EN LA SOMBRA crítica: Yo soy la Justina

Diane Kruger se convierte en Justina la justiciera en el thriller de venganza En la sombra

Tan acostumbrados estamos a los thrillers de venganza norteamericanos, que los europeos nos saben a poco. Si en un thriller americano se asesina a la esposa y al hijo del protagonista, pueden estar seguros de que la sangre traspasará la pantalla y salpicará la platea. Y más aún si la Justicia no envía al asesino o a los asesinos a la cárcel para que se pudran el resto de sus días, y éste o éstos se van de rositas después del juicio, que es lo que suele ocurrir en estas películas. Entonces, ese esposo y padre compungido y destrozado por la muerte de sus seres queridos, se transformará en Hulk en su interior y dedicará su vida a un único objetivo: el de la venganza con todo el sufrimiento posible para los culpables.

Charles Bronson se convierte en un “vigilante” que limpia Nueva York a tiro limpio en El justiciero de la ciudad, y no satisfecho con ello sigue practicando tan entrañable afición en Yo soy la justicia 2; Kevin Bacon se rapa la cabeza y compra armas en el mercado negro para impartir justicia a lo Taxi Driver en Sentencia de muerte; Gerard Butler idea un concienzudo plan que incluye torturar al asesino de su familia con la meticulosidad de un cirujano en Un ciudadano ejemplar; y el personaje Frank Castle, en cada una de sus versiones, se convierte en The Punisher, no les decimos más. Ejemplos, entre otros muchos, que podrían conformar perfectamente el manual de venganza por muerte familiar a sangre fría en el cine americano.

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Por eso los thrillers de venganza del cine europeo nos saben a poco. Porque se antepone el drama a la acción, mostrando el calvario personal por lo el que pasa el personaje protagonista, con su dolor, su impotencia y su posterior depresión. Estados de ánimo que se muestran a base de escenas con episodios de histeria, lloros y aflicción, sin que asome en ningún momento una Magnum 44 ni siquiera de refilón. Gran oportunidad de lucimiento para actores de registro dramático que deseen exhibir sus dotes interpretativas, pero oportunidad fallida para los especializados en el cine de acción que opten por interpretaciones más físicas, o sea pegar tiros y repartir sopapos.

“Los thrillers de venganza del cine europeo como En la sombra nos saben a poco porque se antepone el drama a la acción”

Y eso es lo que ocurre en En la sombra. Tras un inicio prometedor en el que se asesina mediante una bomba casera a un exnarcotraficante turco-álemán y su hijo, asistimos a la depresión supina en la que se sume la esposa y madre Diane Kruger, al juicio de los asesinos, a su puesta en libertad sin cargos, y al posterior deseo de venganza por parte de la protagonista superviviente. Aunque claro, esto cine europeo, no americano, y de ahí que Diane Kruger tenga la oportunidad de desplegar todo un tour de forcé interpretativo y lo haga en una composición desgarradora a más no poder, y sin necesidad de empuñar un arma… casi, casi hasta el final, aunque tampoco haya ninguna escena de violencia explícita.

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Porque aquí lo que interesa mostrar es el más que jodido arco psicológico por el que pasa la protagonista, y denunciar una crisis que ha vivido Alemania en los últimos años con atentados xenófobos en barrios de emigrantes, por lo que En la sombra se revela también como una película política. ¿Es el asesinato del esposo de la prota un ajuste de cuentas a manos de la mafia turca por su pasado de narco? No señores, si así fuera aún tendríamos una mínima oportunidad de ver algo parecido a Promesas del este en versión turca, pero se trata de un ataque xenófobo perpetrado por un grupo ultraderechista, por lo que nuestras últimas esperanzas de ver un thriller de venganza con policías y gangsters kurdos, se esfuman.

Y eso que la presentación del personaje de Numan Acar, con sus greñas y sus barbas de pirata turco así parecían indicarlo, y más aún al estar en la cárcel al principio de la película. Falsa alarma, el pasado criminal de tío chungo del personaje no tiene ninguna relación con el atentado, por lo que no podemos más que sentirnos en cierto modo estafados. El director Fatih Akin nos pone el caramelito en la boca y luego nos lo saca, o lo que es lo mismo, nos la pone dura y luego nos da dos piedras. Igual que la venganza final responde más a un acto visceral que cerebral. Es la diferencia entre cine europeo y cine americano, que mientras los thrillers de venganza europeos son serios, los americanos son divertidos.

INFORME VENUSVILLE

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Recomendada por Kuato a: quien tenga como panacea de los thrillers de venganza la insulsa La extraña que hay en ti.

No recomendada por Kuato a: quien la tortura infligida por Gerard Butler al asesino de su familia en Un ciudadano ejemplar le supiera a poco.

Ego-Tour de luxe por: la desgarradora interpretación de Diane Kruger. A falta de violencia desgarradora, pues interpretación desgarradora, qué le vamos a hacer.

Atmósfera turbínea por: hombre, alguna torturita, o en su defecto algún tirito o algún sopapito no hubiera venido mal…