EL PODER DEL TAI CHI crítica: El show de Trumatrix

El show de Trumatrix

Keanu Reeves dirige una versión del clásico
de Peter Weir con los especialistas de Matrix

Por Ray Zeta

<No deja de ser curioso que Keanu Reeves haya elegido una película de artes marciales para debutar en la dirección. Debió quedar muy impresionado durante el rodaje de Matrix cuando tomó clases de Kung Fu con el legendario maestro Yuen Wo Ping, si no, no se explica. Es eso, o que la fantasía secreta del ex-Neo sea haber sido Jean-Claude Van Damme en la época dorada en que éste se consolidó como rey del Kick Boxing cinematográfico gracias a títulos como Contacto sangriento, Kickboxer, Lionheart o The Quest: En busca de la ciudad perdida… ¿Admiración por las artes marciales desde su época matrixera, o vocación vandammista frustrada? Más bien lo primero, ya que el protagonista de este El poder del Tai Chi es Tiger Chen, experto en artes marciales y especialista en la trilogía Matrix, y quien ha coreografiado los combates de Kung Fu ha sido… ¿adivinan quién? Exacto: Yuen Wo Ping.

Así que otra cosa no, pero en lo que a las secuencias de lucha se refiere, éstas están muy pero que muy bien hechas. Son MMA (artes marciales mixtas) Vs. Tai Chi, disciplina taoísta concebida originariamente como una práctica de meditación en movimiento, que usada como arte marcial funciona a las mil maravillas (a la vista está). Y lo mejor de estas secuencias de combate, su realismo. Nada de trucajes digitales o ayuditas en forma de cables voladores como últimamente pasaba en todas las películas de Jackie Chan y Jet Li (bueno, algún saltito cableado imposible hay, pero los mínimos), estas artes marciales son sin trampa ni cartón, como las que practicaban las dos estrellas chinas citadas en sus años mozos, y como las que practica el gran Tony Jaa en sus Ong Bak, pero menos exageradas, ya que por no tener, no tienen ni efectos sonoros añadidos que las magnifiquen.

"Para peleas de Kung Fu buenas, las que tenía yo con 10.000 agentes Smith a la vez en las Matrix"

Y tenemos además las dos vertientes: combates legales realizados en competición oficial con todas las normas del reglamento y jueces para cumplirlas, y combates ilegales sin reglas en los que la única ley existente es que vale todo. Combates practicados en su mayoría estos segundos, en una sala especial en la que el protagonista se va enfrentando cada vez a tíos más chungos, en los que no falta ni el oriental chupado, ni el oriental de cráneo rapado, ni el americano chulito, ni el negro cachas enorme (tranquilícense, que no se llega al ridículo nivel asolido en The Quest, que salía un españolito integrando movimientos de baile flamenco en su estilo de lucha). Igualito que el videojuego Mortal Kombat en el que se van pasando pantallas, y con cada una se va accediendo a un nivel superior, con el atractivo de que aquí, alguna de ellas depara alguna sorpresita.

"Nada de trucajes digitales o ayuditas en forma de cables voladores como últimamente pasaba en todas las películas de Jackie Chan y Jet Li, estas artes marciales son sin trampa ni cartón"

El resto, una peli insultantemente simple (todo es un mero pretexto para los combates), con un guión tonto (un luchador es captado por una organizacón de combates ilegales, nada más) con unas subtramas aún más tontas (la del templo, la de la chica y la de la poli), con una puesta en escena feísima (tampoco pido la virguería estética de Sólo Dios perdona, ¿pero ustedes han visto el local oriental donde pelean con público?), y con una dirección a cargo de Keanu Reeves tan plana y falta de garra como si fuera el capítulo del programa “Viajeros” dedicado a Pekín. Tampoco le pido a Keanu Reeves que se casque una superproducción como hicieron en su día compañeros suyos de profesión que también tuvieron ganas de probar detrás de la cámara como Kevin Costner, Mel Gibson o Ben Affleck, pero hombre, un poco más de ambición se hubiera agradecido, sobre todo porque la peli tiene un ojo puesto en El show de Truman (y hasta aquí puedo leer…).

"Ni puto caso, los Wachowski digitalizaban tanto las escenas de lucha que parecían dibujitos"

Keanu Reeves que a modo de reclamo comercial se ha reservado el papelito de villano de la función (lo que se encarga de dejar claro ya en la primera escena para que no hayan dudas, además de hablar con voz grave de ultratumba durante toda la peli), atreviéndose con la responsabilidad de tener que mantener el combate final con el protagonista (algo así como cuando se enfrentan Uma Thurman y David Carradine en Kill Bill), lo que no es moco de pavo vistos los mantenidos hasta el momento. Aún así, nuestro Neo no se arruga, desempolva las enseñanzas de Morfeo recibidas en los programas de simulación matrixeros, y aunque diste un abismo de nivel marcial entre uno y otro contrincante, rememora su épica pelea bajo la lluvia con el agente Smith, y mantiene el tipo pegando, saltando y lanzando patadas, dando el pego a nivel global hasta faltarle sólo el característico gesto de mover la manita en ademán de invitación de venir hacia él.

Por todo ello, a pesar de que se esté promocionando como una obra comercial para toda clase de público, El poder del Tai Chi es una película que ha sido realizada para ser destinada sólo a dos tipos de público muy concreto: al amante del género de las artes marciales que disfrute con Van Damme abriéndose de piernas como sólo él sabe, aunque sea en la obra de serie más Z del videoclub de barrio más polvoriento, y al fan de Keanu Reeves, que se echará unas risas viéndole ejercer de villano mefistofélico que practica Kung Fu cual pequeño saltamontes actualizado. Y aún a un tercero: a quien sienta curiosidad por descubrir qué tal se desenvuelve nuestro Neo como director. Kevin Costner, Mel Gibson y Ben Affleck, llegaron dirigiendo a lo más alto con Bailando con lobos, Braveheart y Argo, respectivamente; Keanu Reeves llegará, todo lo más, a hacerse un sitio en nuestra devedeteca entre Contacto sangriento y Mortal Kombat./>

INFORME VENUSVILLE

		Sentencia Quaid: Copas de yate



		Recomendada por Kuato a: quien todavía se le salten las lágrimas cada vez que vea a Van Damme partiéndole la crisma a Tong Po en *Kickboxer*.

		No recomendada por Kuato a: quien prefiera el ritmo pausado, la dirección artística tan cuca, y los trucajes tan exagerados de las artes marciales de *Tigre y dragón, La casa de las dagas voladoras* y *Hero*.

		Ego-Tour de luxe por: Keanu Reeves, que no ha dudado en hacer la peli que le apetecía con cuatro duros para él y para nosotros, pasando de grandes estudios, industrias y presiones comerciales.

		Atmósfera turbínea por: ¿alguien puede explicarme dónde están colocadas las cámaras que siguen al prota en su vida privada? Esto ya parece *Los juegos del hambre*, que representa que hay una cámara en cada árbol….