LADRONES crítica: ¡Sí, sí, sí! ¡Se cepillan a Anakin!

¡Sí, sí, sí! ¡Se cepillan a Anakin! ¡Justicia! Contemplen, deleitense y regocíjense viendo cómo fríen a tiros al carapalo de Anakin Skywalker Por Da II

<Sí, quizá no sea lo más correcto soltar un spoiler de buenas a primeras, y sin avisar, pero ver cómo se cepillan en la ficción al amigo Christensen aunque sea en otro papel es una profunda satisfacción y a buen seguro el motivo más interesante para perder el tiempo con esta historia. Claro que lo peor, para la película, es que hasta el más tonto de los aprendices Jedi puede preveer a los cinco minutos de cinta que al amigo se lo van a cargar, ya que interpreta un papel idéntico al de la primera víctima de cualquier vodevil de terror adolescente.
 
   Este género de ladrones admite multitud de variantes. Desde la finura de los míticos de guante blanco hasta el compulsivo psicópata que se despeña hacia la destrucción en robos cada vez más violentos. Motivados unos por la codicia, otros por la aventura y el reto o simplemente por la desesperación. Y en las tramas caben todos los puntos de vista, ya  sea la del ladrón con esas meticulosas planificaciones y delicadas ejecuciones o la del sabueso con una sesuda investigación. O ambas en una confrontación de habilidades y de personajes, con los clásicos engaños e intenciones escondidas propias del género, al fin y al cabo son ladrones.

Por fin toda una generación de fans del Star Wars original ha sido vengada 

   Pues en esta película no hay ninguna o mejor dicho están todos en un batido indigesto que es un homenaje al refrán de quien mucho abarca pues al final se queda sin mojar. Son cada vez más habituales este tipo de historias que parecen nacidas de un corta y pega que aboca a las películas a una indefinición que no consigue centrarse en ninguna tecla.

   Así, pretende al mismo tiempo que los cacos sean de alto standing y también versados en las rudezas de la calle, con lo que al final consigue dibujar unos personajes con apariencia de proxenetas australianos, vamos como Cocodrilo Dundee con smoking. Mientras, los policías (especialmente un Matt Dillon que a este paso acabara interpretando la secuela de Dos hombres y medio, en el papel de la madre arpía) responden a todos los tópicos más cutres, hasta el punto que a su lado el Jack Slater de El último gran héroe es un personaje menos amanerado, más real.

   Es cierto que no hay más pretensión que filmar un sucedáneo de Serie B, pero llegan justitos para ganarse esa denominación. Entre otras cosas porque al lastre del planteamiento no ayuda nada un desarrollo cansino, falto de ritmo, sobrepasado de personajes y subtramitas sin sentido, en ese tufillo coral que ha dejado Crash y que parece el obligado denominador común de todas las pelís de cacos y policías con escenario en Los Ángeles.

   Especialmente delirante es la hermana drogata. Sí, resulta que uno de los cacos tiene una hermana drogadicta, que para más coña va ganando presencia a medida que avanza el metraje. ¿Qué aporta esto a la narración? No lo sé. ¿Humaniza al caco? No mucho. ¿Crea empatía hacia éste? Al contrario. Pero por ahí anda la hermana drogata con sus cosas y desmanes, cuyo gran anhelo encima es volver al pueblo con su hermano ladrón, suerte que los padres están muertos. Vaya a usted a saber, quizá sea una profunda alegoría acerca de las virtudes del campo frente a la corrupción de la gran urbe. 

"Los trajes no cuelan, deberíamos volver a ponernos los chándals" 

   A pesar de todo lo dicho, en este género si el golpe es creativo e ingenioso justifica casi siempre la película. Aquí tampoco ocurre. Aunque intenta presentarnos a los cacos como de altos vuelos, como profesionales sobradamente preparados, los golpes que perpetran la verdad los podría firmar la pandilla del Torete si hubieran dispuesto de explosivo plástico. Tampoco la otra posibilidad de salvar la película, la investigación policiaca, funciona. Vamos, la susodicha “investigación” es simplemente un seguido de casualidades que podría haber lleva al bueno de Matt a descubrir a esta banda de ladrones o el paradero de Osama Bin Laden.

   En fin, que como no podía ser de otra manera, y ante el callejón sin salida de la trama, la cinta se resuelve con una ensalada de tiros, donde todo encuentra un sentido, que no es otro que le descerrajen un tiro a Anakin, porque un servidor no puede dejar de soñar e imaginar que en ese momento es Anakin y no un ladronzuelo de medio pelo; con la esperanza de que esto solo sea un principio de muchas más muertes que le esperan al amigo Hayden a lo largo de su carrera./>

INFORME VENUSVILLE
		Sentencia Quaid: Congelada en carbonita
		Recomendada por Kuato a: todos aquellos que quieran iniciar una prospera carrera criminal y sueñen que la policía nunca les cazara. Al menos no con los métodos detectivescos del amigo Matt.
		No recomendada por Kuato a: los que todavía creen en las hadas y en finos y elegantes ladrones de altos vueltos fuera de los bancos y demás parásitos del mercado. Al final, un quinqui es quinqui por mucha dinamita que tenga.
		Ego-Tour de luxe por: que para redondear la satisfacción de que se cepillen a Anakin encima lo tienen durante buena parte la película con un sombrerito macarrón más propio del rey del pop y amigo de los niños. Así, que sufra escarnio y ridículo.
		Atmósfera turbínea por: además del sombrerito, el Fantasma, el renegado de la banda, un personaje con aspecto de jugador conflictivo de la NBA y que, a pesar de salir del talego, solo se le intuye cierta habilidad ladroncil para pisparle la piruleta a algún chaval despistado.

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