WONKA crítica: Wonky Poppins

**Precuela de Charlie y la fábrica de chocolate con un Wonka al que sólo le falta un paraguas volador**

A priori, una precuela de Charlie y la fábrica de chocolate con el personaje creado por Roald Dahl de protagonista, en los años en los que era un aprendiz de chocolatero imberbe repleto de acné y hormonas, debiendo estar en casa antes de las diez de la noche, y escondiendo revistas guarras bajo el colchón, daba más miedo que un nuevo proyecto de Uwe Boll. La sombra de la reciente Las aventuras del Doctor Dolittle acechaba cual goblin maligno en la oscuridad, pero para nuestra sorpresa, Wonka es todo lo que debía y prometía ser: un musical repleto de magia y fantasía que encaja a la perfección en el universo dahliano, y un producto perfecto para ser visto estas Navidades por los papás y las mamás con los niños, la abuela, el perro y el canario.

Acierto que le debemos a Paul King, el hombre capaz de tomar un personaje tan ramplón y ñoño como Paddington, y cascarse dos peliculones (sobre todo Paddington 2, la mejor secuela de la Historia del cine pasando incluso por delante de El padrino 2) que nada tienen que envidiar a Vengadores: Infinity Wars y Vengadores: Endgame. Pues con Willy Wonka ha hecho lo mismo, ha cogido el personaje creado por Roald Dahl, y se ha sacado de la chistera (nunca mejor dicho) el episodio de cómo se establece en la ciudad tras años viajando por los países más remotos del mundo en busca de ingredientes con los que perfeccionar sus recetas y fórmulas mágicas, y cómo se enfrenta al establishment de chocolateros cabrones, que ven peligrar su chiringuito con su irrupción en el negocio.

"No sabía que también habíamos copiado Moulin Rouge"

Cuando se anunció el proyecto, se informó erróneamente de que el argumento de la peli se basaba en los viajes de Willy Wonka a través del mundo, hasta llegar a Loompalandia y conocer a los Oompa Loompas. Falso. Wonka es un musical urbano de época que sigue la línea de Mary Poppins y El regreso de Mary Poppins, y se refleja en el espejo de Oliver con más de un toque dickensiano, aunque Timothée Chalamet cante justito y baile aún menos, si por bailar entendemos levantar los pies del suelo de uno en uno (tampoco Johnny Depp en Sweeney Todd y Russell Crowe en Los miserables eran unos Pavarottis...). No hay en su repertorio ningún número memorable, pero si no nos ponemos en plan Risto Mejide como jurado, funciona como pasatiempo agradable.

“Wonka es todo lo que debía y prometía ser: un musical repleto de magia y fantasía que encaja a la perfección en el universo dahliano”

Quien no acaba de convencer es Timothée Chalamet como Willy Wonka, pues su Wonka no tiene nada de la ironía cabrona del Wonka de Gene Wilder en Un mundo de fantasía, ni de la excentricidad retarded del de Johnny Depp en Charlie y la fábrica de chocolate, y compone un Willy Wonka totalmente anodino. Está claro que Paul King ha apostado por Timothée Chalamet como estrella comercial y que ha adaptado el personaje al actor y no al revés. Una lástima, porque Willy Wonka es un bombón (nunca mejor dicho), y si Timothée Chalamet hace sólo de Timothée Chalamet con chistera, nos sisan parte de la gracia del personaje. Si en lugar del guaperas de Timothée Chalamet hubieran tenido los bemoles de fichar a Barry Keoghan (finalista en el casting), estoy seguro de que ahora estaríamos hablando de un Willy Wonka único y genial, aunque sólo sea por el jeto inclasificable del irlandés.

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Y lo mismo va para Hugh Grant como el Oompa Loompa. Bien por el truco de guión de hacerlo salir aunque la peli no transcurra en Loompalandia, y aún mejor recuperar el look original de Un mundo de fantasía de tez naranja y cabello verde (cosa que Tim Burton obvió), además de su emblemática canción, por supuesto, pero el director de casting que propuso a Hugh Grant para interpretarlo, merecería ser colgado por sus partes bajas del árbol de caramelos de la fábrica de chocolate. ¿Un Oompa Loompa hablando como un inglés pijo en su club de campo? Hugh Grant puede resultar muy gracioso en papeles acertados (sus últimas colaboraciones con Guy Ritchie, por ejemplo), pero cuando erra el tiro, como es el caso también de su anacrónica composición de villano en Dungeons & Dragons: Honor entre ladrones, puede cargarse la peli.

O sea que la bestia parda de Wonka son sus miscastings, Timothée Chalamet como Willy Wonka y Hugh Grant como el Oompa Loompa, pero aún así, gracias a los personajes secundarios (brillantes la mayoría de ellos, especialmente Olivia Colman y Jim Carter), gracias a un guión que hace honor a Roald Dahl, y gracias a la buena labor de Paul King, Wonka funciona. Y más que funcionará para los jóvenes espectadores que no tengan conocimiento de las dos versiones anteriores, y estén libres así de perjuicios sin posibilidad de emitir juicios basados en comparaciones; así como funcionará también aún más para los que no conozcan la clásica Mary Poppins y la reciente El regreso de Mary Poppins, y de esta manera obvien sus parecidos. Con muchos condicionantes, pero Wonka funciona.

INFORME VENUSVILLE

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