BOSQUE MALDITO crítica: Mamis al borde de un ataque de nervios

Nueva incursión terrorífica con niños poseídos con cara de cabroncete total en Bosque maldito

Hasta hace relativamente bien poco, ese tópico maternal tan manido de que “este niño es un demonio”, significaba para la mass media cinéfila nombrar al diablillo de Damien de La profecía, a la mil veces parodiada niña de El exorcista, e incluso a las siniestras gemelas con sus vestiditos repipi de El resplandor. Personajes todos ellos que forman parte del imaginario colectivo de ese subgénero de terror con niño, donde nos frotábamos las manos con esas caras angelicales que presagiaban lo peor.

Los tiempos van cambiando, y la presencia de jóvenes psicópatas se ha convertido en un tema recurrente en el mundo del terror psicológico hasta tal forma, que Bosque maldito se convierte en la cuarta propuesta este año de este género después de The Prodigy, Cementerio de animales y El hijo. Todas ellas con un mismo leit motiv en el que la gracia reside en ver cuan "hijo de" puede llegar a ser un pequeñajo poseído, y la repetición de clichés, por supuesto, que dan pie a montar un super Mortal Kombat entre ellas.

"La próxima vez que veas El buen hijo, fíjate en Elijah Wood en vez de en Macaulay Culkin"

A modo de juicio general, a la ópera prima de Lee Cronin (que con toda desfachatez se publicita como la Hereditary de 2019) le podemos adjudicar la cuchara de madera en este supuesto enfrentamiento de niños odiosos, porque funciona mejor en lo que se intuye o se desconoce que en lo que cuenta realmente. Ese "Hole in the ground" que aparece en el título original no tiene el peso que debería tener como elemento fantástico diferenciador, y el director se refugia en recursos más facilones y efectistas sin adentrarse de lleno en los elementos sobrenaturales que subyacen en ese enorme agujero en medio del bosque.

Bosque maldito empieza razonablemente bien en una primera hora donde uno empatiza fácilmente con una madre coraje que va observando como su lindo y apocado hijito (interpretado por un James Quinn Markey tallado por el mismo corte que Macaulay Culkin en El buen hijo o Jackson Robert Scott en The Prodigy) se va psicopatizando poco a poco cometiendo fechorías cada vez más gordas, creando ese gusanillo de expectativa en el espectador que va sufriendo con la mamá y sus pesquisas, para saber qué coño está pasando con su churumbel.

"Ese "Hole in the ground" que aparece en el título original de Bosque maldito no tiene el peso que debería tener como elemento fantástico diferenciador"

Como en La huérfana o Stephanie, se va tejiendo una agradable telaraña mental de dudas alrededor del comportamiento cada vez más visceral del pequeño diablillo, que uno espera con ansiedad que sea desenmarañada en algún momento para poner todo en su sitio y dar consistencia al conjunto, cosa que lamentablemente no ocurre obligándonos a hacer demasiados actos de fe para no cuestionarnos la credibilidad de la historia.

Y es que, si tanto el final de The Prodigy como el de El hijo cerraban completamente las tramas sin evidentes fisuras haciéndonos salir del cine satisfechos e incluso con una media sonrisa maliciosa, Lee Cronin, que juega al ratón y al gato con el espectador amagando hábilmente sus cartas para crear más intriga, tira al traste todo su trabajo con un final vulgar y acelerado, dejando a la libre interpretación del público el significado difuso de un desenlace a todas luces desaprovechado que empaña claramente el balance de la película.

"Enhorabuena, son ustedes cuchara de madera de las pelis con niño poseído del año"

Podemos justificar por la acertada duración del filme, que aspectos como una cicatriz de la madre, o que tenga conocidos de toda la vida en un recóndito pueblo, no sean explicados con toda la claridad que sería necesaria. También que la coincidencia con dos películas parecidas más sólidas este mismo año no le favorezca, encontrándonos con escenas similares a los otros títulos: como la de lanzar una mesa con furia a su progenitor, similar a la de El hijo, o la de la madre y el sociópata de su crío haciendo juegos de caras, clavada a The Prodigy. Pero lo peor es ese final tan poco convincente con escenas sin apenas luz y situaciones difíciles de creer que provocan un sabor ciertamente amargo.

Si algún año tenemos la suerte de que el irlandés Lee Cronin visite el Festival de Sitges, espero que tengamos la oportunidad de que nos ilumine en esos aspectos interpretables que nos ha dejado en el aire Bosque maldito. Hasta entonces, iremos haciendo elucubraciones con los colegas sobre posibles finales alternativos más molones que nos hubieran hecho más tilín.

INFORME VENUSVILLE

Venusentencia: Congelada en carbonita

Recomendada por Kuato a: los que ya no soportan ver a niños con alma aventurera como la de Los Goonies o Stranger Things, y le repatea el infantilismo de los niños de Mary Poppins o el El mago de Oz.

No recomendada por Kuato a: los que estén hasta los huevos de sus niños en edad de preadolescentes contestones y maleducados que no paran de putear a sus pacientes padres.

Ego-Tour de luxe por: la osadía de presentarse como la Hereditary de 2019 o la nueva Babadook, aunque poco tenga que ver con ambas.

Atmósfera turbínea por: ese final desaprovechado que daría mucho juego con un director con más alma de niño. A estas alturas, las películas deben traspasar el umbral de lo predecible para ser recordadas con el tiempo. No es este el caso

■ BOSQUE MALDITO. "The Hole in the Ground" (Irlanda, 2019). Dirección: Lee Cronin. Guión: Lee Cronin y Stephen Shields. Reparto: Seána Kerslake, James Cosmo, Kati Outinen, Simone Kirby, Steve Wall, James Quinn Markey, Eoin Macken, Sarah Hanly, Bennett Andrew, David Crowley y John Quinn. Estreno en Venusville: 19/07/2019.