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LAS CRÓNICAS DE NARNIA: LA TRAVESÍA DEL VIAJERO DEL ALBA crítica: Simbad el "telmarino"

   

Simbad el "telmarino"

Tercera parte de la saga narniana con el príncipe Caspian ejerciendo de Simbad versión Modern Talking

Por Ray Zeta

 

<Las crónicas de Narnia: el león, la bruja y el armario significó un Dos Caras Harvey simpaticón. Al ser la peli de presentación de la franquicia basada en las siete novelas de C.S. Lewis ya tenía media batalla ganada haciendo solo eso, presentando. Igualito que el primer Harry Potter presentó a los protas, Hogwarts y los profes, Las crónicas de Narnia 1 hizo lo propio de la mejor manera con los cuatro hermanos Pevensie, el reino de Narnia y los habitantes de éste, desde el Sr. Tumnus y Aslam a la Bruja Blanca, pasando por todas las criaturas mitológicas y animalitos parlantes.

   Pero ay, que a partir de su segunda mitad de metraje ya empezaron con la irritante manía de justificar lo injustificable a base de profecías y “elegidos”, amén de introducir a los blandengues nenes en la batalla final como si fueran el mismo William Wallace (una batalla donde hay hasta minotauros con mazas; como para poder sobrevivir más de un minuto…), y coronarlos reyes de Narnia (sí, a los cuatro), en dos pasajes simplemente ridículos por muy película para niños que sea.

   Las crónicas de Narnia: el príncipe Caspian en cambio, resultó contra todo pronóstico un Copas de yate claro al substituir la fantasía ñoñita del mundo mágico de los animalitos repelentes parlantes por una trama medieval de espadazos. Y donde Las crónicas de Narnia 1 pinchaba, o sea metiendo a los nenes en quehaceres de rudos y aguerridos guerreros, en esta segunda entrega ya sea atacando el castillo, batiéndose con el villano o en la batalla final, nos lo tragamos con patatas.

 

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"La guarra de Hermione gasta tres tallas más de pecho que yo" 

 

   Habían ganas pues de ver Las crónicas de Narnia: la travesía del Viajero del Alba, pues si el primer episodio había sido un Dos Caras Harvey y el segundo un Copas de yate, este tercero por lógica debía ser un rotundo Venus Hall of Fame, pero ay, que los cambios de responsables han dado al traste con todos los planes.

   Será que ahora ya no produce Walt Disney Pictures sino Twentieth Century Fox, y que no dirige Andrew Adamson (también el de Shrek) sino Michael Apted, o no tendrá nada que ver, vayan ustedes a saber, pero lo cierto es que este tercer episodio narniano es una sucesión de aventuritas marinas fantásticas tan metidas en la trama con calzador, pinzas y fórceps, que el resultado es una obra con menos cintura que el guardián de la biblioteca de Blade.

   Ya no son cuatro los hermanos que viajan en esta ocasión a Narnia. Tal como se anunciaba al final de El príncipe Caspian, los dos mayores ya son de demasiado mayores para jugar a espaditas (exclamen un sentido “oh” como si los concursantes del “Un, dos, tres” hubieran perdido el coche por la pérdida de la bella Anna Popplewell, actriz a quien deberemos seguirle la pista a partir de ahora), así que debemos conformarnos con los dos pequeños… que ya no son tan pequeños.

   Se habla mucho del estirón de Harry Potter, Ron y Hermione, pero Lucy (Georgie Henley) a sus catorce años ya insinúa unos incipientes pechitos bajo su blusa, y no se sorprendan si cualquier día de estos compite con Emma Watson a ver cuál de las dos es cazada sin bragas con mejor ángulo, y en cuanto a su hermano en la ficción Edmund (Skandar Keynes), con dieciocho tacos, hace años que lo que esconde bajo el colchón no son cómics precisamente…

 

  "Este tercer episodio es una sucesión de aventuritas fantásticas tan metidas con calzador, que el resultado es una obra con menos cintura que el guardián de la biblioteca de Blade"  

 

   A los dos hermanitos se les une aquí un primito (no digo primo porque igual me malinterpretarían) a modo de personaje secundario cómico, pero es un personaje tan repelente que lo único que consigue es desesperarnos con su irritante composición de niño pijo histérico (igualito que una combinación del primo cabrón de Harry Potter y Jar-Jar Binks).

   Los actores adultos de las entregas anteriores tienen apariciones puramente testimoniales como ya sucedió en el episodio anterior. Tilda Swinton sale como la Bruja Blanca en dos momentos de nada (y encima en una impresión digital), y Liam Neeson como Aslam en dos escenitas del final, lo justo para poder cobrar el cheque del contrato que lo une a la saga.

   Destaca en cambio Ben Barnes, quien después de haberse follado a todo bicho viviente sin hacer distinciones de sexo, color de piel o especie animal en Dorian Gray, interpreta de nuevo al casto príncipe Caspian, esta vez metido a capitán de barco enzarzado en una travesía fantástica.

   Porque de esto van estas Crónicas de Narnia 3, de un viaje marino fantástico como el de Jasón, Ulises o Simbad, en el que se deben sortear mil y un peligros que amenazan con meterles a la tripulación telmarina (naturales del reino de Telmar) el mascarón de proa por el culo. Solo que estos peligros están narrados, como apuntaba al principio, en forma de pasajes que se van sucediendo de manera tan forzada como un pitufo participando en un triatlón Ironman por exigencias del guión.

 

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"Lo único que me faltó en Dorian Gray fue organizar una orgía infantil"

 

   Un episodio con traficantes de esclavos que se inicia y se resuelve absolutamente por la cara (igualito que si apareciese el escuadrón de mercenarios de Sylvester Stallone en plena misión en una convención de lesbianas abogando por la castración universal); unos especie de hobbits con una sola pierna que serían el tema perfecto de una parodia porno; un estanque de oro que convierte en estatua a todo el que lo toca (ahora que lo pienso, igual era amarillo por la cantidad de marineros que se mean en él); una niebla que lo envuelve todo que recuerda la de las discotecas de los ochenta; un dragón que si los traficantes de esclavos aparecían por la cara, éste aparece por la cara y por el culo (la explicación es para irse del cine); y una serpiente marina clavadita a la que el pato Donald tocaba la flauta en la aventura Dumbo “El encantador de serpientes”, entre otros.

   Por todo esto, La travesía del Viajero del Alba se revela como una peli fantástica que intenta emular a Stardust pero que comete los mismos errores que La brújula dorada, un producto excesivamente infantil que hará las delicias de los niñatos de teta, pero que desesperará hasta la locura al adulto que al ver El príncipe Caspian creyó que la saga Las crónicas de Narnia iba por un camino tan prometedor como el de Harry Potter tras El prisionero de Azkabán.

   Tan infantil es que parece más un producto de la factoría Disney ahora que está siendo producido por la Twentieth Century Fox que cuando lo era por Disney. El mundo al revés./>

 

 
INFORME VENUSVILLE
     
 
Sentencia Quaid:
Congelada en carbonita
     
     
 

Recomendada por Kuato a: quienes tienen el DVD de La brújula dorada entre los de Minority Report y Origen.

     
 

No recomendada por Kuato a: los que hace al menos diez años que dejaron de mojar la cama accidentalmente (los que siguen haciéndolo voluntariamente no cuenta).

     
 

Ego-Tour de luxe por: que el ratón Reepicheep no sea el personaje graciosillo oficial (para eso ya está el repelente primo Vicente).

     
  Atmósfera turbínea por: ¿les he dicho ya cuán ofendido me sentí por la explicación de la presencia del dragón? La próxima vez utilizo las gafas 3D como un arma ninja y las arrojo a la pantalla.

 

 

   

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5 Respuestas

  1. Ray Zeta
    PARA EL AZOTADOR<br /><p>En efecto, estuvo a punto de no hacerse porque la Disney canceló la producción cuando "El príncipe Caspian" sólo recaudó 420 millones de dólares (la primera parte había ingresado 750), pero la Fox se hizo con los derechos y ha producido este tercer episodio con intención de continuar la saga hasta el final. Es de agradecer al menos que haya mantenido el reparto original.</p> <p> </p> <p>Un saludo desde Marte, azotador de nalgas</p>
  2. Anónimo
    Soy un Cama mojada<br />Mojo la cama cuando me da la gana. Me basta con la opinión del sr zeta. Resort
  3. Anónimo
    Truñaco cantado<br />Muchas gracias, Ray Zeta, ya me imaginaba que esta tercera parte sería un truñaco, así me evito verla. De hecho, estuvo en la cuerda floja su realización, no? El azotador de nalgas
  4. Anónimo
    Niños...<br />A mi lo que me pone nerviosa son los niños que van de héroes. Bueno... la verdad es que todos los niños del mundo me ponen nerviosa. ¿No se podría eliminarlos a todos? La niñera mágica
  5. Anónimo
    criaturetes<br />No se´, a mi tanta criaturita parlanchina me pone nervioso, eso mejor dejarlo para las pelis de dibujos... :-) Xavier Mas

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