LA CARA OCULTA crítica: Gran Hermana

Gran Hermana Si no han visto el tráiler no lo hagan porque les va a joder la peli. Es un consejo de Diario de Venusville Por Ray Zeta

<¡Qué  barbaridad, cómo pasa el tiempo! Parece que hace cuatro días que descubrimos a Quim Gutiérrez hecho un renacuajo en Poblenou, el primer culebrón producido por el canal autonómico TV3, y ya han pasado 18 años. 18 años de televisión y primeros escarceos cinematográficos en los que le hemos visto dar el estirón y crecer hasta convertirse en un mocetón alto y fuerte de 30 años (lo de guapo lo dejaremos estar). Por eso claro, es verlo ahora magrear una teta y tirarse a una tía a cuatro patas con toda determinación y seguridad, y no poder reprimir derramar una lagrimita por el orgullo de padre sentido.

   Y más aún si tenemos en cuenta que dichos actos los lleva a cabo en un film cien por cien venusvillero: un thriller psicológico por el que se pasea jugando al “personaje ambiguo enigmático y misterioso que parece que guarda un secreto y que no sabemos si es bueno o malo jugando a despistar al espectador”. Un papel que nuestro niño desempeña con gran acierto y soltura pese al pobre bagaje adquirido en estos menesteres en sus inicios televisivos (bueno, Bruce Willis, Will Smith y George Clooney también salieron de la televisión, y ahora no parece tampoco que les vaya mal, ¿no?). Al menos durante media película, pues la obra que nos ocupa está contada en dos tiempos y en su segunda mitad cede todo el protagonismo a sus dos actrices, la colombiana Martina García y la patria Clara Lago.

Quim Gutiérrez hecho un mocetón alto y fuerte: amor de padre

   Y si este mismo año España venció a Colombia en un partido de fútbol amistoso por la mínima, si nos basamos en el nivel de interpretación apuntado por las dos actrices citadas, España vence por goleada. No solo porque la colombiana se muestra tan sosa como un alumno de Howgarts dirigido por David Yates, sino porque Clara Lago se revela como una reina del suspense que nada tiene que envidiar a heroínas clásicas de Hitchcock (a excepción de su rubia melena) como Kim Novak, Grace Kelly o Tippi Hedren. Qué desasosiego, canguelo y mal rollito es capaz de expresar sólo con su mirada, llega a protagonizar hace cinco años En la tiniebla, film de clara vocación hitchcockniana a mayor gloria fallida de Demi Moore, y ahora estaríamos hablando de la nueva Ingrid Bergman.

   Porque La cara oculta es un film atrevido y valiente de mucho suspense que, pese a algunos errores (como una bajada de ritmo bestial entre una línea narrativa y otra), toca palos tan diferentes como el de los fantasmas, las investigaciones criminales, el voyeurismo a lo Gran Hermano y, agárrense, el nazismo (como lo oyen, en plan Los niños del Brasil pero reciclado en “Los niños de Colombia”). Un amalgama de subgéneros fantásticos tan diferentes como improbables, que pese a irse combinando con mejor o peor fortuna, acaban enganchando tanto como un serial radiofónico de los que terminaba con la palabra “continuará”, gracias al suspense creado y a dos giros argumentales cojonudos por los que Andres Baiz, su director y guionista, merecería llevarse el Goya, el Oscar, y hasta la Currutaca al Mejor Guión Original.

Quim Gutiérrez en plena faena: ¡ése es mi niño!

   La cara oculta es la típica peli de terror o pseudo-terror realizada por un director joven (Andrés Baiz ya dio muestras de su precocidad hace 4 años con Satanás) que al igual que otras como Los sin nombre de Jaume Balagueró, o El habitante incierto de Guillem Morales, a pesar de lo ambicioso, lo descabellado, y lo marciano de su propuesta, salen bien porque ya sea por su corta edad, por sus ganas de triunfar y de comerse el mundo, o por querer hacerse famosos para ligar más, vayan ustedes a saber, sus directores hacen gala de tener tan pocos complejos como los publicitados por el whisky Dyc. Y como eso se nota, nosotros, que somos muy respetuosos con los que se esfuerzan y se arriesgan, correspondemos mirándonos la peli con buenos ojos y mejor voluntad, y pasamos por alto todos los elementos que chirrían como una bisagra sin 3 en 1.

   Exactamente igual que cuando vimos a nuestro querido Quim Gutiérrez a cuatro patas y con expresión de lascivia gay al final del videoclip de Berto & the Border Boys “Me lo tiro”./>

INFORME VENUSVILLE
		Sentencia Quaid: Copas de yate
		Recomendada por Kuato a: espectadores que como en los anuncios del whisky Dyc se presenten a una primera cita esperando que el enorme grano de la nariz cuele como un piercing, demostrando no tener complejos.
		No recomendada por Kuato a: Luis Cobos, más que nada porque Quim Gutiérrez parece ser demasiado joven para dirigir la Orquesta Filarmónica de Bogotá, aunque el chaval se lo curre para dar el pego como dirigiendo.
		Ego-Tour de luxe por: la chimenea, siempre encendida a la perfección como si de un anuncio de seguros de vida se tratara, aunque fuera no parezca hacer frío.
		Atmósfera turbínea por: a riesgo de parecer simple, lo plana que está Martina García, ya que es la única que enseña algo. Colombiana por colombiana, haber puesto a Angie Cepeda, que esa sí que tiene de todo y en cantidad.

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