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EL CAZADOR DE RECOMPENSAS crítica: Django sin encadenar

Western clásico con Christoph Waltz y un negro que ni se llama Django ni se desencadena

EL HOMBRE DE BOSTON

Hay directores a los que les gusta tanto el olor a mierda de caballo, que si se comercializara como perfume, no duden de que se lo pondrían. John Ford, Anthony Mann, John Sturges, Sam Peckinpah, Sergio Leone, Clint Eastwood, Kevin Costner… y cómo no, Walter Hill. A lo largo de sus 45 años de Carrera, Hill ha dirigido westerns puros como Forajidos de leyenda, Gerónimo y Wild Bill, además de las series Deadwood y Los protectores, y semiwesterns como La presa, The Warriors, Calles de fuego, Traición sin límites, y El último hombre. Era de esperar pues, que para su (presumiblemente) última película como guionista y director, eligiera su género favorito para despedirse.

Y que lo hiciera sin presiones comerciales de ningún tipo, contando una pequeña historia sin un gran presupuesto, en una cinta de serie B a pesar de contar con nombres estelares de la talla de Christoph Waltz y Willem Dafoe. Walter Hill le dedica la película a Budd Boetticher, lo que ya es toda una declaración de intenciones, pues Boetticher fue uno de los mayores artífices del western durante la era dorada de Hollywood, y aún así siempre ocupó un segundo plano en los grandes estudios. Y eso a pesar de obtener éxitos con estrellas de la época como Randolph Scott, Glenn Ford, Robert Ryan, Anthony Quinn o Rock Hudson.

 

"Pues en The English Emily Blunt se lía con un indio y bien contenta que está"

 

No es de extrañar pues que Walter Hill cuente una historia que bien podría haber firmado el mismo Budd Boetticher, y lo haga al igual que él, directo al grano sin alardes ni adornos innecesarios. Un cazarrecompensas es contratado para encontrar a una esposa blanca fugada a Méjico (western fronterizo al canto) con un negro. Allí se enfrentará al cacique local, al mismo tiempo que deberá lidiar con un forajido que encarceló años atrás. Hill hace converger estas tres subtramas (alguna de manera sospechosamente casual), como se dice en tiempos de la real food, sin aditivos, sin colorantes y sin conservantes. Vuelta y vuelta, y al plato directo.

“Western simple a la antigua usanza, con fotografía sepia, paisajes polvorientos, personajes arquetípicos, lugares comunes, tiroteos y duelos”

Western conciso sin florituras, pues, ni crepuscular, ni desmitificador, ni psicológico, ni nada que pueda inducir a utilizar la etiqueta de “western elevado”. Western simple a la antigua usanza, con fotografía sepia, paisajes polvorientos, personajes arquetípicos, lugares comunes, tiroteos y duelos. Todos los elementos marca de la casa del género al servicio de un Christoph Waltz que repite el papel que le reportó su segundo Oscar por Django desencadenado (aquí también le acompaña un negro, pero en esta ocasión no es un esclavo sino un soldado), y un Willem Dafoe como secundario que interpreta al forajido de manera más comedida de lo habitual.

 

"La próxima vez me llamas para Django desencadenado 2, no para esto"

 

El único peaje que paga Walter Hill de cara a la galería es adaptar su clásica historia del salvaje y lejano oeste a los tiempos actuales, tocando temas como el racismo y el machismo, similar a como hace también la serie The English, aún a riesgo de resultar anacrónico. ¿Un romance extramatrimonial interracial entre una blanca rica pija y un negro? Aunque poco habitual para finales de siglo XIX, perfectamente posible, claro, pero el retrato que hace Hill de la dama, decidida, emprendedora, no sujeta a las normas sociales y más empoderada que todas las princesas Disney actuales juntas, le otorga al conjunto un tono tan exagerado que acaba por comprometer su credibilidad.

Poco más que objetar, aunque sólo sea por disfrutar de una presencia tan rara avis en la cartelera como es El cazador de recompensas, tanto por ser un western, como por ser un western de la vieja escuela como ya no se hacen. Nada que ver con otros más o menos recientes como la comercial nueva versión de Los siete magníficos o la épica Noticias del gran mundo. Si se hubiera hecho El cazador de recompensas hace 60 años, habría estado protagonizada por James Stewart y Richard Widmark, lo que no difiere mucho de tener a Christoph Waltz y Willem Dafoe. Por eso no dejamos que Walter Hill se jubile, y para su próximo western exigimos a Brad Pitt y a George Clooney como mínimo.

 

INFORME VENUSVILLE

Venusentencia: Copas de yate

INF VNV 4

Recomendada por Kuato a: quien no conciba ver a Coco sin la jaca Paca.

No recomendada por Kuato a: agorafóbicos con especial manía a los paisajes polvorientos.

Ego-Tour de luxe por: el duelo de látigos, lo más original de la peli.

Atmósfera turbínea por: que Will Smith no interprete al soldado negro para quitarse la espina de haber podido hacer Django desencadenado.

 

EL CAZADOR DE RECOMPENSAS. Estreno en Venusville: 12/05/2023.

 

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