GERARD BUTLER artículo: Uno entre 300

Gerard Butler, nuevo action hero que igual blande una espada que empuña una pistola

■ EL HOMBRE DE BOSTON

Ni buscando con Lara Croft la Caja de Pandora en Tomb Raider 2, matando dragones con Christian Bale en El reino del fuego, quedándose desorejado en la Edad Media en Timeline, o como el Drácula más guapetón y fashion del siglo XXI en Drácula 2001 nos fijamos en él. Tuvo que invitarnos a cenar en el infierno luciendo cuerpo Danone y abdominales de tableta de chocolate para que lo hiciéramos.

Gerard Butler, escocés nacido en 1969 que se quedó a las puertas de suceder a Pierce Brosnan como James Bond, triunfó en 300 donde Brad Pitt y Orlando Bloom se estrellaron estrepitosamente en Troya y en El reino de los cielos respectivamente. Consiguió que nos olvidáramos de Russell Crowe y su Máximo Meridio durante dos horas. ¿El secreto? Una composición del personaje de Leónidas impecable, unos pectorales y unas abdominales que nada tienen que envidiar al Arnie de Conan el bárbaro, y carisma, mucho carisma.

"¡¿Quién ha comprado pan Bimbo?!"

Porque el personaje de Leónidas descrito por Frank Miller en su novela gráfica no es fácil. Nada fácil. El actor dispuesto a darle vida en el celuloide debía tener presencia, el porte y el talante adecuado para hacer creíble que convence a un puñado de soldados de intervenir en una acción bélica tan descabellada como enfrentarse a un ejército de un cuarto de millón de hombres.

Gerard Butler consiguió con sus seis horas de gimnasio diarias, su acurada dicción, y su talento interpretativo, eso y mucho más. Que no sólo nos lo creyéramos, sino que deseáramos además que nos diesen un casco y una lanza, y que nos permitieran tener el honor de ser unos de los pocos que se enfrentaron a muchos aún a riesgo de volver con nuestro escudo o sobre él.