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BLISS crítica: De aquellos polvos, estos lodos

Película indie de vampiros a los que la noche les confunde, y no precisamente por consumir sangre

SAPO

Es bien conocido que algunas de las creaciones artísticas más apreciadas por la humanidad germinaron mientras sus creadores se alimentaban de combustible de dudosa procedencia aunque de efectos sobradamente conocidos. Sin embargo,  cuando un artista se halla ante un bloqueo creativo no suele ser una buena idea intentar superarlo a base de sustancias psicotrópicas pues, tanto si funciona como si no, entrará en una espiral de autodestrucción. Precisamente en esa situación se halla la protagonista de Bliss que, para acabar el encargo de una pintura que se le resiste, recurre a la última novedad del muestrario de su camello habitual: "Diablo", un tipo de éxtasis de color negro y absorción nasal.

De ahí viene el título de la última película de Joe Begos pues “bliss” en inglés es sinónimo de éxtasis aunque en el sentido de dicha y felicidad. Por tanto, el novel director y productor juega a la confusión, pues la película no tarda en adentrarse en la sordidez de la noche urbana para acabar cabalgando a lomos de un caballo desbocado por una trama fantástica de terror sanguíneo. Eso sí, no se podrá negar que las dosis de diablo consiguen que la pintura del cuadro avance a buen ritmo con reminiscencias a "El retrato de Dorian Grey". En ese frenesí reina de forma absoluta la interpretación de Dora Madison en el papel la artista pictórica, pilar indiscutible de la película.

 

"Cuidao, que ya sabemos lo que le ocurre a Uma Thurman en Pulp Fiction"

 

Realmente la historia que nos cuenta Bliss es muy pobre y ni siquiera el giro presuntamente terrorífico de la misma la salva. A pesar de ello, Dora Madison realiza en todo momento una interpretación intensa y solvente. Es, junto al tratamiento visual de las imágenes, lo mejor de la película. Los planos de la protagonista donde se desajusta su movimiento respecto de una imagen sombría de fondo, entre destellos rítmicos, son notables. Tanto que al inicio de la película se avisa al espectador, de manera algo exagerada, de posibles reacciones epilépticas. La música cañera también encaja perfectamente con los ambientes lumpen dónde transcurre la trama.

"La historia que nos cuenta Bliss es muy pobre y ni siquiera el giro presuntamente terrorífico de la misma la salva"

En cambio, el resto de personajes son meros estereotipos, simple carnaza para rellenar el relato. Además, las dotes interpretativas de los actores secundarios no parece dar para mucho. También el bajo presupuesto de la película se muestra crudamente en los efectos especiales. La mínima tensión terrorífica que se mantiene en la primera parte de la película se desvanece por completo una vez los personajes empiezan a hincar el diente a carnes con textura de chicle. Además, los cuerpos poseídos que se esfuman tras su muerte parecen helados derretidos. ¿Y qué decir de la sangre que emana de los mordiscos? A veces con aspecto de aceite de coche usado, otras de salsa de tomate napolitana.

 

"Yo creía que las pinturas negras de Goya eran otra cosa"

 

El único aspecto de la película que permite reflexionar al espectador es el de los efectos que produce una buena esnifada de éxtasis. Está bien documentado la sensación de euforia, el aumento de sociabilidad, la alteración del sentido del tiempo y las alucinaciones que provocan sus viajes. Lo que era del todo desconocido es que, tras una buena castaña, te despiertes sin resaca, duchado y con la casa arreglada. En lugar del éxtasis Diablo debería llamarse el éxtasis del algodón no engaña. Por cierto, dadas las enormes dosis que manejan los personajes, echo en falta alguna alucinación que incluya una trompa de elefante o una aspiradora.

Ahora bien, quizás la cosa sería diferente si en lugar de una película estuviéramos hablando de un videoclip. Hay que reconocer que el cuerpo desnudo de Dora Madison, embadurnado con fluidos varios y retozando frente al cuadro pincel en ristre, transmite una energía cautivadora. ¡Lástima de creatividad malgastada! Así pues, la moraleja de la película es que si eres artista y delante de la tela/página te quedas en blanco, mejor no intentes recuperar la inspiración realizando una ídem con la nariz pegada al polvo. Porque lo más probable es que el resultado sea que tu obra acabe siendo un bodrio y tu sentido de la vida explote al amanecer.

 

INFORME VENUSVILLE

Venusentencia: Congelada en carbonita

INF VNV 2

Recomendada por Kuato a: los fans de la fusión de géneros, pues en Bliss hay sexo, drogas, rock & roll, carne cruda y lienzo.

No recomendada por Kuato a: los que necesitan de la necesaria dosis de terror psicológico en las películas de dicho género.

Ego-Tour de luxe por: la fotografía hipnótica y sincopada durante los trances de la protagonista.

Atmósfera turbínea por: la excesiva cantidad de ketchup usada en la orgía de sangre final.

 

BLISS. Estreno en Venusville: 07/02/2020.

 

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