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DUNGEONS & DRAGONS: HONOR ENTRE LADRONES crítica: El señor de los jueguillos

Nueva adaptación de Dungeons & Dragons que no nos provocará pesadillas como la anterior

RAY ZETA

Si vieron ustedes la versión de Dungeons & Dragons del año 2000, con Jeremy Irons de brujo pirulo, Justin Whalin y Marlon Wayans como nuevos Abbot y Costello, y Thora Birch como princesa de Narnia, a buen seguro que todavía tendrán pesadillas que les sobresaltarán de madrugada entre gritos de terror, sudores fríos y castañeo de dientes. Dejen de gastarse la pasta visitando médicos, curanderos y chamanes, porque por fin ha llegado la única medicina que funciona a modo de antídoto infalible: la nueva versión Dungeons & Dragones: Honor entre ladrones, que si bien no es perfecta, sí les hará olvidar tan nefasta adaptación y les permitirá por fin conciliar un dulce y reparador sueño.

Porque a diferencia del Dungeons & Dragons del año 2000, Dungeons & Dragons: Honor entre ladrones es una adaptación del clásico juego de rol correctísima que no cae en el ridículo en ningún momento, amén de una peli de fantasía dignísima, y un espectáculo de primer orden. Aventuras fantásticas que se suceden a buen ritmo con todos los elementos que conforman el mundo épico del juego (personajes, criaturas, lugares y elementos mágicos), obteniendo un producto ligero juvenil tan entretenido como divertido, que se deja ver como una exhalación disfrutando de sus ladronzuelos, sus guerreros, sus magos, sus dragoncitos, el resto de criaturitas mágicas, y las secuencias de acción que todos ellos protagonizan.

 

"Las instrucciones de hoy en día son para saber jugar a un juego sin pantalla"

 

Aún así no es una adaptación pura y dura del juego, sino más bien una inspiración que toma prestado su universo para conformar un blockbuster al gusto de todos, que contente por igual tanto a los que no hayan jugado nunca al juego (que no nos engañemos, es el primer target del estudio por ser mayoría), como a los que llevan siempre un dado de veinte caras en el bolsillo. De hecho, a nadie le extrañará que más que en los juegos de espada y brujería, la película se inspire sobre todo en las recientes películas de superhéroes Marvel, Guardianes de la galaxia a la cabeza, como si Star-Lord, Gamora, Drax, Rocket Raccoon y Groot, jugaran una partida siendo ellos mismos los protagonistas.

"A diferencia del Dungeons & Dragons del año 2000, Dungeons & Dragons: Honor entre ladrones es una adaptación del clásico juego de rol correctísima que no cae en el ridículo en ningún momento"

Porque a fin de cuentas, un grupo formado por un bardo ladronzuelo, una bárbara del Heraldo de la Senda de la Tormenta, un hechicero, una druida tiefling, y un caballero paladín, con una misión y un villano al que derrotar, no dista mucho de un grupo de superhéroes… Y más aún si el espejo en el que se reflejan es el de Star-Lord y sus alegres camaradas, con una pátina de humor más blanca que la que James Gunn imprime a su supergrupo, aunque dicho humor se revele en el universo mágico de Dungeons & Dragons, a todas luces anacrónico, con un Chris Pine como prota y un Hugh Grant como villano tan desubicados, que parecen estar en un sketch del SNL el primero, y en Paddington 3 el segundo.

 

"Mientras no salga Marlon Wayans viendo en ocasiones dragones muertos, todo irá bien"

 

Forzado peaje de cara a la galería más comercial (¿dónde están Madmartigan y la reina Bavmorda de Willow cuando se les necesita?), igual que la corta edad de ciertos personajes como el hechicero (Justice Smith), la druida (Sophia Lillis) y la bruja (Daisy Head), para conectar con el público más joven (un público que no debe saber ni qué son los juegos de mesa por no tener pantalla). Suerte que Michelle Rodriguez como bárbara y Regé-Jean Page como paladín, nivelan la balanza aportando presencia, carisma y credibilidad en sus interpretaciones, creando dos personajes que no chirriarían en la trilogía de El señor de los anillos, que es lo mejor que se puede decir de ellos (el resto, para la serie Los anillos del poder).

Suerte que las escenas de acción a base de persecuciones, peleas a espadazos, encierros sanfermineros con dragones (no aceptaríamos la película si fueran de otra manera), robos medievales a lo Ocean’s Eleven, duelos de magia entre hechiceros, e incluso escenas de circo de arena a lo Gladiator, nos reconcilian con los elementos de la película menos acertados. Dungeons & Dragons: Honor entre ladrones no está a la altura de El señor de los anillos, ni quedará en la memoria histórica como Willow, pero cumple su cometido con creces al hacer olvidar la versión del año 2000, y conseguir hacerse un hueco entre tanta oferta televisiva de temática similar como Los anillos del poder o La casa del dragón. Si en la próxima rebajan un puntito el humor, será perfecta.

 

INFORME VENUSVILLE

Venusentencia: Copas de yate

INF VNV 4

Recomendada por Kuato a: quien aún arrastre el insomnio, la ansiedad y la depresión provocada por la versión del año 2000.

No recomendada por Kuato a: quien busque a Marlon Wayans viendo en ocasiones dragones muertos.

Ego-Tour de luxe por: Michelle Rodriguez y Regé-Jean Page, la pareja imposible perfecta.

Atmósfera turbínea por: Chris Pine y Hugh Grant, sobre todo Hugh Grant, tan desubicado como villano de época como Hellboy con una falda tutú.

 

DUNGEONS & DRAGONS: HONOR ENTRE LADRONES. Estreno en Venusville: 31/03/2023.

 

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