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INFIERNO AZUL reportaje: Tiburón blanco, infierno azul

El tiburón de Infierno azul, una recreación digital que deja pequeña a Mega Shark y Dinoshark

SONY PICTURES. A la hora de crear el tiburón, Jaume Collet-Serra quería conseguir un adversario digno que mantuviera a los espectadores en vilo. “Quería que el tiburón fuera una presencia durante la mitad de la película”, explica Collet-Serra. “Quería desvelarlo poco a poco, y que luego fuera como una fuerza de la naturaleza. Mi razonamiento es que si Nancy no consigue ver bien al tiburón, entonces los espectadores tampoco deberían poder verlo bien”.

Por motivos evidentes, el gran tiburón blanco del filme sería una creación digital. Los grandes tiburones blancos son una especie en peligro de extinción, que por lo general no sobreviven bien en cautividad. Por no hablar del peligro que supone filmar una película junto a un animal salvaje e impredecible. Collet-Serra colaboró con el departamento artístico para diseñar el tiburón. “Llegué a la conclusión de que el tiburón tenía que ser hembra”, comenta el director. “Las hembras son ligeramente más grandes, y la mayoría tienen grandes cicatrices producto del apareamiento. Visualmente, dan más miedo, ya que son más protectoras”.

 

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A la hora de animar el tiburón, el mayor reto de Scott E. Anderson, supervisor de efectos visuales, fue crear un personaje creíble. “El tiburón tiene un carácter muy coherente”, explica. “Nancy se mete sin querer en su territorio e interrumpe el mundo del animal. Y después de que el tiburón la haya herido, el escualo no ve a Nancy más que como comida. No es nada personal, el tiburón simplemente actúa como un tiburón. Hacia el final, cuando Nancy lucha por su propia supervivencia, el animal contraataca. Ambas hacen simplemente lo que tienen que hacer”.

"No dejaba de repetirles a los animadores que pensaran en el tiburón como un gran camión diésel con mucha potencia y par de torsión"

El enorme tamaño del animal suponía una gran diferencia para los animadores. “No dejaba de repetirles a los animadores que pensaran en el tiburón como un gran camión diésel con mucha potencia y par de torsión, frente a un coche de ingeniería alemana, capaz de alcanzar muchas revoluciones”, prosigue Anderson. “Es grande y elegante, con una forma de nadar llena de fuerza y gracia. Utilizamos esa masa cuando está atacando la boya o golpeando cualquier otra cosa; posee un gran tamaño y es muy pesado”.

 

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Estos dos atributos interconectados –el carácter del tiburón, que se deriva en gran medida de su tamaño– proporcionaron a Anderson las herramientas con las que ofrecer las emociones que imaginaba Collet-Serra. “Jaume tenía muy claro lo que quería en cuanto al factor miedo y el factor suspense del filme; a veces, aparece por sorpresa donde no te lo esperas, y otras se trata de un enorme tiburón que viene a por ti. Jugaba completamente con eso, así que conseguir que resultara igualmente real y aterrador era muy importante”.

El equipo de Anderson también tuvo que realizar una enorme cantidad de simulación de agua. Aunque el equipo utilizó una moto acuática durante el rodaje para crear cierto desplazamiento de agua, el tamaño del tiburón necesitaba mayor cantidad de desplazamiento, que se creó digitalmente. “Hace años, ni se te ocurriría emprender un proyecto así a esta escala”, señala Anderson. “Es asombroso cuántas de nuestras compañías pudieron ayudarnos tanto con la animación del tiburón, como con las extensiones de agua y la simulación de agua”.

 

INFIERNO AZUL. Estreno en Venusville: 15/07/2016

 

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