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EL AÑO MAS VIOLENTO crítica: ¡Menos lobos, Caperucita!

Thriller con gangsters que no son gangsters en el año más violento que no es tan violento

SAPO

El mundo de los negocios en la meca del capitalismo acostumbra a ser la ley de la selva. Por lo tanto no es de extrañar que, si algún advenedizo quiere hacerse sitio en un mercado maduro, no sea bien recibido. Lo raro es que en estos casos el advenedizo de turno vaya de listillo, dejando en evidencia a la competencia pero con un lirio en la mano. Lo mínimo que le puede pasar es que reciba alguna colleja bien dada.

Más o menos sobre esa premisa se asienta la trama de El año más violento, que se desarrolla en la metrópolis de Nueva York a principios de los años 80. Su protagonista es el dueño de una pequeña empresa de distribución de carburante en camiones cisterna que está intentando progresar frente a los competidores. Para su desgracia, los proveedores se han repartido el pastel por áreas de influencia en la que los forasteros no son bienvenidos. Es en ese entorno en el que sus camiones son frecuentemente asaltados mientras la fiscalía no parece mayor tener interés por investigar el caso, más aún, el investigado acaba siendo él por presuntos delitos fiscales. Pero nuestro hombre es el paladín de la rectitud y se niega a que sus conductores vayan armados como se le exige desde el sindicato de transportistas.

 

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En este punto hay que advertir al espectador que el título de la película es ciertamente exagerado. En primer lugar hay que incidir en la mala traducción del original, pues debería haber sido “un año más violento”, que rebaja el tono ya que implica un incremento de violencia respecto a la situación precedente y no una explosión de violencia como presupone la versión en español. Por tanto, al ver la película el espectador hispano se queda con cuerpo de interruptus mientras que el anglosajón se fuma el pitillo del “después de”. Otra cosa es que el título original tenga poco impacto y menor capacidad de atracción. Suspenso para ambos.

"El director se ha pasado de densidad y la acción avanza en ocasiones con un ritmo lento exasperante y ciertas tramas paralelas que no aportan demasiado"

En cambio, un aspecto de la película que resulta un acierto es el de reflejar la acción a través de distintos niveles. Por encima de todo está el paraguas del conflicto entre dos concepciones de desarrollo empresarial de la distribución de carburante. A continuación figura el nivel del robo de los camiones mediante violencia y el esclarecimiento de los autores y sus motivaciones. Luego aparecen los intereses oscuros de la política con el poder económico a través de la actuación de un fiscal proclive a favorecer aquellos que le pueden beneficiar en su carrera y que no duda en cambiar de chaqueta si el viento cambia de dirección.

 

"Dice J.J. Abrams que el único papel que queda en el Episodio VII es el de wookie"

 

Más abajo nos encontramos con el ascensor social americano, que permite a un latino tener éxito en los negocios dominados por los descendientes de los europeos pero que también tiene su cuota de fracasos personificada en el conductor de camión incapaz de superar los contratiempos de la vida. Más abajo, por fin, se presenta el conflicto de pareja entre el protagonista latino y su mujer con un origen social en las antípodas. En este punto la película propone una situación curiosa en que el hombre es el firme partidario de la corrección política y la mujer se inclina por responder con los mismos argumentos que los adversarios.

Con todos estos mimbres, J. C. Chandor construye un relato denso en la línea de sus dos películas anteriores,Cuando todo está perdido y Margin Call, ambas de éxito. Sin embargo, en esta ocasión el director se ha pasado de densidad y la acción avanza en ocasiones con un ritmo lento exasperante y ciertas tramas paralelas no aportan demasiado. De todas formas, se nota que los actores protagonistas, Oscar Isaac y Jessica Chastain, pasan por un momento dulce en su carrera, ya que construyen los personajes de la pareja con solidez. Lástima que en las secuencias que comparten su química personal no acabe de cuajar del todo. En definitiva, El año más violento no nos dejará sepultados debajo de escenas de violencia pero nos dejará con un mal regusto viendo que la sociedad no es capaz de zafarse de la violencia como herramienta para conseguir los objetivos. El final, en que el protagonista los alcanza tras caminar sobre el alambre que delimita el prado de la legalidad de la jungla de la fuerza, es como la vida misma de cualquiera.

 

INFORME VENUSVILLE

Venusentencia: Dos Caras Harvey

INF VNV 3

Recomendada por Kuato a: los que prefieren el realismo frente al puro espectáculo.

No recomendada por Kuato a: los que cuando oyen la palabra violencia se ponen cachondos por la expectativa de mamporros y balaceras.

Ego-Tour de luxe por: la escena en que el protagonista prioriza tapar el agujero de bala en un tanque para evitar la pérdida de gasóleo antes que interesarse por el pringado que acaba de volarse la tapa de los sesos.

Atmósfera turbínea por: la poca química epidérmica que transmite la pareja protagonista, pues la mezcla latino – WASP, que tantos momentos de gloria ha proporcionado, aquí no acaba de funcionar.

 

EL AÑO MAS VIOLENTO. Estreno en Venusville: 27/03/2015

 

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