BLANCANIEVES (MIRROR, MIRROR) crítica: ¿Quién es la más cejuda del reino?

¿Quién es la más cejuda del reino?

Nueva versión de Blancanieves con Julia Roberts
de reina malvada disfrazada de Ferrero Rocher

Por Anna Bou

<Dos Blancanieves en un mismo año, ¿podremos digerir tanta compota de manzana envenenada seguida? Ante el aluvión blancanievero, podría parecer, a priori, que el Mirror Mirror de Tarsem Singh fuese la versión más ñoña, la más blanda en comparación con la Blancanieves de look gótico y oscuro de Blancanieves y la leyenda del cazador que está por llegar (sólo de pensar en Kristen Stewart y su cara de estreñimiento vital ya tenemos mareos). Pues nada más lejos de la realidad, queridos y queridas, porque Singh is King, no lo olvidemos. No sabemos cómo será finalmente la Blancanieves de Rupert Sanders, pero la de Tarsem Singh nos ha conquistado como un Ferrero Rocher de kilo. Un repaso a la filmografía del director hindú (The Fall, La celda, Immortals) nos basta para recordar su poderío visual, su imaginería totalmente hipnótica, brutal, sus escenas embriagadoras. Exagerado como un cuerno de la abundancia para éxtasis de sus seguidores más coloristas y para crítica de sus detractores, que de todo hay en la viña seca del Señor.

A éstos últimos les digo que si no se dejan atrapar por Singh the King, pues hala, a comer garbanzos en blanco y negro. Lo único cierto es que la exuberancia de Singh a veces se come el resto. ¡Pues que se lo coma! Hay que dejarse llevar por la magia que cocina en pantalla y esta Blancanieves es un buen plato: tiene un look totalmente kitsch, entre pastel de boda gitana y el souvenir más hortera de un bazar chino, pero eso mismo es lo que la hace de-li-ci-o-sa. Fresca como tomar una cerveza de verano y desparramante como el cuerpo que le queda a uno diez cervezas más tarde.

"Solo pensar que conocen `Blancanieves y los siete enanos viciosos` se me hace la boca agua"

Escenas como la humana partida de barcos, la puesta-esteticién a punto de la reina Roberts, los bailes con sus respectivos y surrealistas disfraces son muestras de una imaginería que tan sólo puede atraparte cual ratón en su trampa con doble de queso. Y hay más: los enanos son directamente geniales, desde su primera aparición (fastidiada por el tráiler) hasta todos y cada uno de sus planos. Fresquísimos. Por el simple hecho de ser enanos, sus artimañas para crecerse o sus posibilidades para esconderse (véase dónde se esconden en la fiesta final) son cachondísimas. Se les saca un jugo gigante.

"Esta Blancanieves tiene un look totalmente kitsch, entre pastel de boda gitana y el souvenir más hortera de un bazar chino, pero eso es lo que la hace de-li-ci-o-sa"

Julia Roberts está estupenda, autoparódica e irónica, embutida en esos vestidos obesos, a lo Rubens, que la asemejan a un buñuelo dorado de la Pascua más grande. Se nota que la actriz se lo ha pasado “teta” rodando este Mirror Mirror y siendo, indiscutiblemente, la reina de la función, porque Lily Collins no le hace nada de sombra a pesar de ser tierna como un filete de recién nacido. La tal Collins, la competidora en belleza además de hija de Phil Collins, está correcta y punto. Por cierto, esta chica tiene en las cejas todo el pelo que se le ha caído a su padre de la cabeza... ¡qué poderío de cejas! Son cejas con sus bosques y sus lobos y sus Blancanieves incluidas. Un universo total con sus propios agujeros negros, son esas cejas. No, no están en 3D, son así. Aparte de este análisis cejudo, comentar que Lily Collins, vista recientemente también en Sin salida, está correcta, quizás demasiado por contraste con toda la ironía que se aplican Julia Roberts, el lindo y patosito príncipe encarnado por Armie Hammer y Nathan Lane como gracioso criado de su reina.

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Buena revisión del cuento, con un humor inocentemente coñón y con alguna pincelada demasiado infantil como la subtrama del príncipe, cierto, pero permitamos la concesión; estamos hablando de Blancanieves, no de Alien, y ella es una princesita dulce y no la sargento Ripley.

Hubiera sido preferible para un público como el venusvillero que Blancanieves no fuera tan blanca ni la reina tan mala, con menos maniqueísmo y más mala leche, pero es una película para todos los públicos, y todos, incluido los hindúes, por mucho karma que tengan, también tienen el derecho a ser comerciales. Y muy atentos al tema musical con su chispa a lo Bollywood, hecho que asegura la sonrisa y cierto y sanísimo cachondeo general. Está claro que Singh hace lo que le da su realísima gana porque ya sabemos: Singh is King./>

INFORME VENUSVILLE

		Sentencia Quaid: Copas de yate



		Recomendada por Kuato a: las maduritas buenorras, para que vean que las jóvenes no les hacen sombra, pues la Roberts se zampa a la Collins. Apuesto a que más de un principito prefiere un revolcón con Julia antes que con la virginal Lili, por mucha ceja que tenga.

		No recomendada por Kuato a: los que van de macho/ machorras. Les dará verguenza admitir que la película es simpática como ella sola y que les ha gustado y lo negarán tres veces, cual Pedro del celuloide.

		Ego-Tour de luxe por: la imaginería de Tarsem Singh, pues que se esté haciendo un hueco en Hollywood con ese look tan exageradamente semi-hortera y voluptuosamente oriental es de mérito. Para la próxima quiero actores hindús y que los americanos les sirvan el té, darlings.

		Atmósfera turbínea por: el tráiler, no le hace justícia y presenta una peli mucho más ñoña de lo que es. Alerta con los tráilers que los carga el diablo...