JUSTIN Y LA ESPADA DEL VALOR crítica: Cómo entrenar a tu caballerón

Cómo entrenar a tu caballerón

Versión medieval española de Cómo entrenar a tu
Dragón con Antonio Banderas de entrenador jefe

Por Ray Zeta

<La sopa de ajo ya está inventada, pero eso no quita que pueda cocinarse como los mismos ángeles y degustarse como si fuera un manjar de dioses. Puede incluso que tenga una receta típica de su región de origen, y que una cocinada en otro lugar la copie con tanta gracia y esmero que el comensal no note la diferencia. Hasta se le pueden añadir elementos de otros platos y de la propia cosecha hasta dotar a esa sopa de ajo de entidad propia... Pues con el cine pasa lo mismo. Se puede tomar algo que ya esté inventado, visto mil veces incluso, y hacerlo de nuevo cogiendo cositas de aquí y de allá añadiendo a la vez elementos propios, hasta conseguir un resultado, si no nuevo u original, sí redondo.

Este es el caso de Justin y la espada del valor. Producción cien por cien española capitaneada por Antonio Banderas con guión y dirección de Manuel Sicilia (con una ayudita en la escritura de Matthew Jacobs, todoterreno bragado en series televisivas como Las aventuras del joven Indiana Jones, telemovies como El Dr. Who, y pelis animadas como El emperador y sus locuras), rodada en inglés para entrar en el mercado internacional, y pese a copiar las grandes obras animadas yanquis, no tiene nada que envidiar a cualquier producción Disney, DreamWorks o Pixar, ni en estilo, ni en diseño ni en narración (¡toma ya!). De hecho, la película tiene cosas de todas ellas: de Disney, los personajes y el espíritu; de Pixar, el diseño; y de DreamWorks, su humor y sus gags.

"Mientras no salga ninguna referencia a Eragon, estamos salvados"

Porque lo que han hecho aquí Manuel Sicilia y su equipo ha sido coger como partida Cómo entrenar a tu dragón tanto en la forma como en el fondo (el DreamWorks menos DreamWorks en la historia de DreamWorks), y construir una historia propia a base de tópicos del género medieval, aderezada con elementos disneynianos y pixarianos, hasta conseguir un refrito de todos ellos. Pero un refrito que funciona a las mil maravillas. Si en Cómo entrenar a tu dragón el protagonista era un joven noble y valeroso que acababa salvando su reino gracias a su buen corazón (por negarse a matar dragones), en Justin y la espada del valor ocurre tres cuartos de lo mismo por desear ser caballero (de hecho, Hipo y Justin se parecen tanto como Harry Potter y Percy Jackson).

"Pese a copiar las grandes obras animadas yanquis, no tiene nada que envidiar a cualquier producción Disney, DreamWorks o Pixar"

Este joven impetuoso de corazón puro se revelará contra su destino, pondrá a prueba su valor, conocerá a una chica independiente y segura de sí misma, se enfrentará al villano de turno, y salvará a su reino de la peor de las amenazas. Y todo lo hará muy a lo Disney, con personajes idénticos al Gastone de La bella y la bestia, al Jafar de Aladdin o a la Rapunzel de Enredados, mostrándose tan patoso como se mostraba Hércules al principio de su película, y siendo entrenado como también lo fue éste por Philoctetes, hasta demostrar que un héroe no se mide por el tamaño de sus músculos sino por el tamaño de su corazón (¡toma frase!). Y todo con un estilo de ilustración muy pixariano, y un humor anacrónico muy dreamworkiano en el que salen desde ordenadores hasta locales de comida rápida, pasando por gadgets para robos perfectos.

"Si te separan la cabeza del cuerpo, se acabó"

Añádanle a todo esto mil y una referencias de películas ya clásicas como Los inmortales (uno de los personajes es clavado a Sean Connery como Ramirez… y encima su función es la misma que tenía éste en la película de Russell Mulcahy), Robin Hood, príncipe de los ladrones, El primer caballero, Misión imposible e Indiana Jones entre tropocientos títulos más, como ya hizo la también española Planet 51centrándose en el cine de ciencia ficción, para conseguir la complicidad del espectador amante del género de las aventuras, y obtendrán un refrito, no ya del cine de animación puntero más reciente, sino tanto del de animación como del real.

Lo bueno es que funciona, y lo hace como decía a las mil maravillas. Topicazos como puños bien puestos, bien integrados y bien ensamblados, que aún dejan espacio para detallitos locales como Antonio Banderas divirtiéndose de lo lindo doblando al personaje más antipático de la función con el mismo deje que el Gato con Botas, y un personaje que parodia a Carlos Jesús (¿se acuerdan? El iluminado de Raticulín que descubrió Alfons Arús hace más de 20 años, que ya fue parodiado también por Santiago Segura en El corazón del guerrero). Justin y la espada del valor no ha inventado la sopa de ajo, pero igual que la mencionada Planet 51 y a diferencia de Las aventuras de Tadeo Jones, es una sopa de ajo exquisita./>

INFORME VENUSVILLE

		Sentencia Quaid: Copas de yate



		Recomendada por Kuato a: quien tenga el mono de ver Cómo entrenar a tu dragón2 y no soporte la espera.

		No recomendada por Kuato a: espectadores poco amantes del plagio y reciclaje. Aquellos que no compren ropa en Humana y no separen el plástico, el cartón y el cristal, abstenerse.

		Ego-Tour de luxe por: el personaje de Sota y su grito de guerra: ¡Power and Style! (por si no lo sabían, es uno de los villanos y es gay).

		Atmósfera turbínea por: ya puestos a copiar *Cómo entrenar a tu dragón*, que el cocodrilo alada no se llame “Desdentado”.