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SPIDER-MAN: LEJOS DE CASA crítica: Como en casa en ningún sitio

Las vacaciones europeas de un chiflado superhéroe americano en Spider-Man: Lejos de casa

CHEMA PAMUNDI

Sabíamos que esto pasaría, que tenía que llegar. Que “Endgame” no era sólo un título sino la definición de un nuevo estado de las cosas, de un cambio de paradigma... a peor. Los últimos 10 años de títulos Marvel han sido (con sus más y sus menos) una fiesta por todo lo alto, y ahora sólo nos queda pasar la resaca esperando que dure lo menos posible. Pero es una resaca que no pinta bien, sin Iron Man ni Capitán América a la vista en el corto plazo, con Black Widow en periodo de transición (su película será con toda probabilidad una precuela a los sucesos de Vengadores: Endgame, en la que se gestará el relevo de Scarlett Johansson/Natasha Romanoff por Yelena Belova) y con una panoplia de héroes nivel AliExpress como nuevos cabezas de cartel (¿Los Eternos? ¿De verdad a estas alturas nos tenemos que poner cachondos con Los Eternos?). Marvel va a necesitar unos cuantos largometrajes para darle cuerda a una nueva macrosaga que levante los ánimos del personal; porque se diría que, ahora mismo, domina cierta sensación de que lo mejor que podía ofrecernos la Casa de las Ideas ya lo hemos visto; lo cual es un problema.

Y, en estas, llega Spider-Man: Lejos de casa. Marvel, hay que reconocerlo, trata de combatir la sensación de bajona echando toda la carne en el asador con su mejor personaje, el que tiene más matices, carisma, recorrido (quince títulos, si incluimos los de los 70 y 80) y favor del público. Sin embargo, justo eso suponía cierto handicap, porque las expectativas con el trepamuros siempre son altas y sus dos últimos títulos propios dejaron el listón a una altura muy difícil de alcanzar. Spider-Man: Homecoming fue en su momento un reboot casi redondo, y Spider-Man: Un nuevo universo se reveló inesperadamente como una opus magna de la animación con capacidad para redefinir el género superheróico moderno. Los fans, conscientes de ello, estábamos dispuestos a entender y hasta cierto punto disculpar que la nueva entrega no estuviese a ese mismo nivel; pero, ay madre, no es que a Spider-Man: Lejos de casa le falte nivel, es que se trata quizás de la aventura más fofa del trepamuros desde el Spider-Man 3 de Raimi.

 

SPIDER-MAN: LEJOS DE CASA

"Consuélate, mejor peli de Los Eternos que la secuela de Cuatro Fantásticos"

 

Tras el follón apocalíptico de Endgame, que dejó a todo el universo Marvel sumido en la melancolía, Spider-Man: Lejos de casa trata de insuflarle de nuevo frescura y vitalidad con un tono de comedia ligera, una aventura de importancia secundaria (en comparación con las amenazas intergalácticas con las que suelen lidiar por ejemplo los Vengadores) y una mayor profundización en las vicisitudes personales del prota, que en esta ocasión es mucho más Peter Parker que Spider-Man. La cosa podría haber funcionado, pues los intentos de Parker por maridar su estatus de superhéroe con sus pretensiones de llevar una vida normal son un tema perenne en sus tebeos. Sin embargo, no acaba de funcionar. ¿Qué ha pasado aquí?

Pues ha pasado que el guión es un simple batiburrillo de elementos mezclados en un túrmix sin una estructura dramática sólida. El argumento de base, las vacaciones de instituto de Peter Parker por Europa mientras le intenta tirar la caña a MJ (bien la actriz Zendaya, para el poco papel que tiene), hace que toda la primera hora de metraje derive hacia una especie de capítulo especial de Salvados por la campana repetitivo y poco inspirado, con gags de rebajas y diálogos de vergüencita ajena; y no, no se trata de que para disfrutar la cinta haya que “mirarla con ojos adolescentes”, porque sin ir más lejos la ya mencionada Spider-Man: Un nuevo universo era fabulosa mirándola exactamente así (bueno, la miraras como la mirases). Se trata de que buena parte de lo que ocurre en pantalla parece material de relleno, sobre todo aquello que no atañe de forma directa al protagonista. Esas subtramas amorosas de su amigo Ned con la pija de la clase, o de la tía May con Happy Hogan... en fin...

"La primera hora de metraje de Spider-Man: Lejos de casa deriva hacia una especie de capítulo especial de Salvados por la campana repetitivo y poco inspirado"

Hasta la ambientación europea tiene pinta de relleno. En principio sonaba a buena idea para ampliar el marco de referencias del universo fílmico de Marvel y quizás también introducir nuevas tramas a largo plazo (no sé, apuntar la existencia del grupo de superhéroes Excalibur, o incluso de Spider-Woman...), pero se acaba quedando en un simple telón de fondo exótico sin ninguna incidencia en absoluto en la historia, más allá de justificar la presencia de los ineptos profes de Parker (interpretados por Martin Starr y J. B. Smoove) como monitores del viaje, lo que permite meter en el guión todavía más chistes inanes. Aparte de eso, no obstante, el grueso de Spider-Man: Lejos de casa tiene lugar en Venecia, Praga y Londres como podría tenerlo en Murcia.

La aparición semi-sorpresa del villano principal (no voy a decir ni el nombre para evitar spoilers) eleva algo el tono. Su trasfondo está un poco metido a martillazos en la metatrama Marvel y su panoplia de poderes puede resultar un tanto confusa para el espectador que no lo conozca de los tebeos, pero en general es un malo con buena presencia a la par que adecuadamente patético (como corresponde a los mejores antagonistas de Spider-Man), y hay que decir que su plan de aprovechar el vacío superheróico post-Endgame para intentar hacerse hueco y convertirse en un Tony Stark chungo resulta una ingeniosa vuelta de tuerca. Sin embargo, una vez que ese plan ha quedado trazado, el tipo va diluyéndose y perdiendo interés hasta quedar reducido a un tipo con traje raro que quiere matar a Spider-Man porque esto es una película de Spider-Man y es lo que toca.

 

SPIDER-MAN: LEJOS DE CASA

"¿Salvados por la campana era la de Mark-Paul Gosselaar o la de Kirk Cameron?"

 

Spider-Man: Lejos de casa se acaba cuasi-redimiendo gracias a tres aciertos importantes: el primero de ellos sigue siendo Tom Holland, el actor perfecto para el papel titular, un Peter Parker enérgico, noble, optimista y con un punto de pazguato que mejora tanto a Tobey Maguire como a Andrew Garfield. Da gusto verle. El segundo acierto es la media hora final, un despliegue de acción realmente espectacular (qué menos...) en el que el director John Watts sabe utilizar a su favor la tridimensionalidad en la que se ve obligado a combatir Spider-Man, para ofrecer un ballet de balanceos con red, esquivas a la desesperada y carambolas de tortazos la mar de adrenalítico. El tercer acierto es una de las dos escenas post-créditos, un guiño que los supporters del cabeza de red llevaban esperando desde hacía tres o cuatro películas, y que no sólo compensa de sobras el precio de la entrada sino que plantea un cliffhanger estupendo de cara a las siguientes entregas de la serie. Con esas tres cosas, salvamos los muebles.

El resultado de todo lo explicado en esta crítica es una obra voluntariosa, con muchas ganas de gustar pero con poca garra, tan titubeante como el propio momento por el que atraviesa Marvel Studios. En cierto modo se siente como esas etapas de transición de los tebeos de Spider-Man, en los que acaba de abandonar la colección un tandem potente de dibujante/guionista, y durante algunos números la serie sigue adelante con autores de reemplazo, que crean aventuras autoconclusivas menores hasta que la editorial vuelve a fichar a algún peso pesado para remontar de nuevo el vuelo. Tampoco pasa nada, pero es un primer aviso de la crisis que asoma en el horizonte. De momento vamos a tener paciencia porque estamos hablando de Spider-Man, que son palabras mayores, pero cuando nos lleguen títulos protagonizados por personajes con menos empaque, no sé yo si tendremos tantas contemplaciones.

 

INFORME VENUSVILLE

Venusentencia: Dos Caras Harvey

INF VNV 3

Recomendada por Kuato a: fans de Spider-Man a pesar de todo.

No recomendada por Kuato a: quien considere que Vengadores: Endgame era un buen momento para dar por cerrado el asunto de los superhéroes Marvel.

Ego-Tour de luxe por: las justificaciones a cómo se ha adaptado el mundo Marvel al “blip”, el periodo de cinco años transcurridos desde que Thanos chasqueó los dedos y volatilizó a la mitad de los seres vivos, están mejor integradas de lo que cabría esperar.

Atmósfera turbinea por: que es una pena que el rejuvenecimiento de la tía May, poniéndole las facciones de Marisa Tomei, sólo haya acabado sirviendo para reducir al personaje al estatus de MILF (esta vez, incluso, metiendo un plano de su culo en vaqueros ajustados).

 

SPIDER-MAN: LEJOS DE CASA. “Spider-Man: Far From Home” (EUA, 2019). Director: Jon Watts. Guión: Chris McKenna y Eric Sommers. Reparto: Tom Holland, Marisa Tomei, Samuel L. Jackson, Zendaya, Jake Gyllenhaal, Jon Favreau y Jacob Batalon. Estreno en Venusville: 05/07/2019.

 

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