HASTA EL ÚLTIMO HOMBRE noticia: Mel Gibson vuelve a la dirección

¡Por fin! Mel Gibson vuelve a la dirección y lo hace con una de guerra con Andrew Garfield

Que Mel Gibson vuelva a dirigir es para nosotros una gran noticia. Su talento como director, su estilo contundente y visual, su gusto por la violencia, y su gran olfato comercial, está fuera de toda gracias a Braveheart, La pasión de Cristo y Apocalypto, así que nos alegramos de que vuelva por fin a ponerse tras las cámaras, después de una época en la que ha estado repudiado por los grandes estudios, obligándole a subsistir con pequeños papeles alimenticios en películas como El castor, Machete Kills o Los mercenarios 3, después de haber caído en un pozo sin fondo debido a escándalos personales como la acusación de malos tratos a su novia, su detención por conducir borracho, y sus insultos xenófobos.

No será con la peli de vikingos que tenía en proyecto realizar con Leonardo DiCaprio como protagonista (que esperamos que haga algún día), sino con una bélica de la Segunda Guerra Mundial. La historia real de un objetor de conciencia que fue destinado al Pacífico a combatir japoneses y se negó a disparar un solo tiro alegando motivos religiosos, y aún así se convirtió en un héroe de guerra de la batalla de Okinawa llegando a ser condecorado por su valor por el mismo presidente Truman. El guión ha sido escrito por Randall Wallace, amiguete de Gibson por haber sido el guionista de Braveheart, y el papel protagonista recaerá en Andrew Garfield aunque aún no esté confirmado oficialmente, lo que le servirá al chaval (bueno, no tan chaval, que ya cuenta 30 tacos) para descansar de lanzar telarañas entre Amazings Spider-Mans.

A ver qué tal, Mel Gibson ya jugó a soldaditos en Cuando éramos soldados, así que el género bélico no le viene de nuevo. No es la película con la que hubiéramos querido que regresara a la dirección, pero la daremos por buena si sale bien y le sirve para recuperar el estatus de estrella que nunca debió perder por mucho que llamara “tetitas dulces” a la policía que le detuvo por conducir borracho, y a partir de aquí obtiene producción para dirigir proyectos más personales (¿alguien ha dicho la palabra “vikingos”?).