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AD ASTRA. HACIA LAS ESTRELLAS crítica: De los Neptuninos a los Andes

Brad Pitt busca por Neptuno a su padre Lee Jones como Marco buscaba a su madre, en Ad Astra

RAY ZETA

De tanto en tanto sale una película de ciencia ficción con vocación de ser la nueva 2001: Una odisea del espacio. Ciencia ficción sesuda, densa, lenta e introspectiva, que lejos de los tebeos de batallitas espaciales que son Star Wars o Star Trek, busca inventar la sopa de ajo intergaláctica o descubrir la piedra filosideral. Fue el caso de Moon, Solaris, Interstellar, Blade Runner 2049... y lo es también de Ad Astra. Ciencia ficción profunda, ambiciosa e incluso en algún momento pedante, en la que todo cuanto sale es trascendente. Hasta si el protagonista se tira un pedo en su periplo galáctico, reflexiona concienzudamente sobre el efecto que puede tener dicha ventosidad en su vida, en la relación con sus semejantes, y ya puestos, en la humanidad. Así de trascendental es Ad Astra.

Un viaje cósmico de resonancias mitológicas, en el que como en “El corazón de las tinieblas” / Apocalypse Now, Brad Pitt parte como astronauta en un viaje iniciático espacial, en busca de un hombre que, como el Coronel Kurtz / Marlon Brando, se ha erigido en dios en su particular reino, con la diferencia que en este caso se trata de su padre ausente (¿Telémaco partiendo en busca de su padre Odiseo? ¿O Marco en busca de su madre reciclada en padre?). Dicha historia le sirve a James Gray para plantear una serie de cuestiones que, como no podía ser de otra manera, son todas trascendentales, muy trascendentales, yendo desde las relaciones humanas hasta el sentido de nuestra propia existencia, ahí es ná, pasando por por qué no se ha inventado aún el condón reciclable.

 

AD ASTRA: ciencia ficción

"Yo como el Capitán América, el 80% de la peli a cara descubierta por contrato"

 

También para mostrar la inmensidad del espacio, su silencio y el vacío y la soledad que provoca, sobre todo si uno es un personaje tan depre, introspectivo, melancólico y carente de emociones como Brad Pitt (gran interpretación contenida, aunque haya copiado el gélido estilo practicado por Ryan Gosling en First Man), que debido al trauma galopante que arrastra desde el abandono de un padre que prefirió irse de copas con los amigotes por esos planetas de Dios antes que estar con su familia, es incapaz de sentir el más mínimo sentimiento ni siquiera viendo un vídeo de gatitos mimosines por YouTube. Personaje inerte, indolente y aséptico, acorde con el entorno que le rodea, simbolizando nuestra nimia existencia ante conceptos que están por encima de nosotros mismos.

"Ciencia ficción profunda, ambiciosa e incluso en algún momento pedante. Así de trascendental es Ad Astra"

Ad Astra es pues un viaje iniciático y un viaje de redención, muy bien filmado técnicamente, con mención cum laude en los apartados de fotografía, efectos visuales, sonido y efectos sonoros, que de buen seguro acapararán un buen puñado de nominaciones a los Oscars en estos apartados. James Gray filma elegantemente, y en las antípodas de cifis cañeros como Gravity, Marte o Life (Vida), que agarran al espectador por el pescuezo pegándole un meneo que no le permite dejar reposar el culo en la butaca, el director deja fluir la acción sin prisas de manera pausada, como el reposado viaje espacial de la nave que ya ha abandonado el cohete tras traspasar la órbita terrestre. Un viaje que a través de la lánguida mirada de Brad Pitt, se antoja aún más sosegado.

 

AD ASTRA: ciencia ficción

"¡Lástima del maldito 20% de peli restante!"

 

Por eso Ad Astra es una película de ritmo lento, y por eso James Gray consciente de ello, coloca intermitentemente personajes secundarios y set pieces de acción para que hagan más digerible el visionado. Personajes totalmente desaprovechados (la presencia de Liv Tyler es puramente testimonial, y a Donald Sutherland no se le da ni la mitad de los minutos de juego que requiere), y secuencias de acción que a excepción de la primera, una larga, emocionante y desasosegante escena de introducción, se antojan forzadas en su mayoría. Hasta llegar a un Tommy Lee Jones, que como era de esperar, le basta levantar una ceja para adueñarse de la función (de algo tenía que servirle su pasado de astronauta junto a Clint Eastwood en Space Cowboys, igual que a Donald Sutherland).

Deben ver Ad Astra pues, como una película de ciencia ficción seria, que utiliza el género de la ciencia ficción para ir más allá de la superficialidad de la historia que explica (el viaje espacial de un solo miembro en busca de un hombre) y plantear las cuestiones trascendentales antes citadas. No busquen en ella el ritmo frenético de Gravity, la marcheta de Marte o el gamberrismo de Life (Vida) o no durarán ni medio metraje. Tómensela como un ejercicio de reflexión, que como 2001, Solaris, Moon, La llegada o Interstellar, plantea preguntas sin respuesta acerca de los pilares fundamentales sobre los que el hombre ha construido su existencia. Ad Astra es ciencia ficción de la buena, pero ciencia ficción apta sólo para espectadores pacientes. Espectadores impacientes que revisen Galaxy Quest.

 

INFORME VENUSVILLE

Venusentencia: Copas de yate

INF VNV 4

Recomendada por Kuato a: quien aún se esté preguntando qué coño significa el monolito de 2001, una odisea del espacio.

No recomendada por Kuato a: quien espere ver a Brad Pitt fertilizando su propia mierda como Matt Damon en Marte.

Ego-Tour de luxe por: que Clint Eastwood pueda descubrir que dos de sus cowboys del espacio siguen en la brecha.

Atmósfera turbínea por: la escena del mono cabreado. Será que no pasó el casting de El origen del planeta de los simios...

 

AD ASTRA. HASTA LAS ESTRELLAS. "Ad Astra" (EUA, 2019). Dirección: James Gray. Guión: James Gray y Ethan Gross. Reparto: Brad Pitt, Tommy Lee Jones, Ruth Negga, Donald Sutherland, Jamie Kennedy, LisaGay Hamilton, John Ortiz, John Finn, Liv Tyler y Kimberly Elise. Estreno en Venusville: 20/09/2019.

 

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