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LA ENTREGA crítica: El Soprano

Peli de gangsters con pocos gangsters y James Gandolfini con un papel muy a lo Tony Soprano

RAY ZETA

Yo lo tengo claro, en otra vida fui gangster, si no no me explico cómo es posible que a unos tipos garrulos que visten trajes a rayas y corbatas chillonas los encuentre tan atractivos. Hasta glamourosos, diría yo… Desde los años 30 en los que triunfaron George Raft, James Cagney y Humphrey Bogart, pasando por El padrino (aún hoy en día la cumbre a batir del género) y Érase una vez en América (que tampoco se queda corta), hasta la cosecha estrenada en los últimos 30 años con títulos como Los intocables de Eliot Ness, Donnie Brasco, Muerte entre las flores, la filmografía de Martin Scorsese con Infiltrados a la cabeza, y las más recientes Enemigos públicos, Promesas del este, American Gangster y RocknRolla, contando también series televisivas como Los Soprano o Boardwalk Empire, el cine de mafiosos siempre me ha puesto palote. Hasta en comedias en las que se ha parodiado el género como Balas sobre Broadway, Una terapia peligrosa o Mickey ojos azules he encontrado su punto.

Por eso una peli en la que salgan gangsters, aunque sea de refilón, ya me tiene ganado, como es el caso de La entrega. Porque La entrega es cine de gangsters, pero los protagonistas no son los gangsters sino los honrados comerciantes (en este caso propietarios de bares utilizados como tapadera de blanqueo de dinero ilegal) que sufren sus extorsiones. Gangsters que aquí son miembros de la mafia rusa que controla Brooklyn, bastando un par de escenas para mostrar que pese a su aparente buen trato y engañosa accesibilidad, son unos tíos tan chungos como los que salen en Promesas del este, capaces de destripar con un soplete a un tío mientras lucen una sonrisa denticlor de oreja a oreja. En la reciente Tokarev (peli también de gangsters que está en las antípodas de La entrega en cuanto a tono), sale un padrino ruso interpretado por el actor Pasha Lychnikoff, que bien podría ser también el padrino ausente de esta familia mafiosa.

 

"Podrías traer unas cuantas stripers siliconadas del Bada Bing para animar esto"

 

Por la otra parte, James Gandolfini y Tom Hardy son el propietario y el barman del bar extorsionado respectivamente. Una pareja de oro, estarán de acuerdo, que ni la de John Travolta y Samuel L. Jackson como sicarios pulpfictioneros. Porque James Galdolfini ha sido Tony Soprano, rey mafioso entre mafiosos con su característico físico de Shrek hablando con su particular acento italoamericano, inmortalizando el personaje por el cual se le recordará. Y Tom Hardy ha sido Bob “el Guapo” en RocknRolla, aunque su personaje aquí no tenga nada que ver con el gay con acento cockney creado por Guy Ritchie, ya que aquí Hardy interpreta a un neoyorkino de Brooklyn de pura cepa. Completa el triángulo Noomi Rapace interpretando a una emigrante del barrio de esas que los sábados por la mañana va a hacer la compra al súper vistiendo chándal y calzando tacones. ¿Recuerdan la canción de Los Rebeldes “Las reinas de l’Hospitalet”? Pues nuestra Lisbeth Salander encarna aquí a una de sus sosias neoyorkinas.

"James Galdolfini ha sido Tony Soprano, rey mafioso entre mafiosos con su característico físico de Shrek hablando con su particular acento italoamericano"

Trío actoral de ases pues, para una película que se toma su tiempo para presentar los personajes. Porque La entrega es una película que avanza al característico ritmo pausado del cine independiente, cociéndose a fuego lento y dejando lo bueno para el final, apoyado en sus giros argumentales. Su metraje es como un caldo de cultivo que va aportando los ingredientes necesarios para crear un clima de violencia reprimida que, como buen drama inspirado en las tragedias griegas, estalla al final como si nos explotara en la cara un regalito del pitufo bromista. Porque La entrega es una película de solitarios y de perdedores, con poco diálogo e interpretaciones contenidas que describen a personajes reales en situaciones reales, cada vez que la historia se aparta de la trama gangsteril. No en vano, uno de los modelos en los que se ha inspirado la obra en la que se basa es La ley del silencio, exponente magistral del género, y por eso el personaje de Tom Hardy tiene mucho que ver con el de Marlon Brando.

 

"No hace falta que tomemos precauciones, el parto del calamar de Prometheus me dejó estéril"

 

O sea, que si quieren acción y tiros gangsteriles a la antigua usanza, disparados por metralletas Tommy Guns en plena Ley Seca, rescaten Érase una vez en América y Los intocable de Eliot Ness, o inclusoHampones y El imperio del mal si tienen el día tonto (ambas divertidísimas, incluso más ahora que cuando se estrenaron), y si lo que quieren son gangsters de tebeo para echar unas risas, revisen Dick Tracy oBrigada de élite, y flipen de lo lindo con las composiciones (y caracterizaciones) de Al Pacino y Sean Penn como Big Boy Caprice y Mickey Cohen respectivamente (yo mismo me las pongo de tanto en tanto para levantarme el ánimo). Porque La entrega es otra cosa, es una película más adulta, para entendernos, tranquila (que no lenta), en la que pasan muchas cosas aunque parezca que pasen pocas, porque la mayoría de ellas pasan a nivel interior de los personajes. Como El asesinato de Jesse James por el cobarde Robert Ford o la reciente En un lugar sin ley, que parecen ser pelis de acción cuando realmente de acción tienen muy poca.

Hasta llegar al final, como he dicho. Un final que sorprende por inesperado y en el que todas las piezas encajan como un reloj suizo. Un final para levantarse, quitarse el sombrero, aplaudir y hacer la ola. Por eso el día que tengan un día tranquilo, de esos nubladitos que las anuncios de predictors enfocan al atardecer, vayan a ver La entrega y disfruten del cine bien hecho sin prisas, bien explicado y bien interpretado, y ríndanle homenaje así a James Gandolfini y al personaje de Tony Soprano, que bien podría ser aquí el personaje interpretado por Gandolfini si Tony Soprano hubiera decidido alejarse de los negocios de la familia, de las apuestas y del Bada Bing, y se hubiera establecido por su cuenta en un negocio honrado. Bueno, lo de honrado es un decir, porque en una peli de gangsters, la cabra tira al monte, y más aún si el monte está en Brooklyn.

 

INFORME VENUSVILLE

Venusentencia: Copas de yate

INF VNV 4

Recomendada por Kuato a: quien vista traje a rayas con camisa negra y corbata chillona de manera habitual, y vaya de normal sólo en Carnaval.

No recomendada por Kuato a: quien prefiera gangsters con más clase, como los que acarician gatos blancos mientras escuchan las peticiones que les piden como favor.

Ego-Tour de luxe por: el giro argumental del final. Simplemente cojonudo. Quien diga que lo ve venir, miente. Punto pelota.

Atmósfera turbínea por: hacer vivir al perrito en una jaula en vez de en una caseta. Como el enano que tenía Rowan Atkinson en su habitación en The Black Adder.

 

LA ENTREGA. Estreno en Venusville: 26/09/2014

 

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