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ASTÉRIX Y OBÉLIX: EL REINO MEDIO crítica: Tigre y “galón”

Adaptación de Astérix en Astérix y Obélix: El reino medio, con Guillaume Canet como líder galo

RAY ZETA

Por un instante, solo por un instante, creí que la industria cinematográfica francesa había aprendido la lección de sus errores pasados cometidos en las adaptaciones reales de Astérix, y que con la entrada de Guillaume Canet como director, la cosa iba a cambiar. No en vano, Canet se ha reservado interpretar al mismo Astérix y se ha rodeado de un reparto de lujo tirando de amiguetes y “parientes” cercanos, como su viejo compinche Gilles Lellouche (Obélix) y su esposa Marion Cotillard (Cleopatra), además de Vincent Cassel como Julio César. El instante duró hasta que se apagaron las luces de la sala y se inició la proyección. Un instante como un suspiro, como cantaba Fito con sus Fitipaldis, que duró lo mismo que la eternidad.

Tutatis, Belenos y Belisana debían estar una vez más mirando hacia otro lado silbando en vez de proteger a la nueva película, como ya ocurrió en los episodios de la saga asterixiana. Y es que a excepción de Astérix y Obélix: Misión Cleopatra (2002), la única adaptación de la que René Goscinny y Albert Uderzo se sentirían orgullosos, el resto (Astérix y Obélix contra César (1999), Astérix en los Juegos Olímpicos (2008) y Astérix y Obélix al servicio de su Majestad (2012)), son tan de vergüenza ajena, que se diría que son filmaciones caseras de actores amateurs en los escenarios de cartón piedra de Port Aventura, en vez de películas destinadas a erigirse como la culminación de la adaptación del cómic francés más popular de la Historia.

 

"Estate tranquilo, igual de mala era Astérix y Obélix contra César y aún hicieron tres más"

 

Exactamente igual que Astérix y Obélix: El reino medio. Y no porque esté mal hecha, que no lo está, sino porque sencillamente no tiene ni la más mínima puñetera gracia. Igual que ocurrió con la animada Astérix: El secreto de la poción mágica, los guionistas (entre los que Gillaume Canet consta como colaborador) han optado por escribir una historia original sin basarse en ninguna de las aventuras dibujadas existentes, y claro, ninguno de ellos es Goscinny. Ni siquiera medio Goscinny o la cuarta parte de Goscinny. Y por mucho que quieran ser respetuosos con el material de partida (que lo son), e incluyan los personajes y los elementos marca de la casa habituales, nunca conseguirán escribir una aventura de Astérix mejor que Goscinny.

Astérix y Obélix: El reino medio no está mal hecha, pero sencillamente no tiene ni la más mínima puñetera gracia”

¿Una princesa china que huye de su país tras un golpe de estado, y viaja hasta Francia para pedir ayuda a los galos? Esto parece más Shangai Kid. Del este al oeste que una aventura de Astérix (ya puestos, haber cogido a Jackie Chan para hacer de Astérix). La película tiene viajes, peleas, batallas, artes marciales a lo Tigre y dragón, y por tener, tiene hasta a Zlatan Ibrahimovic haciendo un héroe romano, que ríanse ustedes del Máximo Meridio de Gladiator, el Leónidas de 300 y el Ulises de Troya, y ni aún así hace ni pizca de gracia. ¿Ustedes lo entienden? Nosotros sí. Simplemente, como les ocurrió también a Claude Zidi, Thomas Langman y Laurent Tirard (a todos, en definitiva, a excepción de Alain Chabat), Guillaume Canet no ha sabido hacerla.

 

"Sobre todo no confundir Del este al oeste con Al este del oeste"

 

Por lo que su reparto de campanillas resulta más desaprovechado que John McClane en un retiro espiritual. Gilles Lellouche sale ganador recreando a Obélix al componer un personaje simplón a la vez que tierno, sin llegar al nivel del adulto con mentalidad de niño de cinco años que hizo Gerard Depardieu. Por el contrario, Guillaume Canet compone un Astérix totalmente desdibujado (nunca mejor dicho), al no atribuirle ninguna personalidad claramente definida. En cuanto a Vicent Cassel y Marion Cotillard como Julio César y Cleopatra, correctos ambos, aunque mejor el primero por disponer de más cuota de pantalla y más jugo narrativo (mientras uno conquista China, la otra ejerce de esposa despechada en apenas dos escenas, así que comparen).

Los mercaderes árabes disfrazados de galos, directamente cargantes, y los personajes chinos y el resto de los galos de la aldea, puramente testimoniales. Tampoco tienen gracia los anacronismos, siendo la parodia de Dirty Dancing el clavo que cierra definitivamente el ataúd de Astérix y Obélix: El reino medio. Una lástima y una nueva oportunidad fallida, pues, que demuestra lo difícil que es adaptar un tebeo conservando su forma y su espíritu, aunque sea posible. Astérix y Obélix: Operación Cleopatra es la prueba, como también las patrias La gran aventura de Mortadelo y Filemón, Anacleto: Agente secreto y Superlópez. La línea que separa el ridículo de la genialidad en una adaptación de tebeo es muy fina, pero como rezaba el eslogan de Barak Obama: ¡Sí se puede!

 

 INFORME VENUSVILLE

Venusentencia: Congelada en carbonita

INF VNV 2

Recomendada por Kuato a: quien crea que Astérix es sólo un personaje de parque temático infantil.

No recomendada por Kuato a: quien sepa ver la diferencia de guión que hay en los cómics a partir de “La gran zanja”.

Ego-Tour de luxe por: Gilles Lellouche, quien sale más que airoso de su duelo obelixiano con  Gerard Depardieu.

Atmósfera turbínea por: no haberse basado en ninguna aventura escrita por René Goscinny, aunque ya sepamos que eso tampoco es garantía de nada.

 

ASTÉRIX Y OBÉLIX: EL REINO MEDIO. Estreno en Venusville: 03/02/2023.

 

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