vacaciones pagadas en las costas de Hawaii tomando el sol y bebiendo caipirinhas.

Van pasando los años, incluso hemos cambiado de siglo, pero parece que los del chicle en la boca no aprenden y siguen obstinados en impartir justicia altruistamente allá donde se les necesite (¡o no!) enviando a sus fornidos mozatones armados hasta los dientes teniendo ahora su foco de acción en Oriente Medio; hemos cambiado los bosques vietnamitas por los desiertos árabes y los charlies por los moros, pero en el fondo el leitmotiv de estas pelis es el mismo: pasar un rato entretenido viendo cómo se van liquidando unos a otros.

"Puto Michael Bay, siempre con sus dichosos planos frontales a lo Armageddon"

Y si en este caldo de cultivo ponemos a un Michael Bay, patriota entre los patriotas, al que le gustan más los juguetes de guerra que a Pamela Anderson un consolador, y que venera las esbeltas figuras femeninas y los hercúleos cuerpos masculinos, uno ya se puede imaginar lo que puede ser esta 13 horas: Los soldados secretos de Bengasi: una auténtica orgía de tiros, explosiones, persecuciones, sangre y muertos, que hará las delicias de aquellos que flipan con los cachivaches militares de última generación y el cine testosterónico del director de La Roca. Está basada en un hecho real (como la divertidísima Dolor y dinero) y el meollo de la trama es la numantina resistencia y defensa del consulado de Estados Unidos en Bengasi el 11 de septiembre del 2012 por parte de unos sufridos agentes de la CIA que protegen su embajada con uñas y dientes ante el ataque de una horda de yihadistas con sed de venganza y caras de Sandokan.

"Una auténtica orgía de tiros, explosiones, persecuciones, sangre y muertos, que hará las delicias de aquellos que flipan con el cine testosterónico"

Quien haya visto alguna película del devoto fan de las esbeltas chiquillas de Victoria Secret, estará advertido de ante mano de que, pese a que la fachada de que tenemos a un concienzudo equipo con mentes privilegiadas de la CIA apoyado por un sucedáneo de Los mercenarios y con equipos conectados por vía satélite, aquí no vamos a ver nada parecido a la meticulosa La hora más oscura, o incluso a la metódica El francotirador de Clint Eastwood. Salvando las distancias podríamos ponerla al nivel de El único superviviente, por aquello de ser un grupo de soldados delicatesen enfrascados en una refriega donde los dejan vulgarmente tirados.

"Sólo que tengamos dos supervivientes nos follamos a Mark Wahlberg y su único ídem"

Aunque la verdad es que sustituyendo a los americanos por los Transformers y a los musulmanes por los Decepticons, la historia más o menos podría funcionar igual: en el fondo es darle cuerda a la trama para que no cesen los tiros ni un minuto imprimiendo un ritmo por momentos asfixiante con breves descansos para tomar aire volviendo locas a tus retinas que se las ven y se las desean para seguir ese trepidante juego de flashes, disparos y explosiones como si estuviéramos delante de una pantalla del portátil jugando al “Call of Duty”. Eso sí, pueden estar tranquilos por la profundidad del guion, porque te lo podrías cepillar tranquilamente en un apretón en el lavabo.

Y los que más van a disfrutar del espectáculo serán sin duda los suscriptores del club del rifle y aquellos que van a las pelis de James Bond para flipar con los últimos gadgets del agente 007, porque es apabullante la variedad de armas que se utilizan: fusiles de asalto, rifles, lanzagranadas, lentes tácticas de visión nocturna, ametralladoras, carabinas, y hasta un coche a prueba de bombas van desfilando por la pantalla dejando bien claro que las armas, los coches y las mujeres, conforman la Santísima Trinidad para Michael Bay, aunque esta vez de lo tercero se haya quedado corto. Puestos a ponerle un defecto, a ver si en la tierra del Kentucky, se dan cuenta de que no hace falta hacer las pelis tan largas: Los odiosos ocho, El renacido y ahora ésta, superan con creces las dos horas. Sólo con que se eliminaran esas videoconferencias ñoñas con las mujercitas de los barbudos patriotas hubiera sido suficiente.

INFORME VENUSVILLE

Venusentencia: Copas de yate

Recomendada por Kuato a: los que quieran ver la reversión 4.0 de 300, con los 6 marines americanos como espartanos y los musulmanes como el inacabable ejército persa.

No recomendada por Kuato a: los que no aguantaban los westerns de John Ford porque salían muchos tiros: aquí les dará un ataque epiléptico.

Ego-Tour de luxe por: esa escena magistral en que la cámara acompaña un lanzagranada desde su lanzamiento hasta alcanzar su objetivo: Showtime.

Atmósfera turbínea por: que aunque nuestros estómagos ya estén preparados a prueba de bombas, la escena del brazo colgando da grima y no era necesaria; que esto no es Salvar al soldado Ryan, jolín.

■ 13 HORAS: LOS SOLDADOS SECRETOS DE BENGASI. Estreno en Venusville: 26/02/2016