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POV artículo: El POV y la madre que lo parió

   

El POV y la madre que lo parió

Mortal Kombat entre Rec y Monstruoso para
analizar si funcionan los falsos documentales

Por El Hombre de Boston

 

<Un nuevo virus azota Hollywood, y no es el de los reboots, remakes o secuelas. Tampoco es el 3D o el virus T, es el conocido virus del POV (Point of View o punto de vista), o sea el de rodar las películas con cámara subjetiva en formato de falso documental y colarlo como si de una filmación real se tratara. Un virus que tuvo su brote en 1999 con El proyecto de la bruja de Blair, y que por la originalidad que supuso, su poco presupuesto fácil de recuperar, y la sobrevaloración crítica de la que se benefició la película, todo hay que decirlo, se extendió como una epidemia hasta llegar a nuestros días.

   Desde El proyecto de la bruja de Blair hemos tenido como cintas supuestamente reales, falsos documentales, o material presuntamente encontrado, Rec, Rec 2, Monstruoso, Paranormal Activity, Paranormal Activity 2, Paranormal Activity 3 y Diary of the Dead entre otras (porque seguro que me dejo más de una), además de Apollo 18, Grave Encounters, Energo y The Troll Hunter, proyectadas en la última edición del Festival de Sitges.

 

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"A la que salga la Niña Medeiros, salimos por patas y que grabe el nerd de Monstruoso, si quiere"

 

   Películas todas ellas rodadas en este formato en pos de obtener un mayor realismo y unos gastos menores de producción, independientemente de si está justificado o si de funciona o no de acuerdo con la historia que se explica. En Chronicle y Devil Inside, por citar los dos últimos ejemplos llegados a nuestras pantallas, está más que justificado que se filme cómo los adolescentes protagonistas experimentan con sus recién adquiridos superpoderes, y los exorcismos respectivamente, pero que filmen también el combate final en el primer caso y las conversaciones privadas fuera del exorcismo en el segundo, envían al traste la respectivas coherencias de los relatos.

   Cojamos un ejemplo en el que el formato POV funciona a las mil maravillas como es el caso de Rec, y otro que se da de bruces con él desde el minuto 0, como sucede en Monstruoso, y veamos cómo este formato puede afectar tanto para bien como para mal.

 

 

Pablo, por tu madre, sigue grabando

   Creer o no creer, esa es la cuestión. Y no estoy hablando de creerme o no la existencia de un monstruo del tamaño de un rascacielos correteando por Manhattan. Creerse eso, como todo hijo de Venusville sabe, es lo fácil; lo difícil es creerse cómo nos cuentan los acontecimientos y las reacciones de los personajes principales ante éstos. Y ambas cosas en Monstruoso son menos creíbles que Danny DeVito haciendo de James Bond.

   Porque donde Monstruoso flojea más que una tortuga ninja sin pizzas es, precisamente, en su razón de ser, o sea en que todas las imágenes que vemos sean grabadas in situ por uno de los personajes. En Rec. cuela porque: 1) el que graba es un profesional que está trabajando; 2) está encerrado en el inmueble, por lo que no tiene otra cosa que hacer; y 3) los momentos de peligro comprometen la calidad de la filmación. ¿Pero qué sucede en Monstruoso? Pues que 1) el que graba es un videoaficionado; 2) es igual que tenga al monstruo en los talones persiguiéndole para morderle el culo, el tío no deja la cámara ni cuando se lo traga literalmente; y 3) videoaficionado, sí, pero a juzgar por las imágenes, con más experiencia en realización que Valerio Lazaroff.

 

  "A la que ves un monstruo con intención de rebanarte el escroto a mordiscos, enviarías la cámara a tomar viento y saldrías cagando leches"  

 

   O sea, a ver si lo he entendido: al típico nerd que no se come un rosco en las fiestas le encoloman a regañadientes una cámara, al principio no la quiere ni coger, y luego le coge tanto gustito que no la deja ni para tomarse una birra en la fiesta, ni para mear, ni para salir por patas cuando tiene delante un monstruo que se lo quiere zampar. El tío erre que erre, filmando siempre como un poseso incluso cuando está en juego su propia vida. Venga, no me jodan, si el tipo viera desde el balcón de casa a un monstruo dándose un garbeo por la séptima avenida de Manhattan, sí, lo filmaría, pero a la que el monstruo le tocara el timbre con intención de rebanarle el escroto a mordiscos, enviaría la cámara a tomar viento y saldría cagando leches más rápido que Carl Lewis en Los Angeles 84.

   Y encima todo lo graba como si hubiera hecho un master de imagen y sonido en la Lucas Corporation. Es igual que esté esquivando bolas de fuego, haciendo footing por un túnel de metro a oscuras, trepando por un edificio en ruinas, o corriendo un encierro delante del monstruo. Los movimientos de cámara le salen siempre nítidos, elegantes, precisos, con encuadres perfectos, y un seguimiento de la acción y de los personajes tan continuo que no deja apenas un instante al descubierto. En Rec. en cambio, en los momentos de tensión algunos movimientos de cámara son más feos que pifio, otros confusos, hay secuencias temporales en los que no se ve un pijo, y más de una vez nos encontramos con cortes y elipsis debido a que apagan la cámara durante un rato. ¡Y eso que el que filma es un profesional! Di que sí, Pablo, que hasta el cámara de Imanol Arias y Carmelo Gómez en Territorio Comanche se hacían más de una vez la picha un lío con la cámara cuando caían las bombas..

 

 

¡Esa cámara, coño!

   Otro hecho que me sorprendió de Monstruoso, y no precisamente gratamente, es la impunidad con que se filma todo. En Rec. ver una cámara grabando pone nervioso a todo quisqui desde el primer momento (aún cuando no se tiene conocimiento de la situación real). “¡Apaguen esa cámara, coño!”, ordena gritando un policía nada más llegar los reporteros al lugar de la alarma…

   ¿Y qué pasa en Monstruoso? Situación de alerta máxima y máxima seguridad nacional, Defcon 1, ejército movilizado, desconcierto total, clima de crispación generalizada, toma de medidas desesperadas… y un videoaficionado paseándose por la base de operaciones que improvisa el ejército cámara en mano como Pedro por su casa, filmándolo todo tranquilamente como un guiri japonés en la Sagrada Familia.

 

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"Eso es campeón, sigue grabando y tendrás un plano de Godzilla mordiéndote el culo cojonudo"

 

   Da igual que haya desconcierto y crispación, que los que han sido mordidos por monstruitos se desangren como en Braindead y que se los lleven metidos en un saco… Cualquier videoaficionado puede colarse allí y filmarlo todo como quien filma una fiesta infantil sin que nadie se ponga nervioso. ¡Pero si hasta un militar declara, con la mejor de sus sonrisas, que el presidente ha dado la orden de arrasar Manhattan desde el aire, quede o no población civil! Sólo le faltaba preguntar si le estaban enfocando su perfil bueno…

   En fin, cosas veredes, amigo Sancho…Cuando el formato POV está tan poco justificado en una película como fue el caso de Monstruoso, y lo ha sido también de Chronicle y Devil Inside, me recuerda esos vídeos pornos de Naughty America en los que representa que un grupito de amiguetes bien armados (y no precisamente de artillería), también cámara en mano, convencen a una madurita tetona para que se deje follar por todos a la vez mientras la filman, y ella, sin conocerlos de nada, estando supuestamente casada, y no teniendo presuntamente necesidades económicas, acepta encantada./>

 

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1 Respuesta

  1. Anónimo
    JOSÉ BLANCO REYES<br />Estoy de acuerdo Zeta, todo lo que tuvo de original este formato con "La Bruja de Blair" se ha perdido hasta ser una auténtica estafa sin razón de ser. Si es un falso documental como "Troll Hunter" aún tiene sentido, pero si es una película de ficción como "Devil Inside" está totalmente fuera de lugar. Que las escenas de los exorcismos estén filmadas con videocámara casera le da realismo, pero el resto debería estar filmado de manera convencional,

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