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LA CAZA crítica: Kill Kill

Juego mortal de supervivencia con una heroína pariente de La novia de Kill Bill en La caza

ROBERT THORNHILL

A la chita callando, Blumhouse se está convirtiendo en el mecenas ideal para proyectos de bajo presupuesto, orientados a ese público que espera pasárselo bien con ideas surrealistas que cobran más valor si tienen tintes ochenteros. Además de apuntarse el tanto de rescatar del ostracismo al único e irrepetible M. Night Shyamalan, la amplia filmografía que va acumulando la productora, con títulos imprescindibles para todo amante del fanterror como Déjame salir, Paranormal Activity o Insidious, hacen que ver el nombre de la empresa de Jason Blum en los títulos de créditos, se haya convertido en sinónimo de que algo interesante se avecina.

Y con La caza han vuelto a dar en la diana. Película sencilla, sin grandes efectos especiales ni actores de relumbrón, pero que desarrolla un guion muy práctico sin fisuras importantes que se degusta con placer y voracidad. En lo que se podría empezar a llamar ya como el subgénero "Murder Pleasure", donde los personajes matan por diversión, La caza se desarrolla como una gimcana salvaje donde un grupo de pijillos se montan un safari tuneado para cepillarse a unos cuantos infelices. Como en los casos recientes de Noche de bodas, Bacurau o la saga The Purge, el guion simplemente prepara el terreno para esbozar una sonrisa cuando a uno le vuelen la tapa de los sesos o a otra le claven un arpón en el pecho.

 

"Para la próxima partida me traigo una katana"

 

Pese a los referentes recientes comentados, ese argumento que gira en torno a esos ricos psicópatas que matan a indigentes por simple deporte, recuerda más a películas como la excelente Blanco humano de John Woo con un jovencito y machote Jean-Claude Van Damme, y la menos icónica pero igualmente testosterónica Juego de supervivencia con Rutger Hauer y Gary Busey. La caza recoge esa idea del killing sport pero multiplicando por diez el número de jugadores y, sobre todo, añadiendo más contenido cómico para convertirse en una comedia de terror negra que haría las delicias en un hipotética proyección en el Festival de Sitges.

"El guion de La caza prepara el terreno para esbozar una sonrisa cuando a uno le vuelen la tapa de los sesos o a otra le claven un arpón en el pecho"

A parte de ese aspecto más desenfadado, La caza adquiere su personalidad propia respecto a las anteriores añadiendo un toque cultureta a la historia, concibiendo a esas victimas propiciatorias elegidas a dedo como el Gran Hermano de "Rebelión en la granja", contra los que hay que acabar. Así, al cerdito que aparece en el poster de la película se le llama Orwell (en honor a George), y al personaje más carismático se le apoda "Snowball", en honor al cerdito que lidera la revolución en la granja del libro.

 

"A ver si aún recuerdo alguna llave de mi época de Karate Kid"

 

Aunque globalmente La caza se plantee como el típico survival modo "Los diez negritos" (en este caso doce), donde la gracia está en saber en qué orden van a ir cayendo los personajes de turno,el peso de la película cae rápidamente en esta Snowball encarnada por Betty Gilpin (vista en comedias como Stuber Express o la serie Glow), quien se convierte en la auténtica máquina de matar y de soltar frases lapidarias. Un Jason Statham en versión mujer, vamos. Con una similitud evidente con Sandra Bullock pero en rubia, suyas son las mejores escenas, y esa forma de hablar de perdona-vidas le augura un prometedor futuro en el incipiente género de las heroínas de acción.

Dejando de lado esas salpicaduras políticas y sociales con las redes de por medio, esta lucha entre las élites y los deplorables (como dijo Hillary Clinton) no deja de ser un entretenido divertimento en el que corre la sangre con alegría y el ritmo no decae en ningún momento con constantes momentos cómicos como los del búnker, donde la parodia llega a su momento más bizarro. Y qué decir de ese cuarto de hora final donde aparece una Hillary Swank emulando sus tiempos de Million Dollar Baby para batirse en duelo con una Betty Gilpin en plan UrmaThurman, que nos recuerda rápidamente la mítica pelea entre Vernita Green y Beatrix Kiddo en Kill Bill: Volumen 1... Una escena que dejará un buen recuerdo de la película, porque aunque Blumhouse nos presente muchas veces auténticos truños comoFantasy Island, Black Christmas o You Should Have Left, hay que agradecerle que apueste por joyitas como El regalo, Upgrade o esta La caza, una opción palomitera de primer nivel para este verano 2020.

 

INFORME VENUSVILLE

Venusentencia: Copas de yate

INF VNV 4

Recomendada por Kuato a: los nostálgicos del gran John Carpenter y los fans del Tarantino más juguetón y salvaje.

No recomendada por Kuato a: los que sean fanáticos de la obra y las ideas luminarias de George Orwell. Por decirlo de alguna manera, se banaliza su filosofía sin rubor.

Ego-Tour de luxe por: esa escena casi inicial en que se le arranca literalmente un ojo a un personaje. Prometedora carta de presentación, sin duda.

Atmósfera turbinea por: que esta película fuera censurada en los USA por el mismísmo Donald Trump tildándola de izquierdista y racista. En fin, demagogia pura y dura.

 

LA CAZA. "The Hunt" (2020). Dirección: Craig Zobel. Guión: Nick Cuse, Damon Lindelof. Reparto: Betty Gilpin, Hilary Swank, Ike Barinholtz, Wayne Duvall, Ethan Suplee, Emma Roberts, Christopher Berry. Estreno en Venusville: 31/07/2020.

 

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