STOKER crítica: Simpathy for Lady Psycho

Simpathy for Lady Psycho

Park Chan-wook nos habla inglés para contarnos el
cuento de Alicia en el país de las psychomaravillas

Por Ray Zeta

<Había gran curiosidad por descubrir qué haría Park Chan-wook en su ópera prima americana, ver si mantendría su más pura esencia cinematográfica practicada en su Corea natal con la crueldad y la venganza por bandera, o si por el contrario se vendería el alma al Diablo dejándose engullir por la gran maquinaria hollywoodiense a cambio de sus dólares, echándose a perder otro personal cineasta como ha sucedido en los casos de Ole Bornedal, Jean-Pierre Jeunet o Tommy Wirkola. La respuesta es un medio-medio: Chan-wook no llega a la mala leche esgrimida en su cine de casa, pero llega lo suficiente como para poder reconocer la impronta del creador de Old Boy y hacer de este Stoker una experiencia recomendable si más no por su inusualidad.

Porque lo que hace aquí “Park el cachondo” es contarnos un cuento de ecos hitchcockianos (la comparación con La sombra de la duda es inevitable, pues la irrupción de Matthew Goode como elemento distorsionador familiar es clavada a la de Josep Cotten en el clásico del Gordo, hasta ambos se llaman igual –tío Charlie-, además de que la casa recuerda sospechosamente a la mansión Manderley de Rebeca) en forma de thriller gótico, y lo hace con una puesta en escena elegante, sugerente y sofisticada. Todo en Stoker está cuidado hasta el más mínimo detalle, desde el anacrónico vestuario de Mia Wasikowska (que parece victoriano, fíjense también en sus bragas en la escena de la ducha y no digan que en vez de un tanguita como los que llevan las adolescentes de hoy en día, no lleva un pedazo braga mayor incluso que las de Bridget Jones), hasta detalles como la caja de lápices o los zapatos de la protagonista (por no citar de nuevo las bragas).

"Toma esto para ir practicando la escena de la masturbación"

Y Park Chan-wook lo filma todo a la china (bueno, a la oriental, que él es coreano), tomándose su tiempo de manera contemplativa, recreándose en pequeños detalles (las arañas y las flores son un buen ejemplo), y fotografiando con un cromatismo elegidísimo, hasta dotar al film de poesía con sabor a haiku, creando una atmósfera morbosa, malsana y retorcida, en lo que la marmórea y anti-natural interpretación de Matthew Goode componiendo un personaje misterioso, enigmático y seductor, tiene mucho que ver. Porque aún no lo he dicho pero la peli va de psychos. Unos psychos que como los de Escuela de jóvenes asesinos, Very Bad things o Sightseers se llevan por delante de la manera más cafre a todo aquél que les molesta. Nada de planes previamente elaborados a lo Hannibal Lecter, aquí un cinturón, un lápiz o unas tijeras de podar bastan como arma homicida si el viento sopla del este o del oeste (o si viene del norte o del sur también).

"La particular dirección de Park Chan-wook, acaba por hacer de Stoker una peli rara, rara, rara: rara en su planteamiento, rara en su narrativa, y rara en sus personajes"

Psicópatas que esconden un oscuro secreto que vamos conociendo a través de flash-backs. De esos que un buen día te arrojan un piano a la cabeza porque a la edad de seis años no quisiste cambiarles el cromo que les faltaba para acabar la colección de E.T., el extraterrestre. O que te la tienen jurada porque un día te comiste las últimas natillas que quedaban en su nevera para merendar… Sabemos que no es precisamente una premisa original y que la hemos visto en mil títulos (el último, Dictado de Antonio Chavarrías), pero lo que sí es original son las consecuencias que tienen los actos psicópatas en otros personajes de la función (algunos de ellos conformando giros argumentales de lo más sorprendentes). Y hasta aquí puedo leer, que decía Mayra Gómez-Kemp en el “Un, dos, tres”, que luego nos acusan de spoileadores.

"Pregunta Park Chan-wook si el pulpo crudo te gusta solo o en su tinta"

Son estos psicópatas y sus relaciones los que marcan la línea de la película, lo que sumándose a la particular dirección de Park Chan-wook, acaban por hacer de Stoker una peli rara, rara, rara. Rara en su planteamiento, rara en su narrativa, y rara en sus personajes. Tanto, que hará las delicias de todos los espectadores amantes de propuestas poco convencionales como Holy Motors y similares. Esos que como menos se entiende una obra mejor la encuentran. Esos que disfrutan de lo lindo con comida semicruda porque se enfadan cuando se la sirven demasiado masticada… Lo tengo clarísimo: irán a ver Stoker y saldrán convencidos de que han visto la mejor peli de la temporada. Y los espectadores que no compartan esta manera de entender el cine que no se sulfuren y se consuelen pensando que si el guión hubiera caído en manos de un director poco ambicioso y no fuera por estas particularidades que mencionamos, estaríamos ante un thriller de corte televisivo de sobremesa como los tropocientos que ya hemos visto (me viene a la cabeza ahora la sosa Diabolique, de Jeremiah Chechnik).

Aún así, Stoker no es una película redonda ni mucho menos aunque su visionado sea recomendable, y reconocidos sus valores, también es de menester denunciar sus errores, aunque estos estén en apabullante minoría. Un inicio de cinta algo titubeante, ciertas reacciones de ciertos personajes poco creíbles (pero que por eso de la psicopatía nos acabaremos comiendo con patatas), falta de un puntito más de valentía global (en Pactar con el Diablo Al Pacino practicaba un trío con una madre y una hija, aquí los muy cobardes ni se lo plantean), un montaje con algún momento deslavazado (del personaje de Nicole Kidman se olvidan un buen rato, como si se lo hubiera tragado la tierra… estando en la misma casa), y un final si más no discutible. Y su duración, apenas una hora y media pelada. Las pelis de Park Chan-wook pasan habitualmente de las dos horas, y algunas de ellas son extraordinariamente lentas (tanto en Soy una cyborg como en Thirst creí que se me había parado el reloj), lo que en su paso al cine hablado en inglés no sucede porque debido a su corto metraje es inviable. Todo esto que hemos salido ganando./>

INFORME VENUSVILLE

		Sentencia Quaid: Copas de yate



		Recomendada por Kuato a: amantes de la trilogía de la venganza que quieran ver una película de Park Chan-wook sin venganza.

		No recomendada por Kuato a: espectadores que prefieran ver películas en las que después del 2 viene el tres, y si se le suma 1, den 4.

		Ego-Tour de luxe por: ¿de verdad se van a perder ver a la Alicia de Tim Burton masturbándose en la ducha?.

		Atmósfera turbínea por: que en la escena masturbatoria no se meta también en la ducha Kevin Spacey a modo de homenaje a *American Beauty*.