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COHERENCE artículo: Coherencia ante todo

James Ward Byrkit nos convence de que su guión no es tan una ida de olla como parece

GOOD FILMS. Coherence  evolucionó a partir de un experimento basado en comprobar cómo los elementos básicos de una película de bajo presupuesto tradicional eran necesarios para crear un proyecto narrativamente ambicioso y, al mismo tiempo, convincente. Los elementos en cuestión eran tan habituales como: “equipo”, “presupuesto”, “guión” y “tiempo”. El cineasta James Ward Byrkit generó una emocionante tormenta de ideas con su colaborador Alex Manugian con el fin de comprobar los límites del proceso de improvisación. ¿Qué ocurriría si la historia tenía giros, inversiones de la trama, puzzles y misterios existenciales… y los actores debían reaccionar al tiempo que se desarrollaba el rodaje de las secuencias? ¿Qué ocurriría si no existiera el presente salvo por la presencia de los operadores de cámara? ¿Qué ocurriría si todas las marcas fueran eliminadas y los intérpretes pudieran ir a cualquier lado o hacer cualquier cosa que sus personajes necesitasen para sobrevivir a esa experiencia?

La productora Lene Bausager se unió al experimento y ahí comenzó la génesis de Coherence. Con resultados sorprendentes a cada paso, el cineasta y su equipo se dieron cuenta de que estaban creando un fi lm bastante extraordinario. Coherence fue filmada a lo largo de cinco noches sin un guión. Los actores se encontraban cada mañana con tarjetas individuales que explicaban las motivaciones de su personaje y relatos que compartir con ellos durante el siguiente rodaje nocturno. Durante este exclusivo proceso, cada actor tenía un sentido general de lo que debería lograr su personaje, pero ningún conocimiento de lo que se les había contado a los otros intérpretes.

 

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El resultado fue una improvisada experiencia realizada en tiempo real, sin ensayos ni límites para rodar con la cámara. Byrkit mantuvo la esencia de la historia con la ayuda de un detallado tratamiento -desarrollado con el coguionista Manugian- en el que aparecían esquematizados: los principales conflictos entre los personajes, la progresión de la historia y los giros de la trama. A lo largo de cinco noches, los intérpretes vivieron una envolvente pesadilla que generó intensas actuaciones y más giros inesperados de la historia de los previstos inicialmente. El resultado ha sido irónicamente titulado Coherence, una muestra de que un nuevo paradigma de narrativa es posible y que aún así no hay que dejarlo todo al azar.

"Coherence intenta evocar el espíritu de Ray Bradbury y de los mejores episodios de The Twilight Zone"

James Ward Byrkit: “los estratos que subyacen en cada interacción diaria entre humanos contienen profundos sentimientos de lucha y dolor que, para mí, son tan valiosos como una épica campaña de supervivencia. Hay algo que a la vez pone profundamente a prueba tus agallas y que te atrae hasta revolucionar tu mente, una batalla de baja intensidad que la gente inconscientemente mantiene con ellos mismos: la voluntad de mantener su identidad y de defender el incalculable número de elecciones que hemos hecho, que nos han conducido hasta el momento actual. Creamos un ser para que lo vean los otros, nosotros mismos no podemos vernos. Desde el punto de vista del cerebro, este hecho nos lleva a la inevitable reflexión: ¿qué ocurre cuando nos enfrentamos a nosotros mismos como un observador? ¿Tenemos la misma compasión hacia nuestras elecciones que la que concedemos a los demás? ¿O, de repente, vemos cuán desechables son nuestros potenciales futuros?

 

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Coherence intenta evocar el espíritu de Ray Bradbury y de los mejores episodios de The Twilight Zone. Aquellas historias generaban un poderoso sentido de extrañeza alterando levemente la realidad. Implicaban juegos para la mente, esperando a ser descubiertos. Mis propias experiencias más asombrosas, leyendo y viendo películas, me han sucedido al darme cuenta de que el elemento imposible de la trama era comparable con la inabarcable realidad de la vida. De que era cierto lo que planteaba una absoluta ficción. Los personajes de Coherence  están inmersos en una especie de parque de atracciones, que parece un escenario normal, pero que a ratos se convierte en un puzzle por descifrar. Me he esforzado para encontrar la situación ideal para filmar, que encajase con el guión y que permitiera al equipo artístico del film conectar la improvisación y la creatividad con las coordenadas del enigma que he estado construyendo a lo largo de más de un año. El enfoque resultó ser lo que yo necesitaba para combinar la complejidad de un ajuste mental metafísico con un naturalismo en las interpretaciones basado en la realidad.

El remordimiento es un motor muy potente y los personajes de la historia están atrapados en varios niveles de elecciones que conducen a su propia inmovilidad. Lo sorprendente de la historia es que cuando obtienen la imprevisible oportunidad de cambiar un detalle acerca de su situación, esa opción les desborda. Una cosa es realizar una reflexión personal acerca de uno mismo, pero si esa acción significa arriesgar todo el bienestar acerca de tu propia identidad, puede suponer un peaje muy duro de pagar. He propiciado todos esos momentos improbables porque resquebrajan la ilusión de la realidad convencional y desvelan los estratos subyacentes en la mente. Si la historia puede acceder a algún espacio fuera de la rutina cotidiana de la experiencia humana, entonces la vida podrá enriquecerse y la mente podrá descubrir espacios en los que regodearse aún no descubiertos”.

 

COHERENCE. Estreno en Venusville: 24/10/2014

 

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