Categorías

GUERRA MUNDIAL Z reportaje: Zombis de dos velocidades

   

Zombis de dos velocidades

Minuciosa comparación de la película con la novela.
¿Deberán retirar de los créditos lo de "Basado en"?

Por Chema Pamundi

 

<Para poder poner este artículo en contexto, voy a hacer un poco de autobiografía: descubrí la excelente novela de Max Brooks “World War Z” por casualidad en el año 2007, mientras recopilaba datos para un artículo que nunca fue sobre la evolución del cine de zombis (desde Yo anduve con un zombi de Jacques Tourneur, en adelante; probablemente hubiera sido un rollo). La descargué en formato digital en inglés, leí el prólogo y el primer capítulo… y cinco horas después me había metido entre pecho y espalda 150 páginas y mi artículo seguía sin escribirse. No daba crédito a lo que estaba leyendo: aquello era a la vez una novela de terror, una sátira política, un análisis sociológico sobre la respuesta del ser humano moderno ante la catástrofe, y un libro de memorias de veteranos de guerra.

   Desde entonces he sido un fan irredento de la novela. La volví a comprar en papel en inglés y me la leí de nuevo desde la página uno, y cuando salió publicada en castellano la compré de nuevo y la releí una vez más (descubriendo siempre matices nuevos, como suele pasar con todo gran libro). Por tanto, es fácil entender que, en cuanto la productora Plan B de Brad Pitt compró los derechos para llevarla a la gran pantalla (tras ganar en la puja a la Appian Way Productions de Leonardo DiCaprio, por cierto), seguí muy de cerca todo su proceso de adaptación al cine. La cosa empezó de manera muy prometedora, con un primer borrador de guión a cargo de J. Michael Strazynski que se ganó los elogios del propio Max Brooks (“Creía que mi novela era imposible de adaptar, pero Michael ha encontrado un modo brillante de hacerlo respetando su espíritu”), y en webs de referencia como Ain’t It Cool News incluso generó comparaciones con obras mayores como Hijos de los hombres (“material de Oscar”, llegaron a decir).

 

GUERRA_Z_reportaje_5.jpg

Max Brooks muy contento con su novela `Guerra Mundial Z`

 

   Pero entonces, algo empezó a torcerse. Las primeras dudas se generaron con el baile de directores (Alfonso Cuarón, Frank Darabont, David Fincher…) que culminó en la contratación de Mark Forster; no parecía que el autor de la fallida peli de James Bond Quantum of Solace fuera el hombre ideal para manejar la película de zombis más ambiciosa jamás filmada (y se demostró que, en efecto, no lo era). Luego vinieron los retrasos en la preproducción (el plan original era filmarla en 2009 y estrenarla un año después), las constantes reescrituras de guión que fueron laminando poco a poco todo el trabajo de Strazynski (convirtiéndola en una superproducción estandar más al gusto de Hollywood, pero mucho menos fiel al libro), y un rodaje infernal con un presupuesto disparado (de los 125 millones de dólares iniciales hasta casi 200) e injerencias crecientes de Brad Pitt en la labor del director al ver que éste no daba la talla (la cosa degeneró en una bronca, tras la cual ambos se retiraron la palabra). El cénit de los despropósitos llegó cuando, con la película ya acabada, la productora volvió a reunir al equipo y ordenó dos meses adicionales de filmación, porque en los pases previos la gente decía que el tercer acto era un batiburrillo en el que no se entendía nada.

   O sea, que las premisas ante el estreno habían ido pasando lentamente de la excitación a la bajona. De hecho, puede decirse que a medida que se filtraban noticias sobre el avance del proyecto, los fans fuimos pasando por las diversas fases del duelo: negación (esto no puede estar pasando), enfado (Mark Forster, te mataré), indiferencia (la va a ir a ver su puta madre), negociación (bueno, no la iré a ver pero me la descargaré), dolor emocional (qué ocasión perdida, con lo bueno que es el libro…), y aceptación (mañana la estrenan, ¿a qué hora es la primera sesión?).

   Y así llegamos hasta hoy. La película ya está en los cines, y los fans hemos podido comprobar con resignación que lo único que comparte con el libro es el título. En lo demás, ambas obras se parecen como un huevo a una castaña; y si bien muchas de esas diferencias son meramente cosméticas, otras deforman tanto los postulados de la novela como para acabar configurando una visión del mito zombi radicalmente distinta a la desarrollada por Max Brooks. Veamos cuáles son las más llamativas de esas diferencias, el porqué se han llevado a cabo (en algunos casos no se les puede negar cierta lógica), y de qué manera estropean lo que debería haber sido la mayor película de zombis de la historia del cine. Por cierto, huelga decir que lo que sigue contiene numerosos SPOILERS tanto del libro como, especialmente, de la película. Así que léanlo ustedes por su cuenta y riesgo…

 

 

1. Los zombis

“Por primera vez en nuestra historia, nos enfrentábamos a un enemigo que de verdad estaba declarándonos la guerra total. No tenían límites de resistencia. Nunca se detendrían a negociar ni se rendirían. Lucharían hasta el final porque, a diferencia de nosotros, cada uno de ellos dedicaba cada segundo de cada día a consumir toda la vida animal de la Tierra”. – del libro “Guerra Mundial Z”, de Max Brooks

   Empecemos por el cambio que, a primera vista, resulta más escandaloso para los fans del libro. Los no-muertos de Max Brooks son los clásicos zombis lentos de toda la vida, “zombis Romero” de manual que comen carne humana y cuya infección se incuba durante varios días después de una mordedura. Por su parte, los zombis de la película no es que sean rápidos, es que son “zombis express”. Corren y brincan como velocirraptores, y el proceso de zombificación tras su mordisco tarda apenas 12 segundos en completarse. Tanto los del libro como los de la película tienen el cerebro como principal punto débil, pero eso es en lo único en lo que se parecen. Es curioso, porque el propio Max Brooks ha criticado a menudo la moda de los zombis rápidos, con declaraciones como la siguiente: “Entiendo por qué son más cinematográficos y por qué han reemplazado casi por completo a los demás tipos de zombis en la gran pantalla, pero yo sigo siendo de zombis lentos. Hacerlos rápidos los ha empobrecido, ha hecho que dejen de dar miedo y se conviertan en monstruos ridículos. La comparación zombis lentos/zombis rápidos es como la comparación entre El caballero oscuro y la vieja serie de TV de Batman”.

 

GUERRA_Z_reportaje_2.jpg

Brad Pitt descubre la novela `Guerra Mundial Z`

 

   Aunque a Brooks se le podrían discutir algunos puntos de su argumentación (películas como 28 días después, REC. o el remake de El amanecer de los muertos de Zack Snyder demuestran que el zombi rápido puede ser espeluznante si se maneja bien), no cabe duda de que, en el caso de Guerra Mundial Z, esta decisión aniquila buena parte de la carga dramática que tenía la novela, cuyo tono reflexivo y angustioso estaba mucho más cercano a obras como The Walking Dead o La noche de los muertos vivientes. Los zombis del libro eran una horda lenta pero inexorable, una gota malaya imposible de parar. Los no muertos saltimbanquis de la película son pura pirotecnia.

   Además, es que los zombis de la película son TAN veloces que acaban por dinamitar la plausibilidad de la historia. Se comportan como un tornado o una plaga de langosta, arrasándolo todo a su paso de forma tan vertiginosa y violenta que, en una situación real, impedirían que el virus se propagase a escala mundial. Sencillamente, las víctimas potenciales se contagiarían o morirían demasiado rápido. Por ejemplo, el principal foco de expansión de las pandemias modernas, que es el tráfico en avión de personas infectadas, no se daría en este caso, porque ningún infectado podría incubar el virus durante un vuelo transoceánico para llevar la enfermedad de una ciudad a otra (de hecho, al infectado en cuestión no le daría tiempo ni de subir la escalerilla del avión antes de ponerse a hacer el zombi). La propia película incluye un ejemplo de esto: un brote de infección en un avión de pasajeros que es a la vez una de sus escenas más espectaculares y más patosas (porque demuestra de manera palmaria que el escenario planteado por los guionistas es un sinsentido).

 

 

1 de 3

 

Facebooktwittermail

No hay comentarios

Agregar comentario