FALL crítica: Tits for clicks

Survival Movie de altura con dos chicas literalmente “colgadas” con buenas vistas, en Fall

■ ROBERT THORNHILL

Esencialmente, Fall es una película que cayó finalmente de la parrilla del Festival de Sitges 2022, en la que dos depresivas jovencitas deciden subir una torre de 610 m para, adivinen qué…, colgarlo en las puñeteras redes sociales. Lo cierto es que con las tragedias que se viven actualmente donde la gente hace las burradas que haga falta para captar ese selfie molón que le hará popular entre sus abducidos amiguetes virtuales, no deja tener su arraigo en esta sociedad del postureo que vivimos. En cualquier caso, nos ofrece un prometedor comienzo montañero que nos humedece los labios con ecos a la mítica escena de Misión Imposible II con Tom Cruise colgado a una mano y a pelo de una pared vertical disfrutando de sus vacaciones, y obviamente también nos recuerda a Máximo riesgo o Límite vertical. Lástima que lo que viene luego no sea lo que nos vende ese vertiginoso principio y aunque es un survival razonablemente entretenido, su guion es muy frágil y sólo se salvan las escenas acrobáticas de las protas.

Nos movemos en el terreno de esos solitarios aventureros donde uno como espectador ya se huele que se les van a complicar las cosas. 127 horas, Infierno azul, A 47 metros, e incluso la reciente Trece vidas, tienen ese mismo esquema donde a despreocupados excursionistas se les complica la fiesta y se encuentran luchando heroicamente por sus vidas. El problema es que al mando de Fall no está ni Danny Boyle, ni Jaume Collet-Serra, ni Ron Howard, sino un director como Scott Mann que alarga demasiado la película utilizando trucos de guion muy barriobajeros.

"Ánimos, que si Tom Cruise escaló la Burj Khalifa es porque tenía guantes adherentes"

Nos las prometíamos muy felices con ese inicio evocando a esos clásicos de la escalada de Tom Cruise y Sylvester Stallone. De hecho, le mete ritmo a esos primeros cuarenta minutos en que el vértigo y la locura son los protagonistas. Porque si en Misión Imposible: Protocolo Fantasma flipábamos con Ethan Hunt haciendo de Spiderman en el Burj Khalifa de Dubai, las atléticas Grace Fulton y Virginia Gardner no se quedan cortas en Fall, subiendo a pelo una torre de televisión abandonada en medio de la nada hasta una altura de 610 m. Hasta aquí todo bien: planos picados aprovechando la profundidad del paisaje y ensalzando la hazaña conseguida, jugando con las alturas hábilmente, en escenas que dan mucho juego en la pantalla de cine.

“El problema de Fall es que han querido alargar el asunto durante una hora más y al director y coguionista Scott Mann se le ha hecho un abismo”

El problema es que han querido alargar el asunto durante una hora más y al director y coguionista Scott Mann se le ha hecho un abismo, y tópico a tópico, se le ha ido agotando poco a poco la idea inicial. Y es que, al quedarse aisladas en la cima de la torre, aparecen esos diálogos telenovelescos entre las dos amiguitas, donde aparecen los trapos sucios de la relación, que dicho sea de paso, nos importan un mojón. Cierto es que se va manteniendo el interés con los infructuosos intentos de bajar de la torre y la sensación de angustia que va creando, pero no deja de ser un más de lo mismo constante.

"Tú tranquila, que más colgado se quedó Matt Damon en The Martian y bien que lo rescataron"

El peor defecto de Fall es que, al igual que hicieran en A 47 metros, nos intentan meter un gol por debajo de las piernas con una trampa de guion de la que fácilmente se percata uno y que dice muy poco de la imaginación de Scott Mann. Entendiendo la dificultad de las películas minimalistas post pandemia con escasos personajes y bajo presupuesto, hubiera sido mejor reducir su duración y evitar esas malas artes cinematográficas.

Pero vaya, al igual que la delirante Deadstream vista en el reciente Festival de Sitges, Fall capta perfectamente la esencia de esta sociedad abocada bobaliconamente a las redes sociales y hambrienta de conseguir likes, y ese brainstorming que se plantea para intentar bajar de la torre nos va dejando escenas adrenalínicas siempre con el miedo a las alturas como acicate. No se puede pedir más a una película sin grandes pretensiones que exprime la idea de dos chicas aisladas con buitres en lugar de tiburones (como en Open Water o Infierno azul), rondando para hincarles el pico. Y como Walk (El desafío) de Robert Zemeckis, Fall se erige como una experiencia cinematográfica que exigiría su visionado en una gran pantalla de cine. Lástima que las plataformas de streaming cada vez nos limiten más ese lujo.

FORME VENUSVILLE

Venusentencia: Dos caras Harvey

Recomendada por Kuato a: los que se quedan a hacer unas cervecitas en el bar del pueblo mientras sus amigos se van a subir montañas para sentirse realizados. Fall os llenará de razones para seguir con esa sabia postura.

No recomendada por Kuato a: los que no saben encontrar el sentido de un viaje sin volver con una buena batería de selfies, a cuál más molón. Fall os dará una lección de que “ no todo vale por un selfie”.

 Ego-Tour de luxe por: esa amiga que se tatúa en el pie 143 (I love you), una frase que decía el póstumo marido de su íntima amiga. Como buenas amigas, hay que compartir a los tíos. 

Atmósfera turbinea por: ese doblaje post película para evitar que fuera calificada como R, porque  las protas no pararon de decir tacos como si fuera una peli de Tarantino. Estaremos pendientes a la seguro más jugosa versión original con los “fucks” y “shits” sin censurar.

■ FALL. Estreno en Venusville: 07/10/2022.