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UN AMIGO PARA FRANK rueda: Robot & Jake

Jake Schreier acude al Festival de Sitges con su máquina de afeitar como único robot

RAY ZETA

FESTIVAL DE SITGES, 07/10/2012. Jake Schreier es un tipo tímido, sólo hay que ver lo mal que lo pasa en el photocall y lo que resopla cuando se le pide que se ponga así o asá para sacar las fotos: que si ahora una mirando hacia aquí, ahora una mirando hacia allá, ahora una mirando a Cuenca... A buen seguro que si dispusiera de un robot para cubrir tales menesteres en su lugar, él ocuparía su tiempo leyendo tranquilamente en la intimidad de su habitación del hotel a Isaac Asimov, una de sus más marcadas influencias.

Pero como esto no es ciencia ficción, sino la realidad, y el único robot que trae consigo es su máquina de afeitar, y ésta ya ha cumplido su cometido a primera hora de la mañana, no le queda más remedio que arremangarse y chuparse la rueda de prensa como todo un campeón. Y suerte que ésta se ha basado sobre todo en hablar de robots desde una perspectiva cinematográfica, porque ya me veía tener que estar disertando durante media hora sobre las posibilidades sociales y terapéuticas de los robots como seres domésticos y de ayuda a personas necesitadas.

 

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"Los robots de Las mujeres perfectas ejercían tanto una función social como terapéutica"

 

Pero por suerte para todos, esto es el Festival de Sitges y no un congreso sobre “Salud y tecnología”, y por ello para los periodistas que asistimos a estas ruedas, robots son lo que salen en Star Wars, Cortocircuito y Eva, seres fantásticos capaces de hablar fluidamente seis millones de dialectos galácticos, y no los encargados de cambiarle el orinal a un paciente, por mucho que Jake Schreirer y Christopher D. Ford se inspiraran en los robots que se están diseñando actualmente en Japón para ayudar con fines sociales a personas mayores.

Por eso el diseño del robot de la película no tiene rasgos humanos como sí tenían los de la saga Alien, Las mujeres perfectas o Eva. Tanto para ser fiel a la realidad como porque querían que el público tuviera la misma sensación que tiene el personaje de Frank, o sea pasar del miedo y de la desconfianza al cariño a través de sus ojos. Si le ponían cara al robot corrían el riesgo de que las personas se identificaran con él de una manera que no querían, y ellos lo que buscaban era que si el público le cogía cariño fuera por la interpretación del personaje de Frank Langella

"La tecnología no es ni buena ni mala, sino que depende del uso que se haga de ella"

En cambio el robot de la biblioteca es inventado, nos cuenta Schreirer, “ya que necesitábamos un robot que supusiera un contraste”. Y continúa: “enseñar un robot que fuera prácticamente una mierda para que cuando saliera el robot más currado pareciera mejor. Había gente que lo llamaba ‘estantería con ruedas’, pero aún así es mi favorito”.

Para la parte inventada se documentaron de fuentes de ficción. Isaac Asimov les influenció mucho, pero ellos nos querían un robot de cine “como un robot asesino que matara a todo el mundo o un robot mágico que al final consiguiera un corazón”. Sí que vieron las grandes película de robots como 2001, una odisea en el espacio, pero no se han basado en ninguna de ellas específicamente porque lo que querían era mostrar un robot que reflejara la condición humana actual.

 

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"La próxima peli de robots que haga será una versión porno de Las mujeres perfectas"

 

¿Y cómo fue la animación del robot? ¿Había alguien dentro o es todo animación mediante ordenador? “No, había alguien dentro, una chica bajita que no debía medir más de 1,40 o 1,50 m. Debido a las alturas temperaturas alcanzadas durante el rodaje lo pasó muy mal y tras cada toma tenía que descansar un par de minutos y respirar porque se mareaba. A veces incluso teníamos que sacarla fuera del robot y rodar con el robot vacío para que pudiera descansar”.

Y Jake Schreirer sigue contándonos que una de las ideas de la película es que es el robot quien humaniza a los personajes humanos, lo que no deja de ser una ironía, que sea un personaje inanimado quien haga tomar a Frank conciencia de la relación que mantiene con su familia. “Quizás el personaje de Frank no cambia por completo”, explica, “pero sí que se da cuenta de lo que ha hecho en el pasado”. Y concluye con una gran afirmación a modo de sentencia que bien podría ser la cuarta ley robótica de Asimov: “porque la tecnología no es ni buena ni mala, sino que depende del uso que se haga de ella”.

 

 

Jake Schreirer en Robot & Venusville

 

UN AMIGO PARA FRANK. Estreno en Venusville: 24/05/2013

 

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