EL CRACK CERO crítica: Cuéntame cómo pasó

Precuela de El crack con Carlos Santos de Germán Areta a lo Antonio Alcántara en El crack cero

■ RAY ZETA

Tengo dos noticias, una buena y una mala. ¿Cuál quieren que les diga primero? ¿La mala, dicen? Está bien, ahí va: la mala noticia es que después de Holmes & Watson. Madrid Days, José Luis Garci ha regresado con una nueva película. La buena noticia es, sin embargo, que esta vez es una buena película. No en vano ha elegido para su regreso cerrar (o digamos mejor abrir) en forma de precuela, uno de sus dípticos más celebrados, y estamos de suerte porque no se trata de Asignatura pendiente / Asignatura aprobada, sino de El crack. Y ello a pesar de haber amenazado en más de una ocasión con que estaba ya jubilado, más dedicado a matar el tiempo echándoles miguitas a las palomas del Retiro que rodando cine.

Garci recupera así el personaje de Germán Areta, versión española cañí de Sam Spade y Philip Marlowe, magistralmente interpretado por Alfredo Landa en El crack (1981) y El crack 2 (1983), y lo hace para situarlo en el Madrid de 1975, año de la muerte de Franco (Garci siempre cronista de la Historia de España a modo de Cuéntame), y mostrarnos sus inicios como detective privado, filmando en blanco y negro un caso detectivesco que homenajea más al cine negro clásico de los años 40, que a su propio díptico cinematográfico (el muñeco de Humphrey Bogart a tamaño natural en la oficina de Germán Areta, y la dedicatoria en los créditos a James M. Cain, escritor de "Perdición" y "El cartero siempre llama dos veces", así lo atestiguan).

"Si yo hago de Imanol Arias, entonces a ti te toca Juan Echanove"

Porque lo que ha hecho Garci en El crack cero ha sido transportar el cine negro del Hollywood de los años 40, el de John Huston, Howard Hawks, Otto Preminger y Robert Siodmak, con su estética, sus personajes y sus diálogos, al Madrid de mediados de los años 70. Un Madrid en blanco y negro con mitones y sabañones en las manos, y olor a tabaco de picadura y fritanga en los locales, por el que se pasean detectives privados, femmes fatales, soplones y polis en Seats 600, mientras que churreros, castañeras y serenos, dan ambiente con sus oficios a la Gran Vía madrileña. Una combinación entre cine negro hollywoodiense clásico y la serie Cuéntame, con unos Carlos Santos y Miguel Ángel Muñoz en estado de gracia como Germán Areta y el Moro.

"La mala noticia es que José Luis Garci ha regresado con una nueva película; la buena noticia es que El crack cero es una buena película"

Lo están leyendo bien: Carlos Santos, el malvado y ridículo Botijola de Mortadelo y Filemón. Misión: Salvar la Tierra, y mil series alimenticias como Los hombres de Paco, El tiempo entre costuras y Bienvenidos al Lolita, que ya se redimió ganando el Goya a Mejor actor de reparto por El hombre de las mil caras, está sencillamente perfecto como joven Alfredo Landa, copiando sus gestos y expresiones mientras compone a le vez un nuevo joven Germán Areta, mientras que Miguel Ángel Muñoz, guapetón bailongo de Compañeros y Un paso adelante, está también soberbio retomando el pintoresco personaje de Miguel Rellán. Goya honorífico para el visionario director de casting de la peli, ya.

"Ahora es cuando te pregunto si llevas una pistola en el bolsillo o te alegras de verme"

Al lado de ambos, Garci recupera las jóvenes versiones de otros personajes ya conocidos como los de Moli, Rocky y el Abuelo, y se autoplagia en cierta forma copiando elementos de guión que tan bien le funcionaron en El crack, como el ex-compañero de policía guaperas, el personaje femenino objeto de interés sentimental, y una muerte tan valiente como inesperada, que precipita los acontecimientos hacía una espiral de violencia que se agradece enormemente, pues el cine de Garci nunca ha sido la quintaesencia del ritmo cinematográfico, y El crack cero no es la excepción. No esperen pues las persecuciones de El tercer hombre o los tiroteos de Al rojo vivo porque el cine de Garci siempre ha sido tranquilito.

La única pega de El crack cero es la simplicidad de la investigación. A diferencia del crack original y de toda buena historia detectivesca que se precie, el caso no resulta estar, como suele ocurrir, tan enredado como un baúl de pelucas transportado en tractor, de esos que se tira de un hilito hasta llegar a esferas inimaginadas... No señor, el caso de El crack cero es un whodunit clásico entre cuatro personajes... con el culpable entre esos cuatro personajes. Tan simple como un caso de Mortadelo y Filemón. Aún así, la historia fluye, los personajes convencen, los actores lo bordan, y como secuela dignifica el díptico de El crack, aunque en su conjunto resulte inferior. Además, a Alfredo Landa le habría gustado, qué coño.

INFORME VENUSVILLE

Venusentencia:  Copas de yate

Recomendada por Kuato a: nostálgicos del cine negro clásico que se hayan quedado con ganas de seguir viendo episodios de Cuéntame.

No recomendada por Kuato a: quien después de 20 temporadas, ya haya tenido suficiente de Cúentame.

Ego-Tour de luxe por: las acertadas composiciones de Carlos Santos y Miguel Ángel Muñoz. Son tan buenas que merecen una secuela de esta precuela.

Atmósfera turbínea por: esas elipsis con musiquita de organillo que ya salían en El crack original, que aquí se hacen eternas y parecen el anuncio de la Lotería de Navidad.

■ EL CRACK CERO. "El crack cero" (España, 2019). Dirección: José Luis Garci. Guión: José Luis Garci, Javier Muñoz. Reparto: Carlos Santos, Miguel Ángel Muñoz, Patricia Vico, Pedro Casablanc, Macarena Gómez, Luisa Gavasa, Andoni Ferreño, Cayetana Guillén Cuervo, Belén López, Luis Varela. Estreno en Venusville: 04/10/2019.