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SNAKE EYES: EL ORIGEN crítica: Serpientes ninjas

Spinoff de la saga G.I. Joe, cambiando a Bruce Willis y Dwayne Johnson por Úrsula Corberó

ROBERT THORNHILL

La parejita Hasbro y Paramount están decididas a no dejar morir a los G.I. Joes aunque hasta ahora ni G.I. Joe ni G.I. Joe: la venganza hayan tenido el mismo calado mediático que cualquier peliculilla de la todapoderosa Marvel y su universo de los Vengadores. Y lo hacen con este spinoff de Snake Eyes, intentando emular el éxito cosechado con ese Bumblebee de la desgastada saga Transformers, a la vez que haciendo una limpieza integral de los personajes que hasta ahora pululaban en las entregas anteriores. Nada de figuritas llenapantallas como Bruce Willis, Dennis Quaid, Dwayne Johnson o Chaning Tatum. La estrella más mediática de Snake Eyes: El origen es la belleza salvaje de Samara Weaving, y en el ámbito doméstico nuestra Úrsula Corberó, siendo el resto del reparto poco familiar para la mayoría.

A la espera del presumible espectáculo superheroico de Shang-Chi y la leyenda de los diez anillos, sería cruel comparar ambos productos orientales porque juegan en ligas diferentes. Aparte de que la de Marvel dobla en presupuesto a la de Hasbro, Snake Eyes: El origen se mueve en un territorio colindante a la serie B, donde una trama cogida por pinzas se supedita totalmente a la acción en una propuesta poco ambiciosa pero efectiva. Enfrentamientos de artes marciales, yakuzas, adrenalíticas persecuciones, diálogos expeditivos… Puro cine de fácil digestión mientras no se sea muy tiquismiquis con algunas líneas del guion que claman al cielo.

 

"Lo bueno de ir con casco es que podría ser Bruce Willis o Don Johnson"

 

Como todo spinoff, la película profundiza sobre el origen de uno de los legendarios miembros del los G.I. Joe team, Snake Eyes, un personaje que por motivos artísticos pasa de su condición de caucásico con ojos azules en los cómics de Marvel “G.I. Joe: A Real American Hero”, a las del británico de rasgos orientales con ascendencia malaya Henry Golding, un actor poco intimidatorio, en las antípodas de los Jason Statham o Keanu Reeves de turno. De hecho, su némesis Storm Shadow (Andrew Koji) tiene mucha más presencia en pantalla, haciendo gala de su consumada condición de luchador de artes marciales, como demuestra en Warrior, y literalmente se come a Golding en cada escena que comparten.

“La sensación que nos queda al acabar el visionado de Snake Eyes: El origen es que podría haber dado mucho más de sí”

Snake Eyes: El origen, en su voluntad de convertirse en un reboot de la saga, se desmarca de sus predecesoras, prescindiendo del tono humorístico y los efectos especiales fastuosos. A caballo entre John Wick, Ip man y El asesino, bebiendo de los tradicionales protocolos ninjas, estamos ante la presentación de una nueva parrilla de salida para el universo G.I. Joe con personajes carismáticos que pueden dar mucho juego en sucesivas entregas. El problema para Robert Schwentke es que se le queda corta la película para dibujarlos como se merecen, porque la acción prima sobre la posible construcción de personajes.

 

"Suerte que mi nombre en La casa de papel es Tokio y no Burguete"

 

Sin ir más lejos, Samara Weaving, con toda su monumental presencia en pantalla y esa contundencia de killer que ya nos mostró en Noche de bodas, apenas sale un par de minutos en su papel de Scarlett, heredando el personaje que ya hiciera Rachel Nichols en G.I. Joe. Sólo su escena inicial en Snake Eyes: El origen le harían merecedora de acompañar a la diosa Charlize Theron en Atómica 2. Y qué decir de la legendaria Tokio de La casa de papel, Úrsula Corberó, como la malvada Baronesa con un inglés más que aceptable, cuyo potencial para sucesivas secuelas es más que evidente. Ese rollo poligonero y chulesco como jefe suprema de la temible Cobra está a la altura de Sienna Miller en G.I. Joe, aunque le toque sufrir los momentos más bochornosos del guion (esos cambios de bando improvisados, mmmmm…). Tampoco a Iko Uwais, la superestrella del mundo de las artes marciales visto en Redada asesina y en The Night Comes for Us, se le da mucha bola en Snake Eyes: El origen, debiéndose conformar con un papel incomprensiblemente residual, dado el carácter de la película y la espectacularidad del indonesio.

Al final, la sensación que nos queda al acabar el visionado de Snake Eyes: El origen es que podría haber dado mucho más de sí, y aunque tenemos escenas de mérito, como esa cabina de camión convertida en un caja de espadas de mago, o las persecuciones en moto por Tokio, las luchas cuerpo a cuerpo se nos antojan demasiado pusilánimes para ese público al que modelos como Karate Kid ya se les quedan cortos. La taquilla no ha acompañado tampoco a la película, por lo que animamos a los de Hasbro a que se olviden de Snake Eyes y monten algo más rompedor con Ursula Corberó, Samara Weaving y Andrew Koji. Un trío que sin duda daría mucho juego.

 

INFORME VENUSVILLE

Venusentencia: Dos Caras Harvey

INF VNV 3

Recomendada por Kuato a: los que prefieren productos más livianos como Cobra Kai o Mulan, antes que propuestas más agresivas como Wu Assassins o Warrior

No recomendada por Kuato a: los que vean esta peli para disfrutar del duelo de mujeres de armas tomar: Samantha Weaving y Ursula Corberó. No se tocan ni un dedo.

 Ego-Tour de luxe por: esa dulce viejecita nipona que se ventila a sus contrincantes abánico va, abánico viene. Nada de Katanas ni objetos punzantes.

Atmósfera turbinea por: el poco carisma de un actor como Henry Golding para intentar reiniciar una saga… Que Paramount aprenda de los directores de cásting de Marvel.

 

SNAKE EYES: EL ORIGEN. Estreno en Venusville: 13/08/2021.

 

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