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SITGES 2022 crónica 2: Nunca fuimos especiales

After Yang; Nightmare; Cerdita; Coupez!

CHEMA PAMUNDI

El jueves, durante el discurso de apertura de Sitges 2022 en el Auditori, Ángel Sala, director del festival, nos dijo: “Hay cosas que ya no volverán…”. Estoy bastante seguro de que se refería a las secuelas sociales que nos ha dejado la pandemia, pero yo no pude evitar pensar “Sí, por ejemplo los bolsos de prensa que regalabais antes”. Lo de los bolsos de prensa es un tema más tocho de lo que aparenta, ojo. A lo largo de las pasadas dos décadas, los bolsos bandolera que regalaba la organización a los acreditados fueron un símbolo de estatus (“Yo tengo bolso con el logo del festi, o sea que estoy acreditado; soy GUAY”), además de un complemento la mar de práctico para cubrir el evento. Cuando te pasas todo el día corriendo arriba y abajo por el pueblo para ir a pases de películas, ruedas de prensa, entrevistas y photocalls, una buena bandolera en la que embutir el notebook, la grabadora, la cámara de fotos, la botella de agua y el bocadillo puede ser la diferencia entre vivir y morir (bueno, sí, estoy exagerando un poco, pero ya se me entiende).

Durante los dosmiles, en plena época de bonanza económica, el festival regaló algunos bolsos bandolera realmente cojonudos. Creo recordar que el del 2005 era el mejor. Espacioso, impermeable, cómodo y molón (azul y plateado, muy ponible). Aquello fue un highlight que no se ha superado. Yo sigo utilizando el segundo mejor, el negro del año 2010, que está un poco atrotinado pero aún aguanta, y que fue el último realmente útil. El periodo 2011-2018 supuso una decadencia paulatina, con bolsos cada vez más pequeños y ridículos, como de preescolar. O metías los Donettes o el portátil, pero las dos cosas no podían ser. En el 2019 y 2020 se recuperó un poco la cordura regalando mini-mochilas, que si bien eran algo incómodas de manejar al menos cumplían bien la función de almacenaje. Sin embargo, en las últimas dos ediciones ha vuelto la tontería y lo que dan ahora son unos totebags de lona que solo sirven para ir a la playa o al colmado. Por lo tanto, lo que se ve actualmente por el festival son unos poquitos bolsos del año 2010 (por parte de los acreditados más veteranos), y sobre todo mochilas del 2019 y el 2020. Bolsos del nefasto periodo 2011-2018, es que ni uno. Están todos subidos a Wallapop (y no, no los compra ni Dios).

Bueno, y tras la intro más idiota que jamás haya escrito para estas crónicas, vamos con las cuatro pelis de hoy:

 

Bolsa festivalera sitgera modelo 2022

 

 

AFTER YANG (Kogonada, Estados Unidos, 2022)

Trailer, fotos, sinopsis y ficha

En el futuro indeterminado de After Yang (tecnológicamente muy avanzado, pero a la vez lo bastante cercano y hipster como para que nos resulte familiar), los androides forman parte estándar del paisaje. La familia protagonista, formada por Jake (Colin Farrell) y Kyra (Jodie Turner-Smith) tiene a uno de dichos androides, llamado Yang, cuyo cometido principal es hacer de “hermano mayor benévolo” de la pequeña hija adoptada del matrimonio. Yang no es una mera máquina utilitaria como hemos visto en tantas películas que tratan estos asuntos (desde Blade Runner hasta I.A. Inteligencia artificial) sino un miembro de la familia de pleno derecho. Por lo tanto, cuando de pronto deja de funcionar y Jake se pone a buscar soluciones para repararlo, todos lo asumen como una situación de crisis emocional equiparable a la enfermedad terminal de un ser querido. Nadie se cuestiona en ningún momento la humanidad de Yang (“Su existencia importó”, le dice en cierto momento Jake a su mujer), y ese es uno de los grandes aciertos de la película.

After Yang habla sobre los recuerdos y la gestión de la pérdida. Buena parte de su metraje se centra en la exploración de los bancos de memoria del androide para ver cómo percibía su vida, a través de una serie de momentos íntimos y cotidianos que tienen un punto onírico y distante, contrastado por la emocionante banda sonora de Ryuichi Sakamoto. Casi todo lo demás son largos silencios reflexivos de Jake y Kyra a medida que asumen que Yang puede haberles dejado para siempre, una situación que evoca de forma clara (o a mí me lo ha parecido) el duelo emocional con el que han tenido que lidiar tantas familias durante la pandemia de la Covid-19.

 

"Igualita que la foto de familia de El hombre bicentenario"

 

Quizás en su conjunto After Yang no sea tan profunda y compleja como pretende (de hecho es una obra muy sencilla), pero a la vez nada en ella es pedante ni artificioso. Su ritmo es pausado pero no se recrea sin sentido ni alarga la historia más allá de lo necesario (dura unos más que suficientes 95 minutos), y está rodada con buen gusto visual e inteligencia emocional. Un ejemplo de ello son ciertas escenas dentro de la memoria de Yang, en las que los mismos diálogos se repiten varias veces usando tomas e inflexiones de voz distintas, como indicando que cualquier recuerdo es al fin y al cabo un constructo influenciado por nuestros sentimientos y nuestro punto de vista. Es cierto que After Yang puede aburrir si no entras en lo que pretende contarte, pero yo he entrado.

 

Venusentencia: Copas de yate

INF VNV 4

 

 

NIGHTMARE (Kjersti Helen Rasmussen, Noruega, 2022)

Trailer, fotos, sinopsis y ficha

Mona y su novio Robby acaban de mudarse a un apartamento que necesita urgentes reformas. Por si rascar el papel pintado y cambiar el parqué no fuera suficiente estrés, a las pocas noches de haberse instalado allí Mona empieza a sufrir episodios de sonambulismo y parálisis del sueño cada vez más violentos, en los que se le aparece un escalofriante ser que intenta tener sexo con ella. Según parece, todo está relacionado de algún modo con el pasado del edificio. Además, la vecina de enfrente, cuyo bebé llora desesperadamente a todas horas, tiene pinta de haber pasado por el mismo vía crucis que nuestra protagonista. De hecho, ese niño tiene un aspecto rarito, ¿no?

La cineasta noruega Kjersti Helen Rasmussen, que consiguió un éxito en su país y cierta visibilidad internacional con la cinta de catástrofes El túnel, se pasa ahora al terror sobrenatural casero, demostrando mejores intenciones que resultados. Se ha documentado muy bien sobre demonios nórdicos del sueño y casos reales de terrores nocturnos, lo cual se plasma en la verosimilitud que transmite la película, pero yo a lo que había venido aquí era a pasar miedo, y en lugar de eso he acabado dando unas cuantas cabezadas y mirando el reloj del móvil.

 

"Te tengo dicho que no comas fabada para cenar"

 

Me dicen que Nightmare ha gustado mayoritariamente en sus dos pases, pero apuesto a que va a ser la típica obra que sufre el “efecto Sitges” de parecernos mejor de lo que es por el contexto del festival. Vista fuera de aquí, tanto en cine como por la tele, creo que perderá cierto brillo y se revelará como un simple homenaje voluntarioso a La semilla del diablo. En términos generales sus atmósferas funcionan, pero su idea de partida va perdiendo fuelle y capacidad de asustar a medida que el espectador tiene más información (la directora intenta compensarlo con unos cuantos jump scares bastante obvios), y su desarrollo se alarga demasiado para lo predecible que resulta, hasta acabar cayendo en el tedio. ¿Una película de terror sobre el mundo de los sueños que invita a dormir la siesta? Oye, pues todo cuadra.

 

Venusentencia: Congelada en carbonita

INF VNV 2

 

 

CERDITA (Carlota Pereda, España, 2022)

Trailer, fotos, sinopsis y ficha

La vida de Sara (Laura Galán), una adolescente obesa e introvertida que vive en un pueblo extremeño bañado por un sol abrasador, es un encadenado de humillaciones por parte de sus supuestas “amigas”. Debido a ello, cuando Sara es testigo del secuestro de dichas amigas por un perturbado con una furgoneta, decide callar y “que se jodan”. Por desgracia para Sara, dejar correr el asunto confiando en la justicia divina no va a ser tan sencillo, porque resulta que el psicópata también la ha visto a ella.  

Me daba cierta pereza que un cortometraje tan contundente y redondo como Cerdita se convirtiese, en su paso a largometraje, en una turra discursiva de dos horas sobre el bullying y la gordofobia, para acabar derivando en un trillado clímax de venganza estilo Carrie o Escupiré sobre vuestra tumba. Por suerte, la película no hace eso, sino algo más interesante: se ventila el contenido del corto en sus primeros 15 minutos, y a partir de ahí desarrolla una inesperada trama de thriller criminal costumbrista, muy bien facturado en cuanto a suspense (aprovechando de coña los paisajes de una Extremadura rural tan calurosa, polvorienta y chunga como el Texas de Tobe Hooper), con toques de humor muy graciosos y una actitud nada complaciente en cuanto a la evolución moral y emocional de la protagonista, cuyo estado de confusión constante entre el miedo, el odio y los remordimientos la lleva a actuar una y otra vez de forma tan errática que te saca de quicio (“¡Todo lo hago mal!” grita desesperada ella misma en una de las escenas de mayor tensión).

 

"Pues Kingpin está más gordo y con él no se mete nadie"

 

Sara sufre una violencia emocional de lo más cruel, sobre todo por parte de su madre (Carmen Machi en uno de sus habituales recitales), pero la película es ante todo una pieza de cine de género, lo cual resulta en realidad una declaración de principios más reivindicativa, valiente y normalizadora que si la directora y guionista Carlota Pereda hubiera utilizado a sus personajes para aleccionarnos con discursos machacones sobre los físicos no normativos. ¿Qué pasa, que no se puede hacer una película de terror con una protagonista gorda sexualizada? Pues claro que se puede. Aquí van dos tazas.

 

Venusentencia: Copas de yate

INF VNV 4

 

 

COUPEZ! (Michel Hazanavicius, Francia, 2022)

Trailer, fotos, sinopsis y ficha

Dado que Coupez! es un remake de la japonesa One Cut of the Dead, resulta prácticamente imposible revelar su sinopsis sin desmontar toda su gracia para quien no la haya visto. Baste decir que se trata de una cinta de zombis ambientada durante el rodaje de una cinta de zombis, y que obviamente no hay que largarse de la sala cuando aparecen los supuestos créditos finales, tras solo media hora de proyección. Lo que viene a continuación de esos falsos créditos es una comedia despiporrante, aparte de una de las mayores cartas de amor al cine desde La noche americana. Sí, estoy comparando a Truffaut con una peli de muertos vivientes de serie B. Pero es que hay que verla para creerla.

Hacer una nueva versión de One Cut of the Dead era completamente innecesario, es cierto, pero ya puestos hay que reconocer que les ha quedado impecable. Esta relectura es casi un calco de la película del 2017, pero solo CASI. Aporta más medios y actores más creíbles (lo cual, dado que narra un rodaje totalmente cutre y desastroso, no tiene por qué suponer una mejora), algunos chistes escatológicos extra (mira que les hace reír una ventosidad a los franceses…) y personajes adicionales muy acertados (como el músico encargado de ir poniendo banda sonora a las escenas sobre la marcha, que se desespera por momentos a medida que todo va descarrilando).

 

"Vámonos antes de que se les ocurra hacer un remake de Zebraman"

 

Coupez! se redondea con una serie de detalles metalingüísticos que la convierten en una ingeniosa mezcla de remake y secuela. De hecho, el planteamiento aquí es que el director ha recibido el encargo de hacer una adaptación francesa de One Cut of the Dead, a condición de que se emita en directo por streaming y que no se cambie nada del guion japonés, ni siquiera los nombres de los personajes (y así, para aumentar aún más la sensación de absurdo, tenemos a actores franceses que se llaman unos a otros Natsumi, Chinatsu o Higurashi). Coupez! no supera a la película original, pero igual que aquella funciona como un cronómetro a nivel de ritmo, estructura y festival de risas. Ha sido especialmente divertido verla en una sala Tramuntana llena de gente que no tenía ni idea de lo que estaba a punto de presenciar. Qué envidia.

 

Venusentencia: Copas de yate

INF VNV 4

 

SITGES 2022

 

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