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UNA CHICA VUELVE A CASA SOLA DE NOCHE crítica: Amor al primer mordisco

Película indie de vampiros en blanco y negro más hipster que una barba de palmo y medio

CHEMA PAMUNDI

Una chica vuelve a casa sola de noche es una película cien por cien hipster. Ahora bien, esta afirmación requiere ser matizada, y a ello voy: el hipsterismo es como una trituradora con ruedas que avanza a un ritmo constante e imparable, deglutiendo referentes culturales, asimilándolos (o sea, canonizándolos por simple pose) y expulsando los restos que no puede digerir, antes de moverse hacia el siguiente blanco.

Algunos de esos referentes nacen, de manera autoconsciente, para satisfacer el hambre de la trituradora. Si hablamos de cine y con independencia de su calidad, está bastante claro que casi cualquier cosa dirigida por los Coen, Sofía Coppola, Spike Jonze, David Fincher, Jim Jarmusch o Darren Aronofsky ha sido concebida al milímetro para que los modernos mojen la entrepierna de sus Levi's skinny jeans (y luego está Amélie, que con la tontería lleva ya casi quince años ahí arriba, como puto Santo Grial de lo chachi). Otras películas son simples víctimas inadvertidas que han tenido la desgracia (o la suerte) de reunir las condiciones necesarias para atraer la atención de la tribu hipster. Una chica vuelve a casa sola de noche es un ejemplo de manual de este segundo grupo.

 

Una chica vuelve a casa sola de noche"Pónganme un par de orejas puntiagudas y seré Batman versión hipster"

 

En la ficticia ciudad iraní de Bad City, una joven vampira ataviada con una especie de capa-hiyab y montada en un monopatín recorre cada noche las calles, en busca de cuellos que churrupar. Paralelamente, un muchacho con aspecto de James Dean musulmán vive hostigado por un mafioso local al que no puede pagar la deuda contraída por su padre, un yonqui bastante incurable. Una noche el chico sale de una fiesta de disfraces, borracho y vestido de Draculín, y se encuentra con la vampira auténtica. Con estas premisas, es evidente que estaban condenados a hacerse tilín el uno al otro...

"Sencillísima historia de amor entre dos personajes que se sienten tan solos que el hecho de que él sea un humano y ella una vampira les parece un escollo perfectamente salvable"

Tengo una noticia mala y una buena sobre Una chica vuelve a casa sola de noche. La mala es que, sintiéndolo mucho, no es ni por asomo el título que vaya a salvar el cine de vampiros moderno (si digo esto es porque ya lo he leído en más de una crítica). La buena noticia es que no lo pretende en absoluto. Lo único que pretende, y que consigue de sobras, es contar una sencillísima historia de amor (con más hechuras de western que de cine fantástico, incluso), entre dos personajes que se sienten tan vacíos, y tan solos, que el hecho de que él sea un humano y ella una vampira les parece un escollo perfectamente salvable. "Bueno, nadie es perfecto", que diría Billy Wilder. Ya se las arreglarán, oye. El caso es quererse.

 

Una chica vuelve a casa sola de noche

"Si Robert Pattinson y Kristen Stewart consumaron en Crepúsculo, nosotros también podemos"

 

Todo esto está contado desde unos postulados indies de presupuesto absolutamente precario: fotografía en blanco y negro muy contrastada (que no solo disimula austeridades de puesta en escena sino que da a la historia una textura de novela gráfica estilo Sin City que le sienta como un guante), cuatro actores (más un gato), un coche, un par de localizaciones y arreando. Una chica vuelve a casa sola de noche es la obra de una directora de guerrilla, empeñada en hacer cine como sea. Uno podría pensar que la muchacha se ha visto Down by Law y La ley de la calle doscientas veces, pero ella lo niega, así que es de suponer que sólo se tratará de una casualidad estética nacida de la carencia de medios. Sea como sea, su película es lo bastante original, honesta, personal y hechizante como para merecer ser valorada por sí misma. Ahondando en lo que ya dije antes, Una chica vuelve a casa sola de noche no tiene la culpa de que el gafapastismo militante se haya puesto a enredar tratando de elevarla a la obra maestra que no es. Es una buena opera prima, un debut prometedor. Nada más y nada menos.

Eso sí, la escena en la que ambos personajes tontean por primera vez, en el piso de ella, con la canción "Death" de los White Lies sonando de fondo, es quizás el momento de pasión amorosa más bonico que vamos a ver en una sala de cine en todo el 2015. Ahí, durante cuatro minutos, se para el tiempo. Ahí, Ana Lily Amirpour muestra síntomas de ser un verdadero diamante en bruto como directora. Mierda, después de todo puede que yo también sea un puñetero hipster...

 

INFORME VENUSVILLE

Venusentencia: Copas de Yate

INF VNV 4

Recomendada por Kuato a: quienes crean que en el moderno género de vampiros ya no hay vida más allá de Crepúsculo.

No recomendada por Kuato a: quien crea que los chupasangres sólo dan para hacer cintas de terror, de acción, o parábolas pedantes sobre la inmortalidad.

Ego-Tour de luxe por: pese a estar ambientado en Irán, el filme se rodó en una ciudad fantasma californiana que le da un tono de relato soñado bastante hipnotizador. A veces la falta de dinero es una bendición para la creatividad.

Atmósfera turbínea por: el gato es muy salao, y sale poco.

 

UNA CHICA VUELVE A CASA SOLA DE NOCHE. Estreno en Venusville: 04/09/2015

 

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