CORAZONES DE ACERO reportaje: Jugando a soldaditos

Jugando a soldaditos

Tanques, uniformes y entrenamientos para recrear
la Segunda Guerra Mundial jugando a soldaditos

De Sony Pictures

<En Corazones de acero, el tanque protagonista, Fury, es un Sherman M4. Se trata del carro de combate principal que utilizaron los estadounidenses y las Fuerzas Aliadas Occidentales durante la Segunda Guerra Mundial. Para recrear al Fury, se usaron tres vehículos. El primero naturalmente fue un carro de combate real, un Sherman con un cañón de 76 mm. Que data de finales de la guerra. El segundo vehículo, el funcional, lo construyeron sobre una base de tanque. Montaron una plataforma encima para habilitar así el espacio necesario para que el equipo y las cámaras pudieran grabar sobre el tanque. El tercero se construyó en un set en el que se recreó el interior del tanque para las escenas que tienen lugar dentro del carro de combate. Se trataba de un set muy pequeño y cada pared tenía que desprenderse para permitir el rodaje desde cualquier ángulo.

Al final de la Segunda Guerra Mundial el bando americano era variopinto y estaba más desaliñado. Sus militares llevaban ropa básicamente de trabajo civil. Por el contrario el ejército alemán de la misma época lucía uniformes confeccionados por sastres y eran mucho más entallados. Este grado de detalle y realismo es el que quiso incluir el director David Ayer en el vestuario de Corazones de acero. Para ello, durante dos años se llevó a cabo una labor de documentación exhaustiva para acertar con los trajes y los uniformes del periodo en el que tiene lugar la acción de la película. Se analizaron miles de fotografías del Cuerpo de Señales del Ejército de EEUU tomadas durante la Segunda Guerra Mundial, desde enero de 1945 hasta el final de la guerra, revisando minuciosamente los archivos de la segunda misión acorazada.

"Suerte que no tiré el uniforme que llevaba en Malditos bastardos"

Otra parte importante en la confección del vestuario es hacer parecer que las prendas han tenido su uso y se han desgastado. Para llevar a cabo esto se trabajó en lo que se denomina “desgaste”, haciendo que telas nuevas aparenten tener años de uso, haciendo perder intensidad al color, rasgando la tela para luego repararla, rompiendo bolsillos, etc. Para Corazones de aceros se desgastaron unos 350 uniformes americanos y otros 350 alemanes, dando como resultado 700 trajes únicos, ya que cada soldado tiene su propia historia.

"Los cinco actores fueron expuestos a los elementos para que probaran todo lo que se padeció en la Segunda Guerra Mundial: lluvia, barro, viento y falta de sueño"

En Corazones de acero, uno de los temas cruciales para que la película tuviera el realismo que perseguía el director David Ayer, era que esa hermandad que existe entre los miembros de la dotación del tanque Fury fuera lo más auténtica posible. Los miembros del carro de combate llevan luchando juntos desde años, pasando penurias y son como una familia. Para conseguir este vínculo, se contó con el asesoramiento de dos militares: Kevin Vance (Unidad de Operaciones Especiales de EEUU) y David Raue (Fuerzas Militares Británicas). Ambos son los responsables de que Brad Pitt, Shia LaBeouf, Logan Lerman, Jon Bernthal y Michael Peña parezcan una auténtica tripulación de un tanque.

"Dice Brad Pitt que no se entrena porque ya lo hizo para Malditos bastardos"

Para ello diseñaron un campo de entrenamiento básico para los cinco actores protagonistas. La idea era que pensaran y actuaran como un equipo, que dependieran el uno del otro. Este entrenamiento especial duró seis días, y durante este tiempo su ropa armas y raciones eran todas básicas, imitando la época en la que tiene lugar la película. Los cinco fueron expuestos a los elementos para que probaran a una escala menor todo lo que padeció la generación de la Segunda Guerra Mundial: lluvia, barro, viento y falta de sueño. Les levantaban a las cinco de la madrugada, pasaban dos horas de duro entrenamiento y después ejercicios rutinarios y obstáculos hasta la tarde.

Las raciones de comida se servían frías, dormían a la intemperie, bajo la lluvia, y hacían turnos de guardia. De los seis días, los tres primeros se asignaron para “destruirlos” mental y físicamente. Les mantuvieron en un estado permanente de agotamiento, agujetas e incomodidad. En los tres restantes se concentraron en reconstruirlos juntos, como un solo hombre. Este campamento fue una experiencia única para todos. Les sirvió para conocerse mutuamente, para crear confianza entre ellos, cosa que se ve reflejada perfectamente en la película./>

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