Tres habitantes en una casa en un juego de convivencia en Calle Cloverfield, 10
■ RAY ZETA
Hay el Gran Hermano Vip y el Gran Hermano Bluf. El Gran Hermano Vip es en el que famosos de la televisión como periodistas bocazas del corazón, presentadores venidos a menos, ex-mujeres de toreros, hijos de folclóricas, brujos de llufa, y starlettes recauchutadas salidas de programas de citas, comparten casa en Guadalix de la Sierra en un programa televisivo producido por Tele 5. Y el Gran Hermano Bluf el que en la calle Cloverfield número 10, un trío de personajes compuesto por un Pedro Picapiedra ya madurito, un joven granjero barbudo, y una chica retenida inicialmente en contra de su voluntad, comparten bunker en una película de ciencia ficción producida por J.J. Abrams.
¿El motivo de compartir bunker tan variopinto trío de personajes? No se lo revelaré del todo para no spoilearles giros argumentales, aunque sí pueden saber que es un motivo enmarcado dentro del género fantástico, relacionado con una información del exterior que afortunadamente no tenemos todos los días, y que es tan tramposo como un pitufo pintado de verde. Un motivo trampa que mantiene en suspense al espectador, a la expectativa de descubrir si lo que le cuentan en pantalla es o no real, aunque el guión esté lleno de imprecisiones más para marear la perdiz y liar la madeja que para dar información útil (como la presentación de los personajes, que no encaja con las acciones que transcurren después, o la subtrama de la desaparecida, que sólo sirve para despistar).
"Ahora es cuando decimos eso de ¡¿Quién me ha puesto la pierna encima?!'"
Tres personajes en un espacio único pues, y encima un espacio reducido, durante tres cuartas partes del metraje, que si sí, que si no, que si no sé qué pensar de lo que me cuentan, con una dirección de actores que si bien salen todos airosos del envite interpretativo, el personaje de John Goodman no acaba de resultar convincente por estar cortado de manera exagerada de una sola pieza, insistiendo una y otra vez en su modus operandi llevado a rajatabla, como un Pepito Grillo cojonero que no deja ver los dibujos animados a los niños porque han de hacer los deberes. Diría que no se le ve sonreír ni una sola vez, lo que tiene mérito al tratarse de un actor sobre todo de comedia, pero cuidadín con que no resulte forzado como aquí sucede.
"En el Gran Hermano Vip tenemos edredoning, en cambio en el Gran Hermano Bluf sólo tenemos puzzles y películas en VHS"
Pero ay, que tener a tres personajes en pantalla durante la casi totalidad de la película no es fácil, como ya se vio en La habitación del pánico, al contrario, es muy difícil mantener la tensión inicial pasada la primera media hora. En el Gran Hermano Vip tenemos "edredoning", broncas y más "edredoning", en cambio en el Gran Hermano Bluf sólo tenemos puzzles y películas en VHS. Por ello en Calle Cloverfield 10 se opta más por insistir en lo que ya sabemos que en dar información nueva, lo que acaba por resultar aburrido. Los mismos pasajes con las mismas situaciones y diálogos una y otra vez, sin que el personaje de John Goodman evolucione lo más mínimo, hasta que llegan nuevos giros argumentales, y giros argumentales, déjenme decirles, algo forzaditos para que la acción avance.
"Cuando te entrevisten en la gala, morréate a la Mercedes Milá, eso siempre gusta"
El primero, tan inesperado como gratuito, sirve para para provocar el segundo, un giro argumental en el que por fin se desvela el misterio de la película y su razón de ser. ¡Ah, por fin! Por fin nos enteramos de lo que se nos ha estado manteniendo en secreto durante toda la peli. Es un giro sorprendente, eso lo reconocemos, aunque lastrado por llegar en un momento en el que espectador ya miraba el reloj entre bostezo y bostezo, y por eso no se valora de la manera que obviamente esperan sus responsables. "Se van a cagar cuando salga", pensaba J.J. Abrams como productor... Pues no J.J., porque la caquita ya la hemos ido soltando durante el resto de peli para contrarrestar el tedio que nos provocaba Calle Cloverfield 10 hasta ese momento...
No dudamos de las buenas intenciones de J.J. Abrams y su equipo, pero aquí en Calle Cloverfield 10 se les ve el plumero, igual que se les vio en Monstruoso, otra peli producida por Abrams con más de un punto en común con Calle Cloverfield 10. Películas baratas de presupuesto (recuerden, hasta sus minutos finales, aquí hay tres únicos personajes en el mismo espacio.... Será para contrarrestar el precio final de El despertar de la Fuerza), estructura simple y tramposa: plantear una hipótesis y esperar hasta el final para desvelarla. Y eso sin hijos de folclóricas durmiendo la siesta, ni ex-mujeres de toreros zurrándose la banana con ex-concejalas famosas por haber rodado un video porno. Lo que tiene más mérito, aunque tampoco tanto, no se crean.
INFORME VENUSVILLE
Venusentencia: Congelada en carbonita
Recomendada por Kuato: fans de los reality shows del estilo Gran Hermano, aunque en Calle Cloverfield 10 no haya "edredoning".
No recomendada por Kuato: puristas del Gran Hermano que sostengan que si no hay famosos de Tele 5 de por medio, no es un Gran Hermano.
Ego-Tour de luxe por: haber conseguido que Pedro Picapiedra, el monstruo Sulley, y Walter Sobchak, el amigo del Nota, no sonría ni una sola vez. Eso sí que tiene mérito.
Atmósfera turbínea por: que la sorpresa final no cuaje como debiera por llegar demasiado tarde. ¡Auuuuuaaah! (bostezo).
■ CALLE CLOVERFIELD 10. Estreno en Venusville: 18/03/2016
