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BAJO LA PIEL DE LOBO crítica: El Jeremiah Johnson pirenaico

Mario Casas se va a  los Pirineos como alimañero a lo Jeremiah Johnson en Bajo la piel de lobo

EL HOMBRE DE BOSTON

Ni El renacido, ni Las aventuras de Jeremiah Johnson. El referente cinematográfico en el que Samu Fuentes se ha inspirado para realizar Bajo la piel de lobo es La trampa (1966) de Sidney Hayers. En ella, Oliver Reed es un trampero solitario de toscos morales y más guarro que Kiko Rivera en los San Fermines, que compra una mujer tanto para que le cocine como para dejar de pagar la suscripción a la revista Private. La peli cuenta la dura vida en las montañas y la difícil relación entre el trampero y su compañera a su pesar, hasta que tras muchas dificultades de convivencia aflora el cariño entre ambos (¡snif!) y aprenden a estar el uno con el otro (¡doble snif!).

Pues Bajo la piel de lobo cuenta lo mismo pero a la española, con un trampero español igual de guarro (bueno, en este caso alimañero, pero para el caso es lo mismo), con una mujer española que también adquiere por la fuerza, y en los Pirineos en lugar de en las Rocosas. Y con Mario Casas en vez de Oliver Reed, que evidentemente ni es tan buen actor, ni queda tan bien en el papel, a pesar del empeño que le pone, pues a la vista está que el chaval se lo está currando para quitarse de encima la imagen de ídolo guapito para jovencitas, como demuestra el hecho de haberse puesto orondo para Bajo la piel de lobo y a continuación haberse quedado en los huesos para la inminente El fotógrafo de Mauthausen.

 

Bajo la piel de lobo

Mario Casas a lo Jeremiah Johnson

 

Lástima que el empeño no baste para resultar convincente, pues desafortunadamente la elección de Mario Casas para el papel principal se revela como un miscasting como la copa de un pino por edad, físico y capacidades actorales. Casas da el pego en registros más urbanos como Carne de neón, Tres metros sobre el cielo o Grupo 7, pero nunca ha sido suficientemente buen actor como para convencernos de otra cosa, por eso este personaje de alimañero le queda grande. Si en vez de él hubiéramos tenido a un actor de más talla y edad, como un Javier Bardem o un Tom Hardy (que en El renacido quedaba infinitamente mejor por imagen que el aniñado Leonardo DiCaprio), otro gallo nos hubiera cantado, o mejor dicho, otro lobo nos hubiera aullado.

"El problema principal de Bajo la piel de lobo es que una vez presentados los personajes y la trama, no tiene nada que contar"

Pero no es Mario Casas el único problema de Bajo la piel de lobo. El problema principal de Bajo la piel de lobo es que una vez presentados los personajes y la trama (alimañero tosco y solitario con callos en las manos, y no sólo por cortar leña, se lleva a una mujer del pueblo a su cabaña de la montaña), no tiene nada que contar. Bien por la presentación del alimañero en su duro hábitat natural y los habitantes del pueblo sin apenas diálogo, bien por la espectacular fotografía, que retrata de forma majestuosa los imponentes paisajes montañeros del Pirineo aragonés, y bien la presentación del conflicto, pero a la que la mujer llega a la cabaña, tururú, se acabó la película.

 

Bajo la piel de lobo

Mario Casas a lo Renacido

 

La relación entre ambos personajes se revela vacua, impersonal y tediosa, básicamente porque dicha relación es casi inexistente, hasta desembocar en un final forzado y poco creíble, que deja al espectador con la sensación de haber estado perdiendo el tiempo durante media película, a no ser que utilice esa media película para echarse una siesta. Parece que el único objetivo del director y guionista Samu Fuentes sea el de presentarnos a Mario Casas de duro y salvaje trampero barbudo y cubierto de pieles como en La trampa, Las aventuras de Jeremiah Johnson y El renacido, olvidando que una vez presentado, por muy bien que él crea que queda, es necesario contar una historia.

La trampa contaba básicamente lo mismo y el interés no decaía en ningún momento (y eso que no tenía escenas sexuales como sí tiene Bajo la piel de lobo), por no hablar de lo peliculones que son Las aventuras de Jeremiah Johnson y El renacido, parientes también de Bajo la piel de lobo, aunque haya quedado demostrado que son parientes muy, muy lejanos. Porque por muchos tramperos toscos y guarros que saliesen en ellas, viviendo bajo las duras y salvajes condiciones de las montañas, eran películas que contaban una historia, que es lo que no hace Bajo la piel de lobo. Para ver sólo a hombres orondos, toscos y guarros, ya tenemos a Kiko Rivera.

 

INFORME VENUSVILLE

Venusentencia: Congelada en carbonita

INF VNV 2

Recomendada por Kuato a: quien no haya visto La trampa con Oliver Reed, así no podrá compararlas y Bajo la piel de lobo no saldrá perdiendo.

No recomendada por Kuato a: quien a pesar de no haber visto La trampa, haya visto Las aventuras de Jeremiah Johnson y El renacido, ya que las comparará con Bajo la piel de lobo y saldrá perdiendo.

Ego-Tour de luxe por: lo que se lo ha currado Mario Casas engordando y rodando bajo las frías y duras condiciones del Pirineo. Al César lo que es del César.

Atmósfera turbínea por: que aún así, ni quede bien en el papel, ni haya salido una buena película. Esperemos que con El fotógrafo de Mauthausen tenga más suerte...

 

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