FANTÁSTICO Sr. FOX crítica: El Zorro, qué gran turrón

El Zorro, qué gran turrón Pixar y DreamWorks se hacen caquita en los pantalones: Wes Anderson se pasa al cine de animación Por El Hombre de Boston

<Porky está en el paro, el Pato Lucas ha ingresado en el frenopático aquejado de una depresión galopante, y Bugs Bunny se ha suicidado poniéndose ante la escopeta de Elmer tras pedir en testamento ser enterrado en un campo de zanahorias. ¿El motivo? Pues el mismo por el que ya no se coloca un pianista detrás de la pantalla y ameniza con su música las proyecciones de películas mudas, porque eso está más anticuado que el humor de Marianico el corto.

   Ahora lo que se lleva son ogros acompañados de burros parlanchines y gatos mosqueteros, pollos que se evaden de la granja como de un campo de concentración nazi, y zorros picarones que no pueden reprimir sus impulsos delincuentes. Porque hoy en día, en lo que a cine de animación se refiere, sólo hay sitio para obras maestras imperecederas como las de Pixar, y las que utilizan sus personajes para desarrollar fábulas contemporáneas con referencias humorísticas actuales, caso de este Fantástico Sr. Fox.

Uno de los nuestros versión zorruna

   No podía ser de otra manera, tratándose de la primera incursión en el cine animado de Wes Anderson, un director inclasificable/genial/pedante/ido de olla (pongan el adjetivo que prefieran), aunque siempre diferente. Si el cine de Anderson (Los Tenembaums: una familia de genios y Life Aquatic a la cabeza) siempre se ha caracterizado por presentar personajes extravagantes con comportamientos excéntricos, mostrados bajo un patrón de conducta que en el universo interno de la película es absolutamente normal, en Fantástico Sr. Fox se sigue la misma línea y se nos plantea un mundo en el que humanos y animales conviven y se comunican como seres inteligentes iguales.

   Hasta ahora era típico de las películas de dibujos que los animales desempeñaran comportamientos humanos (que fueran vestidos y hablaran, por ejemplo), pero que siguieran siendo vistos como animales a los ojos de los humanos (Fievel y el nuevo mundo o Basil ratón superdetective serían buena muestra de ello). En Fantástico Sr. Fox en cambio, el trato entre ambos es de igual a igual, por lo que pueden comunicarse tanto hablándose como por escrito. Igualito que los humanos compartiendo sociedad con los extraterrestres en District 9 pero hablando el mismo idioma. Recurso de guión que utiliza Anderson para ofrecernos una fábula fantástica de lo más estimulante basada en el cuento de Roald Dahl.

"Que sea una zorra no significa que debas pagarme todas las noches..."

   ¿Una fábula que sirve para mostrar metafóricamente las insatisfacciones del hombre de hoy? Si es así podría sonar a tostón sesudo, pero nada más lejos de la realidad, porque en todo caso son insatisfacciones contadas a través de un zorro que roba gallinas como si se fugara de una cárcel de máxima seguridad, que deja embarazada a su novia, que tiene un hijo freak, que se pelea a navajazos con una rata como en un duelo del lejano oeste, y que la monta fina puteando a los tres humanos de la función en una versión actualizada de los tres cerditos, pues al revés de lo que ocurre en el cuento, aquí son ellos tres los que lo destrozan todo para llegar hasta su morada.

   Ojalá todas las fábulas metafóricas sobre las insatisfacciones del hombre de hoy fueran así./>

INFORME VENUSVILLE
		Sentencia Quaid: Copas de yate
		Recomendada por Kuato a: fans de los zorros en el cine, ya sea en dibujos, héroes enmascarados, o en su versión femenina porno.
		No recomendada por Kuato a: amantes puros de los fantastiques surrealistas de Wes Anderson y de la literatura de Roald Dahl. Este Sr. Fox se queda a medio camino de ambas.
		Ego-Tour de luxe por: el personaje del Sr. Fox. Desde el Robin Hood de Walt Disney que no se veía un zorro tan trempado (en el buen sentido de la palabra).
		Atmósfera turbínea por: que la banda sonora no incluya la canción de Las Vulpes “Me gusta ser una zorra”.

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