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MUÑECO DIABÓLICO crítica: Inteligencia chuckyficial

Reboot de Muñeco diabólico con un Chucky más soso, tonto y aburrido que el Chucky de siempre

RAY ZETA

La evolución de la saga Muñeco diabólico creada por Don Mancini es bien singular. Tras tres títulos de terror standard con un muñeco como personaje secundario ejerciendo de elemento terrorífico, Mancini decidió revitalizar la saga con un giro similar al que sufrió Pesadilla en Elm Street con Freddy Krueger, y convirtió al muñeco en prota absoluto de cuatro películas más cachondas, más gores y más políticamente incorrectas, transformándolo en un personaje cínico, soez y malhablado, que se adueñó de la franquicia por completo. Los episodios de Muñeco diabólico pasaron de ser películas con Chucky a películas de Chucky, y joder qué Chucky…

Por eso, en una cartelera en la que el reboot de Muñeco diabólico (nada que ver Don Mancini con esta nueva andadura) coincide con el cuarto episodio de Toy Story, no deja de ser cachondo que el nuevo Chucky y el viejo Chucky puedan interpretarse como sendas versiones alternativas terroríficas de Woody y Buzz. El viejo Chucky, como el cowboy Woody, por simbolizar los viejos valores en una época de mentalidad más ingenua en la que la artesanía se imponía a la tecnología; y el nuevo Chucky, como el astronauta Buzz, por representar la modernidad en un mundo en el que la tecnología ha copado el mercado invadiendo todas sus industrias, incluyendo la juguetera.

 

MUÑECO DIABOLICO: terror

"Qué desilusión, ¡yo esperaba un juguete de Toy Story 4!"

 

Porque el Chucky de la nueva era ya no es un muñeco poseído por el alma de un serial killer practicante del vudú en sus ratos libres (Charles Lee Ray, el estrangulador de Lakeshore), sino un robotito con un microchip saboteado como respuesta vengativa a la explotación laboral. Un androide en miniatura dotado de Inteligencia Artificial, más acorde con la tecnología actual y los gustos de los niños de hoy en día, dedicados sólo a jugar a todo lo que venga en pantallita, en lugar de con juguetes mecánicos, juegos de tablero o de campo abierto, como hacían los niños de hace 30 años cuando se estrenó el Muñeco diabólico original.

Un Chucky más limitado por ello narrativamente como personaje que el Chucky anterior por su condición de robot, más parecido al Chucky más seriecito de las tres primeras películas, antes de convertirse en el Chucky cabroncete, chistoso y guarrete de La novia de Chucky en adelante. Porque este nuevo Chucky no explica chistes verdes, se la casca con un Fangoria o se folla a la muñeca Jennifer Tilly a pelo porque todo él es una goma, ni tampoco busca un cuerpo humano en el que reencarnarse. Este nuevo Chucky reinterpreta sus programas informáticos por amor a su propietario, el niño protagonista, sin saber discernir entre el Bien y el Mal.

"El Chucky del nuevo Muñeco diabólico no explica chistes verdes, se la casca con un Fangoria o se folla a la muñeca Jennifer Tilly a pelo porque todo él es una goma"

Un nuevo Chucky más sobrio, recatado y comedido que el de la era anterior, pues, también en su físico (nada de entradas, cicatrices, ni jetos made in Jack Nicholson), nuevamente más parecido al aspecto mostrado en Muñeco diabólico, Muñeco diabólico 2 y Muñeco diabólico 3. Un nuevo Chucky, en definitiva, más soso y más aburrido, que por no ser el gamberro-cabronazo-joputa divertido-irónico-cínico de las últimas películas, sale perdiendo por goleada en las comparaciones. Habrá que esperar a ver cómo evoluciona el personaje en las entregas venideras, aunque el hecho de ser un robot en lugar de un muñeco poseído limitará su crecimiento.

Por lo demás, la película se deja ver como slasher de serie B si no son ustedes demasiado exigentes ni demasiado nostálgicos. Inesperados y divertidos toques gore y algunas muertes ingeniosas (aunque sin llegar al nivel de las cremaciones en vivo, decapitaciones imposibles, electrocutaciones pasadas por agua, evisceraciones sin anestesia, y desfiguraciones por ácido vistas en la saga anterior) compensan un guión un tanto forzado con más de una escena ridícula (el regalo sorpresa para la vecina), y un discurso moralista sobre los límites éticos de la Inteligencia Artificial más bien pobretón (harán bien en buscarlo en otros títulos como 2001, una odisea del espacio, Inteligencia Artificial o Ex Machina).

 

MUÑECO DIABOLICO: terror

"¿Qué te parecería como novia Melissa McCarthy por tener experiencia con 'moñecos'?"

 

Por no mencionar el plantel de actores anodinos dando vida a personajes insustanciales (a excepción de Aubrey Plaza), todos de manual (el novio de la madre, el vecino poli, la madre de este, los amigos del inmueble, el resto de chicos del barrio…), puestos sólo como carnaza de slasher para que transiten en una primera mitad de película dedicada a las presentaciones, con un letrero en la frente que reza “Next Victim”, aunque tras una segunda mitad más alocada y divertida, el balance final no se salde con un cien por cien de víctimas, y el espectador avispado pueda adivinar sin temor a equivocarse, a cuáles personajes va a encontrar la poli a trocitos y a cuáles enteritos.

El triunfo de la franquicia Muñeco diabólico consistió en humanizar a Chucky y convertirlo en prota de la saga, pero no en un prota cualquiera, sino como apuntaba, en el gamberro-cabroncete-joputa citado, más propio de una comedia negra sangrienta que de una peli de terror. Por eso hasta que la saga reboot actual no tenga un Chucky igual de carismático, tendrá las de perder. Difícil tarea, tratándose de un muñeco Good Guy cuyo único rasgo diferencial es un microchip defectuoso. Este microchip podrá explicar sus actos, pero jamás explicará sus cambios físicos, su humor negro y su putería. Y si le quitamos estos rasgos a Chucky, nos queda sólo un "Chu", o sea un Chucky a medias.

 

INFORME VENUSVILLE

Venusentencia: Dos Caras Harvey

INF VNV 3

Recomendada por Kuato a: quien no haya visto ninguna película de La novia de Chucky en adelante.

No recomendada por Kuato a: quien espere ver a un Chucky cachondo, cabroncete, malhablado y soez con cicatrices y entradas. O sea a quien espere ver al Chucky de siempre.

Ego-Tour de luxe por: el doblaje de Mark Hamill, que además de ser todo un regalo de los productores para el público freak, resulta más inquietante que el mismo Chucky.

Atmósfera turbínea por: que Chucky se siga llamando Chucky en vez de Teddy, Bobby, Freddy o Mimosín.

 

MUÑECO DIABÓLICO. “Child’s Play” (2019). Director: Lars Klevberg. Guión: Tyler Burton Smith. Reparto: Aubrey Plaza, Mark Hamill, Gabriel Bateman, Brian Tyree Henry y Nicole Anthony. Estreno en Venusville: 28/07/2019.

 

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1 Respuesta

  1. Pues me ha molado!!! jajaja! Al menos me lo pasé bien. Aunque es un capítulo de black mirror gore.

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