SITGES 2018: ED HARRIS rueda: En presencia de Dios

Ed Harris recibe el Premio Honorífico y repasa su carrera mientras se le compara con el mismo Dios

Ed Harris es un actor de raza, de esos que hacen real el dicho de "no hay papeles pequeños, sino actores pequeños", a fuerza de sacar adelante sus interpretaciones a base de personalidad y carisma. Personajes secundarios de fuerte carácter la mayoría de ellos, que como en En el clan de los irlandeses, La tapadera o La Roca, le bastan para comerse con patatas al actor principal, sea Tom Cruise, Nicolas Cage o Sean Penn. Aunque el Ed Harris que está sentado ante nosotros es un Ed Harris delgado y desmejorado como si estuviera enfermo o convaleciente, que esperamos que el Premio Honorífico que recibirá, le ayude a recobrar su habitual buen estado de forma.

Como suele ocurrir en las ruedas de prensa en las que no se presenta ninguna película, las preguntas han derivado desde el terreno personal al general, con un Harris afable y simpático que no ha dudado en bromear en la mayoría de ellas, poner jetos raros en las más surrealistas, y mostrarse irónico cuando ha hecho falta: "¿existe Hollywood realmente?" "Hay un gran cartel que así lo dice en lo alto de la colina..."; "siempre que me han preguntado si me había sentido cerca de Dios, mi respuesta había sido negativa... hasta ahora", le espeta un periodista. "Yo te bendigo", le replica Ed Harris mientras pone una cara que es todo un poema...

"De algo me tenía que servir salir en Conspiración para matar a un cura"

De actualidad por Westworld, Harris aprovecha para analizar el boum industrial de las series televisivas que se manufacturan como rosquillas y que tanto trabajo dan a actores que hasta ahora eran considerados actores cinematográficos: "actualmente hay muchos más productos y más oferta, pero sería bueno que las películas independientes aguantaran más tiempo en cartelera", empieza. "¿Aunque, qué prefieres?, ¿que tu obra esté un tiempo en el cine y desapareza, o que esté en televisión y se mantenga en el tiempo? El objetivo de un cineasta es ser visto, y hoy en día no tenemos demasiada elección".

"Siempre que me han preguntado si me había sentido cerca de Dios, mi respuesta había sido negativa... hasta ahora, le espeta un periodista"

Y se le pregunta por sus orígenes y por cómo descubrió su vocación de actor: "En el colegio era buen estudiante pero mis aficiones eran el football y el beisbol. En la universidad descubrí el teatro y vi que el público se ponía en pie a aplaudir a los actores como si hubieran anotado un touchdown, lo que me gustó, así que pensé que eso podría hacerlo yo. Mi objetivo sigue siendo mejorar cada día como actor". Y se sincera al confesar que los papeles que han supuesto un mayor desafío a lo largo de su larga carrera (80 títulos a lo largo de 45 años), han sido el de Pollock en el film del mismo título, y el de Beethoven en Copying Beethoven.

" Y doblar uno de los personajes de Aviones, pero eso me lo callo"

¿Y cuál ha sido su mejor partenaire de los muchos que ha tenido? "Mi esposa", responde con rotundidad en un castellano sin acento... En cuanto a qué es la interpretación para él, considera que es una forma de vida, una pasión y una manera de vivir, también de mirar el mundo y de existir en este mundo. Actuar le mantiene alerta y le hace crecer como ser humano. De todo lo que le llega (y créanme que es mucho), elige los personajes que lo llevan al límite. Lee el guión, ve si está bien escrito y hay algo que le interesa en el personaje, se fija en quién es el director y los otros actores... "Y tengo en cuenta también que hay que pagar las facturas".

Y para finalizar la rueda, nos informa que espera volver a dirigir en breve, pues ha adquirido los derechos del libro "The Ploughmen" de Kim Zupan, para lo que está buscando financiación. Una historia muy oscura de personajes entre un sheriff y un asesino, en la que intervendrán Robert Duvall, su esposa y su hija, y espera no tener que salir él. Fin de la rueda, pero antes de abandonar la sala pide dedicarnos unas últimas palabras, y así, Ed Harris pide perdón por el gobierno estadounidense actual y dice sentirse avergonzado por él. "Perdón por haber puesto a ese hombre en la oficina", se disculpa sin dar nombres... y ahora sí concluye la rueda. Cosas de Dios.

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