EL EMPERADOR DE PARÍS crítica: De tal astilla tal madero

Biopic de Vidocq con Vincent Cassel más delgado que Gérard Depardieu, en El emperador de París

Eugène-François Vidocq (1775-1857) es un personaje real que vivió en Francia durante el periodo turbulento, y de cambio en todos los órdenes de la sociedad, marcado por la Revolución Francesa. La biografía apócrifa que de él ha llegado hasta nuestros días posiblemente es exagerada pero, a pesar de todo, resulta impresionante. Fue un hombre capaz de forjarse una sólida carrera de inspector de policía a partir de un largo bagaje previo de malhechor. Supo sacar partido de sus experiencias en el mundo de la delincuencia para diseñar una metodología moderna con que combatirla. Y, más aún, fue capaz de sobrevivir y medrar en unos tiempos convulsos en que, de repente, la guillotina le segaba el cuello al menos pensado.

Precisamente, la película El emperador de París de Jean-François Richet narra la transición del Vidocq malhechor y fugitivo al Vidocq detective y policía. El momento en que, mandando el emperador Napoleón Bonaparte en toda Francia, Vidocq emergerá como un verdadero emperador de la seguridad de la ciudad de París, limpiando sus bajos fondos. Y ese triunfo lo logrará gracias a un buen corazón protegido por la impenetrable coraza que le proporcionaron sus vivencias como delincuente, las injusticias sufridas en prisión y sus habilidades para escapar de las situaciones más desesperadas. Bueno, y también sus dotes para seducir tanto a hombres poderosos que le sirvan de palanca para colmar su ambición, como a bellas damas que sofoquen sus ardores amorosos.

"Admiro a Gerard Dépardieu porque tanto en El conde de Montecristo como en Los miserables, salió de prisión más gordo de lo que entró"

Con esta premisa, impera pues en El emperador en París la figura de Vincent Cassel como intérprete convincente de un Vidocq histórico. Nada que ver con el Vidocq de la película homónima de Pitof del 2001, interpretado por el siempre excesivo Gérard Depardieu, que mezclaba sin ton ni son los géneros histórico, negro y fantástico en una historia infumable. La versión de Richet sí que permite hacernos una idea correcta del personaje y del tiempo y lugar en que le tocó vivir. Lástima que la trama que desarrolla sea demasiado simple y superficial, y que impida profundizar en la psicología del personaje y sobre el cambio social que le permite progresar. Al final, la construcción maniquea del Bien, aunque esté algo camuflado, contra el Mal que siempre acecha, es muy golosa para el guionista.

“Lástima que la trama que desarrolla El emperador de París sea demasiado simple y superficial y que impida profundizar en la psicología del personaje”

La película cuenta con un buen elenco de personajes secundarios, de los que abundan en el cine francés. De esos que materialmente parecen salidos de esa época antigua, con sus ademanes y florituras de la comédie française. Además la recreación de las localizaciones, la fotografía y el vestuario son muy correctos. Se palpa la mugre de los suburbios de la capital en contraste con la pulcritud de los palacios. Contraste que Vidocq difumina entrando con las botas sucias en un palacio ante el mismísimo Napoléon. Por contra, hay escenas llenas de déjà vu como las de las de la galera, las de la feria ambulante o las de la taberna.

"Vente a mi casa y te enseño donde dormía Monica Bellucci"

Resulta sorprendente la analogía de la historia contada en El emperador de París con la de Los intocables de Eliot Ness de Brian de Palma (1987). El Vidocq redimido de sus pecados como antecedente de un Eliot Ness de raíz más impoluta al mando de un grupo especial contra el Mal. Pero como Richet no le alcanza a la suela de los zapatos a De Palma, ni siquiera la fuerza expresiva de Vincent Cassel, muy superior a la pose de besugo hervido de Kevin Costner, no hay comparación posible.

Según cuentan los expertos, el personaje real de Vidocq fue la fuente de inspiración de notables escritores, desde Victor Hugo hasta Edgar Allan Poe pasando por Balzac. Ellos modelaron los orígenes del detective privado como elemento central del argumento de una historia. Luego, su fertilidad creativa acabó dando lugar a personajes de ficción que superaron al original real. La pena de El emperador de París es que, pudiendo aprovechar esa fertilidad creativa para dotar al Vidocq revisitado de un poder de atracción mayor, los guionistas de esta producción hayan sufrido una sequía que nos ha dejado un Vidocq un tanto escuálido.

INFORME VENUSVILLE

Venusentencia: Dos Caras Harvey

Recomendada por Kuato a: los que miran a Vincent Cassel y no buscan donde está Monica Bellucci.

No recomendada por Kuato a: los que piden tramas elaboradas incluso a los filmes de época.

Ego-Tour de luxe por: la escena del hara-kiri defensivo de sable del húsar y tirar.

Atmósfera turbínea por: la absurda recreación de los enfrentamientos a punta de pistola de pedernal como si tuvieran lugar en el far west y se empuñaran colts.

■ EL EMPERADOR DE PARÍS. "L'Empereur de Paris" (Francia, 2018). Dirección: Jean-François Richet. Guión: Jean-François Richet y Éric Besnard. Reparto: Vincent Cassel, Olga Kurylenko, Denis Ménochet, August Diehl, James Thierrée, Patrick Chesnais, Freya Mavor y Denis Lavant. Estreno en Venusville: 26/07/2019.