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THE PURGE. LA NOCHE DE LAS BESTIAS crítica: Como en casa, en ningún sitio

   

Como en casa, en ningún sitio

Sobre todo si hay una pandilla de pijos intentando
entrar para violarnos, rajarnos y despedazarnos

Por Chema Pamundi

 

<The Purge. La noche de las bestias es un poco como ese tipo que se presenta a una cena de gala ataviado con un traje de impecable factura, pero con una corbata que desentona horriblemente. El pobre diablo se ha gastado una pasta gansa en la mejor ropa de marca que el dinero es capaz de comprar, pero nadie en la sala puede dejar de mirarle la puta corbata, que lo estropea todo (e incluso genera alguna que otra risa ahogada). La “corbata” en el caso de The Purge. La noche de las bestias es su descabellado punto de partida. Algunos dirán que es “una buena idea que luego se va estropeando”, cuando es justo lo contrario: es una chorrada como la copa de un pino, que impide al resto de la película remontar el vuelo, porque sencillamente no hay manera de creerse la burra argumental que intentan vendernos.

   Veamos ese punto de partida, y juzguen ustedes si la cosa es tan grave como digo: en los Estados Unidos del 2022, el crimen y el paro han descendido hasta un insignificante 1%, gracias a una ley impuesta por los “Nuevos Padres de la Patria” (no nos dan más datos sobre ellos, pero de tal apelativo se infiere que la constitución americana ha recibido un buen cepillado). Dicha ley dictamina que, una vez al año, durante un periodo de 12 horas conocido como “la Noche de la Purga”, todos los crímenes están permitidos. Ni la policía ni los servicios de emergencias funcionan, y uno puede hacer básicamente lo que le dé la gana (violar, atracar, asesinar…) con total impunidad. Lo único que se considera “off limits” es atacar a agentes de la ley o altos cargos del gobierno, y usar armamento pesado. La teoría es que esa noche de juerga sangrienta tiene el efecto balsámico de saciar los instintos violentos y los malos rollos de la población, que durante el resto del año se comporta como un rebaño de ejemplares corderitos. ¿Ven como tenía razón cuando les he dicho que era una chorrada como la copa de un pino?

 

"Recordemos qué hacía Macaulay Culkin para que no le entraran los ladrones en Solo en casa"

 

   Dejemos de lado el hecho de que, en el mundo real, una “Noche de la Purga” no haría absolutamente nada por rebajar la tasa de criminalidad (¿los psicópatas se calmarían el resto del año? Anda ya…), y que nadie en su sano juicio apoyaría un sistema de gobierno que durante doce horas al año da carta blanca a cosas como la pederastia, las violaciones o los asesinatos en serie. Dejando de lado todo eso, digo, The Purge. La noche de las bestias podría haber llegado a ser una simpática sátira de serie B si hubiera abrazado su premisa argumental con el desparpajo trash de una peli grindhouse como Machete o Hobo with a Shotgun. Pero no, el director y guonista James DeMonaco ha tenido los santos cojones de tomarse la cosa en serio. O dicho de otro modo, de tomar al espectador por imbécil.

 

  "Una chorrada como la copa de un pino que impide al resto de la película remontar el vuelo, porque no hay manera de creerse la burra argumental que intentan vendernos"  

 

   La cinta se centra en las vicisitudes de la acomodada familia Sandin, formada por papá (Ethan Hawke), mamá  (Lena Headey), y la parejita de hijos adolescentes niño/niña (Max Burkholder y Adelaide Kane Zoey), que se encierran en su lujosa e hipersegura mansión esperando pasar tranquilamente la nochecita de marras, pero que debido a una pirueta de guión que es mejor no desvelar acaban siendo salvajemente asaltados por un grupo de jóvenes psicópatas pijos, bajo el liderazgo de un gilipollas repeinado que se hace llamar “educado líder” (interpretado de forma exageradísima por el australiano Rhys Wakefield, que intenta componer un Álex el Drugo postmoderno y le sale una risible parodia a medio camino entre Jim Carrey y Jack Nicholson).

 

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"Ni Jim Carrey ni Jack Nicholson, mi modelo es Matthew Lillard en Scooby-Doo"

 

   The Purge. La noche de las bestias es una película atrapada en una incómoda tierra de nadie: ni sabe ser una cinta de suspense lo bastante divertida, ni una alegoría lo bastante punzante, ni un ejercicio de estilo especialmente remarcable, ni una patada en los huevos que haga sentir incómodo al espectador. Como fábula moral resulta torpe y gruesa, y como thriller del subgénero “home invasion” es rutinaria y predecible. Se redime ligeramente por el empeño que le pone Ethan Hawke a su personaje (empieza resultando muy antipático, pero poco a poco va mutando hasta lograr que nos identifiquemos con él; y eso es mérito principalmente del actor, no de unos diálogos ramplones que le entorpecen más que ayudarle), y por una secuencia concreta de acción hacia el final de la película que está rodada con cierto vigor formal (disparo en la almendra va, hachazo en la giba viene). Pero aparte de estos aciertos puntuales, en conjunto la cosa se mueve todo el rato por los derroteros de lo banal, lo mediocre y lo trillado (ejemplo: ¿saben la típica escena en la que el villano se dispone a rematar a uno de los protagonistas cuando lo tiene a huevo, pero justo a tiempo alguien le dispara por la espalda y lo mata? Pues aquí se repite… tres puñeteras veces).

   Con algo más de valentía conceptual y un final menos plano, The Purge. La noche de las bestias podría haber sido un buen capítulo de The Twilight Zone, pero no es el caso (y sí, me doy cuenta de que ya he dicho esto mismo en alguna otra crítica reciente, pero es que parece que últimamente los guionistas de género fantástico se han vuelto vagos y solo escriben cortometrajes alargados). La historia que nos narra recuerda a muchas otras obras similares (Ils, Los extraños, Cherry Tree Lane, Perros de paja…) pero carece del brío, la personalidad o los rasgos distintivos de cualquiera de ellas. Seguramente en las entrevistas promocionales James DeMonaco se pondrá en plan Michael Haneke y dirá que ha intentado crear “una película con mensaje”, una alegoría sobre la deshumanización de la sociedad y bla bla bla, pero no cuela: esto no pasa de ser un thriller violento bastante simplón, con unos cuantos sustitos de manual y una colección de personajes que siguen a pies juntillas el libro de estilo de cualquier peli de terror (sí, incluso se separan y se meten por sitios oscuros como si estuvieran deseando que los emboscasen). El “mensaje” de la cinta solo tiene sentido dentro de sus tronados e inverosímiles parámetros, pero una vez que intentas sacarlo de ahí no tira ni con ruedas. Porque, ya lo hemos dicho en el primer párrafo, la idea de partida que articula The Purge. La noche de las bestias es una soplapollez absoluta./>

 

 
INFORME VENUSVILLE
     
 
Sentencia Quaid:
Congelada en carbonita
     
     
 

Recomendada por Kuato a: quien tenga curiosidad por ver si una peli de suspense puede sostener la tensión  durante hora y media pese a no tener pies ni cabeza desde el minuto uno (la respuesta es “NO”, claro).

     
 

No recomendada por Kuato a: quien, seducido por el efectivo tráiler, se espere un desafío moral y un discurso inteligente sobre la violencia, estilo Funny Games.

     
 

Ego-Tour de luxe por: aplaudible la habilidad de DeMonaco para lograr que una peli que debía haber ido directa a DVD haya logrado pasar todos los filtros de calidad hasta llegar a estrenarse en cines.

     
  Atmósfera turbínea por: el recurso melodramático de los malos que llevan caretas inquietantes, que ya cansa y en este caso es además ridículo. Si el crimen es legal durante la Noche de la Purga, ¿para qué coño se tapan la cara?.

 

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