EN EL CORAZÓN DEL MAR crítica: Ballenón

Chris Hemsworth es perseguido por una ballena prima de Moby Dick en En el corazón del mar

■ RAY ZETA

"Una peli como las de antes", eso es lo primero que viene a la cabeza tras visionar En el corazón del mar. Porque el último filme de Ron Howard es una cinta de aventuras marinas clásicas que bien podría haber protagonizado Gregory Peck, Kirk Douglas o Burt Lancaster hace 60 años, igual que protagonizaron El mundo en sus manos (un saludo desde aquí a nuestro redactor El Hombre de Boston), 20.000 leguas de viaje submarino o Su majestad de los mares del sur respectivamente a principios de los 50. Historias de hombres curtidos por la brisa marina, salitre en las venas, y más huevos que toda la producción nacional de caviar rusa, en este caso balleneros de mediados de siglo XIX contando la historia que presuntamente inspiró a Herman Melville su novela "Moby Dick".

La historia supuestamente real del "Essex", un ballenero que zarpó del pueblo de Nantucket el 12 de agosto de 1818 para pasar dos años cazando ballenas para las compañías aceiteras, y fue hundido quince meses después en el océano Pacífico por un cachalote gigante. Una historia que le sirve a Ron Howard para flirtear con diferentes géneros que combina con buen pulso hasta obtener una buena película que va más allá de las meras aventuritas marinas mencionadas. ¿Creían que En el corazón del mar es sólo el guapetón de Chris Hemsworth lanzando el arpón luciendo su mejor perfil? Pues están equivocados. Hemsworth lanza el arpón, sí, y luce su mejor perfil (¿acaso tiene alguno malo?), pero En el corazón del mar es mucho más que eso.

"¿Seguro que no se trata de una promo de Aquaman para hacerle la competencia a Marvel?"

Lo primero, como ya he apuntado, una cinta de aventuras marinas clásicas como los títulos citados en el primer párrafo, con ecos de Rebelión a bordo (el conflicto entre Chris Hemsworth, experimentado segundo oficial deseoso de tener una capitanía, y Benjamin Walker, pijo capitán novato niño de papá, es patente durante toda la cinta), en la que los preparativos del viaje, la navegación y las cacerías de ballenas son un auténtico espectáculo para la vista. A destacar la secuencia de la primera cacería, tan bien recreada como la cacería de bisontes de Bailando con lobos, con un sentido del ritmo y de la planificación que son toda una gozada, y que nos ayudan a comprender cómo nacieron las actividades acuáticas tipo Banana Boat, Fly Fish y similares.

"¿Creían que En el corazón del mar es sólo el guapetón de Chris Hemsworth lanzando el arpón luciendo su mejor perfil? Pues están equivocados"

Lo segundo, una monster movie marina en la línea de Tiburón (evidentemente) y sucedáneos como Orca, la ballena asesina o Tentáculos, en la que el monstruo marino no es un tiburón sino, ná, una ballenita que mide algunos metros y pesa algunos kilitos más (tan solo 25 metros y 75 toneladas más), que persigue a los protas con mucha mala leche (es lo que tienen los monstruos de las monsters movies, que son todos unos rencorosos que se cabrean cuando les joden la siesta). Y lo tercero, una survival movie, puesto que a partir de cierto giro argumental las aventuritas derivan hacia un drama puro y duro que le sirve a Ron Howard para llevar a sus personajes (y a sus actores) al límite de sus capacidades.

"De algo tenía que servirme el juego de muñeca obtenido lanzando el Mjolnir"

Buen trabajo de dirección por parte de Howard, pues, que se redime del pestiño que significó el díptico sobre Robert Langdon conformado por El código Da Vinci y Ángeles y demonios, que sí, fue un éxito comercial mayúsculo y por eso amenazan con una tercera entrega, pero también un pestiño mayúsculo. Suerte que en el balance global ronhowardiano vencen las buenas películas que aunque todas supercomerciales con lo bueno y lo malo que eso significa, y pese a no tener un sello de autor reconocible, nos han dado grandes tardes de cine palomitero con títulos tan dispares como Cocoon, Willow, Rescate, Un horizonte muy lejano o Desapariciones, además de las "serias" Apolo 13, Una mente maravillosa, Cinderella Man o El desafío: Frost contra Nixon, entre otras.

En el corazón del mar está más cerca de las del primero grupo, y encima va más allá del mero entretenimiento. Es una peli que igual funcionará en un cine de barrio que en un festival sesudo, y que por lo tanto contentará por igual al adolescente palomitero que al crítico sesudo, el uno por las aventuritas, las cacerías de ballenas, y la parte de monster movie,  y el otro por el drama que conlleva la parte de survival movie. Y encima bien hecha (está tan maquillada digitalmente que nadie diría que se ha rodado en Canarias). Y encima con Chris Hemsworth, que peli a peli demuestra que aspira a algo más que a limitarse a ser un dios nórdico con un martillo. Y encima con cachalotes gigantes. Y encima con hombres de verdad. Una película, en definitiva, como las de antes.

INFORME VENUSVILLE

Sentencia Quaid: Copas de yate

Recomendada por Kuato a: quien quiera ver a Chris Hemsworth practicando el lanzamiento de jabalina en vez del de martillo.

No recomendada por Kuato a: quien quiera ver a Chris Hemsworth saltando el potro. Para eso deberá esperar a que haga un western.

Ego-Tour de luxe por: la buena combinación de géneros practicada por Ron Howard. Sólo falta un número musical para tener el cupo completo.

Atmósfera turbínea por: Jordi Mollà. El pobre sólo sale en una única escena y su aportación resulta ridícula. Que se deje de hacer las Américas de una vez y que se vuelva a España a hacer Historias de la puta mili 2.

■ EN EL CORAZÓN DEL MAR. Estreno en Venusville: 04/12/2015