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HERMOSAS CRIATURAS crítica: Me enamoré de una bruja

   

Me enamoré de una bruja

Otro Crepúsculo más pero con brujitas ñoñitas
buenas en vez de vampiros nenazas purpurinos

Por Ray Zeta

 

<Ay Señor, Señor, cuánto mal le ha hecho la saga Crepúsculo al cine fantástico… Y aún diríamos más, como los Hernández y Fernández de Tintín, cuánto mal nos ha hecho a nosotros, los fans del fantástico… Fans masculinos del fantástico mayores de 14 años, se entiende, porque sólo niñitas menores de esta edad pueden dejar engatusarse por tan ridículas y ñoñas historietas. Niñitas prepúberes que salivan con los guapetones de moda y forran las paredes de sus dormitorios y las tapas de sus carpetas con pósters y fotos de los galanes de sus amores, desde cantantes pipiolos como Justin Bieber o los Jonas Brothers, a proyectos de actorcitos como Robert Pattinson y Taylor Lautner. Y todo porque han salido en rolletes romanticones de gran éxito taquillero donde el presunto género fantástico no es más que un pretexto para contar una folletinesca historia de amor imposible, narrada con un estilo de spot televisivo de colonia sólo apto para amantes del cine de Marisol, Rocío Durcal y las gemelas Pili y Mili.

   Y la culpa de todo esto la tiene Summit Entertainment, que al dar en la diana taquillera siguiendo esta línea con la citada saga Crepúsculo, ha animado a las productoras de la competencia a subirse al carro propiciando toda una serie de productos similares a cual peor explorando combinaciones de amores imposibles entre humanos y vampiros, humanos y hombres lobos, humanos y extraterrestres, o humanos y brujas (sólo nos falta humanos con Frankensteins y con Momias), en todas sus formas posibles en títulos como Soy el número 4, Caperucita Roja y La huésped, hasta llegar a Hermosas criaturas, también de Summit, con la que intenta cubrir el hueco dejado por su saga vampírica ahora que por fin ha tocado a su fin, y repetir su mismo éxito (así que ya ven que si creían que tras la quinta y última parte de Crepúsculo podían respirar tranquilos y sentirse a salvo, están muy pero que muy equivocados, pues los productores van a retorcer el cuello de la gallina de los huevos de oro todo lo que puedan).

 

"¿Lo veis? Edward y Bella se reservaron hasta el matrimonio..." 

 

   Una copia encima realizada de la manera más descarada posible, pues calca y fotocopia sin rubor todos los elementos marca de la casa crepusculera substituyendo vampiritos por brujitas. Adaptación de una serie de novelas juveniles que narran un amor imposible nuevamente en un pueblucho norteamericano, esta vez entre un humano y una bruja, pero una bruja que como Kristen Stewart en el personaje de Bella es una joven adolescente solitaria y asocial, poco agraciada, y que a juzgar por su continua expresión de asco parece que tenga una bandeja de pescado podrido debajo de la nariz… hasta que aparece el joven del que se enamora. Pero aún así sigue sintiéndose desgraciada porque un terrible secreto la consume (pongan aquí redoble de tambores): cuando cumpla 16 años, lo que ocurrirá en pocos días, será captada por la facción de la magia negra o de la blanca según la naturaleza que albergue en su interior (añadan ahora música de tráiler).

 

  "Hermosas criaturas calca y fotocopia sin rubor todos los elementos marca de la casa crepusculera substituyendo vampiritos por brujitas"  

 

   Un pretexto para intentar dotar a la película de una trascendencia a todas luces desproporcionada, pues los brujos y brujas que salen de una u otra facción, apenas dejan entrever las consecuencias del resultado como si éste no distara mucho de tener que elegir entre estudiar ciencias o letras el día de la selectividad (todos los conjuros que presenciamos son tan simples que parecen de nivel de primer curso de Hogwarts). Y hablando de Harry Potter, se diría que la saga creada por J. K. Rowling también ha servido de inspiración para esta ñoñería al tratarse de un tema común. La manera que tienen de denominarse a sí mismos los brujos (“casters”) para diferenciarse de los mortales, y la forma como se habla de la importancia de Sarafine, la señora de la facción oscura, recuerda descaradamente el tratamiento dado como “muggles” y cómo se aludía a Lord Voldemort en la franquicia de Harry. Sólo que Lord Voldemort, tal como lo encarnaba Ralph Fiennes, era un peligro real que provocaba la salida de la caquita antes de tiempo, y en cambio la citada Sarafine, interpretada por Emma Thompson, parece tan inofensiva como una tiíta más dada a prepararte una taza de té que a convertirte en sapo (lo más que le vemos hacer son un par de hechizos que podrían figurar perfectamente en una caja de Magia Borrás).

 

"Tranquilos, os enseñaré un conjuro para que podaís meter al menos la puntita" 

 

   Mejor y más creíble queda Jeremy Irons como brujo representante de la facción blanca, gracias a su elegancia, porte y flema británica innata (y es que Jeremy Irons queda siempre bien haga de lo que haga… menos cuando se trata de un mediévolo fantástico como Dragones y mazmorras o Eragon, claro). Tampoco quedan bien el resto de familiares brujeros, diríase escapados de la fiesta familiar de la segunda parte de La familia Addams (añadan a “Cosa” y tendremos al grupo al completo), con una prima oscura como miembro más destacable cuyo poder es manipular a los hombres haciéndose la guarrilla con ellos (como si eso fuera un poder mágico), responsable de la secuencia más ridícula de la película en la que hipnotiza al protagonista dejándole cara de tonto y se lo lleva a una cena familiar. Servidor no sentía tanta vergüenza ajena desde que vi a Christopher Lambert en Fortaleza infernal interpretando a su personaje tras habérsele lavado el cerebro.

   Así que ya lo saben, si pertenecen ustedes al género masculino y son mayores de 14 años, huyan al Polo Norte y por el bien de su salud mental constrúyanse allí un refugio como la Fortaleza de la Soledad que les proteja de esta nueva moda de cine fantástico ñoño y ridículo para pre-adolescentes, porque a poco que cuadren los números tenemos Hermosas criaturas y productos similares para rato, además del proyecto que tiene Summit de rebootear en breve todos los episodios de la saga Crepúsculo (sí, han leído bien, las cinco partes desde el principio con nuevos actores). Si no lo hacen no les tocará más remedio que tragarse estas brujitas pirulitas. Suerte al menos que anecdóticamente Hermosas criaturas se ha estrenado el mismo fin de semana que Hansel y Gretel: Cazadores de brujas. Se contrata a los hermanos para que hagan su trabajo y listos./>

 

 
INFORME VENUSVILLE
     
 
Sentencia Quaid:
Condenada a alforfones
     
     
 

Recomendada por Kuato a: todos aquellos para los que cine fantástico signifique ver a los vampiritos de Crepúsculo brillar con la luz del sol como nenazas purpurinas.

     
  No recomendada por Kuato a: Warlock, Willow, Gandalf y Harry Potter. Les caería tanto la cara de vergüenza que practicarían un conjuro para perder sus poderes con tal de no tener nada que ver el tema de la peli.
     
 

Ego-Tour de luxe por: Jeremy Irons, lo único salvable. Curiosamente además, las escritoras crearon su personaje inspirándose en él.

     
  Atmósfera turbínea por: que a estas alturas, aún se pregunten por qué Leonardo DiCaprio y Kate Winslet no comparten el tablón al final de Titanic. La respuesta es simple: la Winslet estaba tan gorda que los dos no cabían.

 

 

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