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EPIC: EL MUNDO SECRETO crítica: Cariño, he encogido a la niña

   

Cariño, he encogido a la niña

Belfy y Lillibit vuelan en un pájaro entre
nubes de algodón… disparando flechazos

Por Ray Zeta

 

<A los estudios Blue Sky hay que reconocerles un mérito, y es el de ser el tercero en discordia. Años y años siendo el género de la animación una liga entre dos, liderada por Pixar y DreamWorks cuales Barça y Madrid futboleros, y ellos erre que erre, persistiendo empecinados en decir la suya a través de sus dibujos animados. Si Pixar facturaba obras maestras como las Toy Story y DreamWorks contraatacaba con sus Shreks, ellos seguían a la zaga con su saga Ice Age. Y así claro, la cosa ha acabado dando sus frutos, y en un momento de despiste en el que las dos potencias animadas mundiales están sufriendo sus horas más bajas creativamente (Pixar encadenando obras menores como Cars 2 y Brave, y DreamWorks resarciéndose con Los Croods: una aventura prehistórica del pinchazo sufrido con El origen de los guardianes), con Universal aprovechando también para atacar con Gru 2. Mi villano favorito, ellos se están disputando de tú a tú con los Aviones de Disney, el galardón a la película de animación de la segunda mitad del verano.

   Y por eso están promocionando Epic: el reino secreto a bombo y platillo como una de las grandes. Las películas que Blue Sky Studios co-produce con Fox no tendrán la profundidad en guión y la complejidad de los personajes de Pixar, o el humor mordaz y satírico con la mala hostia de DreamWorks, pero están suficientemente bien facturadas como para poder tener su propio mercado (suyas son también Robots, Horton y Rio). Son historias más lights que buscan llegar a un público más amplio, formado indudablemente por una franja de edad más infantil que juvenil, más simples, blancas e inofensivas que las de sus rivales. Perfectas para una tarde familiar viendo animalitos con gracia o pulcras luchas entre el Bien y el Mal, para que la mamá de turno salga del cine convencida de que su niño ha asistido a un entretenimiento didáctico y educativo con el que desintoxicarse de tantos dibujos manga televisivos en los que los combates de artes marciales, los tiros y los desmembramientos humanos son el pan nuestro de cada día.

 

"Es que a mí Belfy y Lillibit no me gustaban, ¿no podríamos ser como Nils Holgersson?"

 

   Y así asistimos en Epic a una guerra entre seres diminutos del bosque buenos y malos, que vuelan en pájaros como Belfy y Lillibit (ya lo decían en la canción de su carátula: “Volaremos en un pájaro entre nubes de algodón”). Unos seres que pese a ser criaturas fantásticas silvestres, para nuestra tranquilidad no son las típicas hadas y duendes ñoñitos vistos en mil y una series infantiles como las de los citados Belfy y Lillibit, los Pitufos o los Diminutos, así que si esperan las típicas criaturitas tontitas y graciositas de siempre que acompañan a las princesas Disney, olvídense, porque estos son hadas guerreras inspiradas en tropocientos modelos bélicos que al menos no provocan que nos sonrojemos. Visten uniformes fabricados de hojas, vuelan sobre gorriones como si cabalgaran sobre caballos, y disparan unos flechazos que ya los quisiera el mismísimo Legolas.

 

  "Unos seres que pese a ser criaturas fantásticas silvestres, no son las típicas hadas y duendes ñoñitos vistos en mil y una series infantiles como Belfy y Lillibit, los Pitufos o los Diminutos"  

 

   Hasta los personajes principales beben de mil fuentes y referentes para que los reconozcamos y nos identifiquemos con ellos. El oficial superior curtido en mil peleas, mil bares y mil camas (se le supone aunque estemos en una peli infantil), que tiene a su cargo a un joven rebelde e impetuoso, por último expreso deseo del padre del joven, compañero de armas suyo (eso de que “yo serví con tu padre”, y bla, bla, bla), siendo el chaval una combinación de Luke Skywalker y el Maverick de Top Gun (ya saben, tan chulito es y creído se lo tiene, que siempre hace lo que tiene prohibido). Y el malo es clavadito-pastadito al Kurgan de Los inmortales (un Kurgan, si me lo permiten, vestido exactamente como el adivino de la aventura de Astérix del mismo título).

 

"Demuéstrame que no eres Alicia enseñándome las braguitas para ver que no llevas enaguas"

 

   Pero claro, falta el personaje “normal”, y ese no es otro que una chica de nuestro mundo que se ha visto reducida de tamaño como el protagonista de El increíble hombre menguante (si éste se las tenía que ver con un gato en proporción gigante, nuestra heroína hará lo propio con un perro aunque sin tanto peligro…), o los niños de Cariño, he encogido a los niños. De hecho, el padre de la chica, un científico loco empeñado en demostrar la existencia de los seres diminutos del bosque, es un calco de Rick Moranis en esa película producida por Disney (no nos extrañaría que el mismo Moranis haya ejercido de modelo para realizar sus escenas a modo de captura de imagen como se hizo con actores reales en Beowulf o Las aventuras de Tintín). Un ramillete de personajes, ya lo ven, perfectamente reconocibles por el gran público, que hilvanan una historia perfectamente entendible por cualquier espectador mayor de dos años.

   Lo que acaba lastrando las buenas intenciones del film. Hay hadas guerreras que vuelan sobre gorriones y disparan flechas, sí, también combates a espadazos entre buenos y malos, hasta hay alguna muerte inesperada… pero todo puesto de una manera tan light para poder conformar un producto que pueda ser consumido por el público al que va dirigido (o séase el familiar), que acaban por dar al traste con nuestras esperanzas de ver un producto cañero como la citadas Beowulf o Tintin. Y eso que las promos prometían, porque claro, en ellas sólo salen los combates obviando el personaje de la chica reducida, que visto lo visto hubiera sido mejor para nuestros intereses venusvilleros que no hubiera existido (por no hablar de las criaturas antropomórficas que también salen, ¡una de ellas hasta canta una canción!). En fin… si comparamos Epic con la filmografía hasta la fecha de Blue Sky, prácticamente formada toda por animalitos graciosos como Horton, Rio o “El show de Scrat” (o sea Ice Age), vamos por buen camino, así que habrá que esperar a la próxima./>

 

 
INFORME VENUSVILLE
     
 
Sentencia Quaid:
Dos Caras Harvey
     
     
 

Recomendada por Kuato a: espectadores infantiles que ya están pensando en abandonar su mochila de Hello Kitty y forrarse la carpeta con fotos del Capitán Harlock.

     
 

No recomendada por Kuato a: quien quiera seguir recordando a Belfy y Lillibit tan ñoñitos como salían en la serie, sin flechazos ni espadazos.

     
 

Ego-Tour de luxe por: el giro argumental que protagoniza la reina Tara. Valiente y sorprendente.

     
 

Atmósfera turbínea por: ¿es necesario que el cienpiés oráculo interprete un número musical? ¡Que esto no es Disney, por favor!.

 

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