Categorías

BALADA TRISTE DE TROMPETA rueda: Entre dictadores y payasos

Sólo Álex de la Iglesia empieza una rueda con Franco y acaba con Los payasos de la tele

RAY ZETA

BARCELONA, 15/12/2010. Álex de la Iglesia es un tipo grande en todos los aspectos. Alguien cercano y campechano que tiene “La marcha imperial” de Star Wars como sintonía de llamada en su móvil y con quien puedes charlar tanto del mito de la caverna platónica como de la muerte de Gwen Stacy. Y eso en el cine español de hoy en día es una rara avis de lo más estimulante. Un tipo además que sabe de cine y al que le gusta hablar de cine, quizás por eso siempre empieza las ruedas de prensa ofreciéndose a presentar la película a lo Juan Palomo para romper el hielo.

¿He dicho que le gusta hablar de cine? Digan mejor que le apasiona. Cuando vino a presentar Los crímenes de Oxford hace dos años, los periodistas presentes aceptamos que presentara él la peli como también se ofreció, y el tío estuvo hablando durante diez minutos. Hubiéramos podido ir al bar, tomarnos una birra, mearla y volver, y aún lo hubiéramos pillado largando. Quizás por eso esta vez se decidió por unanimidad empezar la rueda a base de preguntas, y tras un par que hacían referencia a los aspectos técnicos del film, llegó la primera interesante: por qué siempre sitúa los finales de sus películas en las alturas.

“No puedo más que excusarme porque son obsesiones. La película es la tercera de una trilogía ‘de las alturas decadente’. Para mí las cumbres son una especie de arquetipo visual. Los personajes cuando suben a las alturas se purifican, se liberan, pierden peso y lastre y dicen las verdades. Entonces se enfrentan a los sentimientos en esa lucha final y de ahí necesariamente caen”.

 

BALADA_TRISTE_TROMPETA_rueda_1

"Por eso una de mis pelis favoritas es Héroe por accidente"

 

¿Y que la escena final de la chica sea tan parecida a la muerte de Gwen Stacy, la novia de Spiderman, es coincidencia o buscado? “Eso me comentó Harry Knowles en Austin, y francamente, no había pensado en ello, así que cuando me lo comentó me asusté. Efectivamente, la muerte de Gwen Stacy a manos del Duendecillo Verde es muy parecida, y Gwen Stacy obviamente es Carolina”.

Lo que les decía, este hombre es para guardarlo como oro en paño. Las similitudes que guarda el cine de Álex de la Iglesia con los cómics… Un tema en el que hubiera sido apasionante profundizar de no haber sido por intervenciones intelectualoides más interesadas en cómo clasifica el director su película y las metáforas sobre las diferentes Españas que incluye en ella que en la muerte de Gwen Stacy.

"Los payasos de la tele han sido lo más bonito de mi infancia"

Álex de la Iglesia se puso entonces trascendente y describió su film con el término inventado por el guionista Rafael Azcona “tragedia grotesca”, como una comedia siniestra con dos maneras de ver el mundo que se enfrentan a muerte por el objeto amado, dos payasos que simbolizan las dos Españas de la guerra civil y una chica que simboliza la misma España, el objeto amado, despreciado y maltratado, recordando el cuadro de Goya de “los garrotes”, dos tipos enterrados hasta las rodillas matándose a garrotazos…

Y fue a partir de ahí, maldita sea, que la rueda se puso más seria (y aburrida; con lo bien que había empezado), y tomando como partida el personaje de Francisco Franco mostrado en la peli como un anciano bonachón, se disertó sobre la figura de los dictadores y sobre cómo el cine los hace humanos corrigiendo la creencia popular de que no son hombres sino monstruos. Y así seguimos durante unos minutos hasta que nos relató con pelos y señales en una parrafada que más parecía una conferencia que una respuesta, los ritos de purificación llevados a cabo en la antigüedad en Delfos, para justificar el ridículo episodio de Carlos Areces deambulando en pelota picada por el bosque sobreviviendo a base de carne cruda.

 

BALADA_TRISTE_TROMPETA_rueda_2

"Igualico, igualico, que el difunto de su agüelico"

 

Hasta que salió, gracias a Kuato, el tema de los payasos, y la rueda regresó así a los derroteros de los que nunca debió haber salido, a los de la de una comedia cafre de Álex de la Iglesia y no a los de una disertación política y social más propios de un debate televisivo moderado por José Luís Balbín.

Carlos Areces, viejo conocido de Venusville desde que presentó con su compinche Joaquín Reyes Spanish Movie, que hasta ese momento sólo había intervenido espontáneamente para soltar alguna que otra gracia fuera de tiempo (“Lo hice yo”, soltó cuándo se felicitó al director por la recreación digital del Valle de los caídos; “de mí”, se apresuró a decir cuando se le preguntó a De la Iglesia de qué aspecto había quedado más satisfecho; hasta enseñó un dibujo que había estado garabateando allí mismo que le mostraba a él desnudo junto a un jabalí, ilustrando el citado episodio en el bosque…), espetó una arenga en contra del payaso clásico de circo alegando que a él de pequeño le producían aversión, repugnación y arcadas, mostrándose solo fan de Los payasos de la tele, los únicos payasos realmente humanos.

Momento que Álex de la Iglesia aprovechó para sincerarse con los presentes, y casi con lágrimas en los ojos, confesó lo que habían significado para él Gaby, Fofó, Miliki y Fofito a lo largo de su vida: “Para mí Los payasos de la tele eran la salvación. Vivías en un infierno, y cuando llegabas del colegio, de pronto que alguien te dijera ‘cómo están ustedes’ hacía sentirte bien, había amigos en la tele. Los payasos de la tele han sido lo más bonito de mi infancia”.

Otro día le preguntaremos por Bugs Bunny, Porky y el Pato Lucas.

 

BALADA_TRISTE_TROMPETA_rueda_3

¿Cómo están ustedeeeees con el Diario de Venusvilleeeee? ¡Bieeeeen!

 

BALADA TRISTE DE TROMPETA

 

Facebooktwittermail

No hay comentarios

Agregar comentario