LA DESCONOCIDA crítica: No se puede luchar contra el “amor”

Thriller con una sorpresa que no se puede desvelar, aunque se vea venir desde tres pueblos antes

Esta es una crítica bastante complicada. La pantalla está en negro y aún no ha aparecido ninguna imagen, cuando sale un párrafo escrito por el mismo director que nos ruega que no contemos nada de la trama para no estropear la sorpresa a los nuevos espectadores. Entonces, ¿cuánto se puede contar? Puedo poner un par de líneas de sinopsis y pivotar sobre una idea para que se entienda lo que quiero decir sin destripar nada.

Evidentemente estoy en contra de los spoilers en una crítica cinematográfica sin que se advierta que los habrá, siempre que escribo sobre una película voy con cuidado de no contar más de lo que debería por respeto al prójimo (algo que se está perdiendo, pero no cambiemos de tema), lo que me perturba y me encorseta es que no sé hasta dónde puedo llegar sin destripar esa “gran sorpresa” que se nos anuncia al principio.

"Aquí es donde entierran a los que destripan la sorpresa"

El problema es que no estamos ante un increíble giro argumental que nos sea imposible de predecir, ni ante una escena loquísima que nos cambie el prisma del drama. Lo cierto es que todo lo que ocurre se ve venir de lejos, y salvo algún detalle, todo ocurre más o menos como debería. Luego termina y te preguntas: ¿qué es exactamente lo que no se puede contar? ¿Todo el misterio se sustenta en un giro que ocurre en los primeros quince minutos de película? ¿Está permitido hablar de cierta película norteamericana que se parece mucho-mucho a ésta? No lo dirían nunca, pero ese párrafo del principio no me gustó demasiado.

Leonardo es un señor de mediana edad que le gusta chatear con quinceañeras haciéndose pasar por uno de ellos. Tiene un sistema perfectamente engrasado para obligar a las chicas a quedar con él y obligarlas a... bueno, ya se lo pueden imaginar. Esta tarde ha quedado con Carolina, y todo va como la seda hasta que ella empieza a comportarse de una manera extraña. Y hasta aquí puedo contar sin que me dispare el francotirador.

“La Desconocida tiene un planteamiento de thriller, pero se mueve como si fuera un drama”

La Desconocida tiene un planteamiento de thriller, pero se mueve como si fuera un drama. Ayuda la perpetua incomodidad que existe en casi todas las escenas, una sensación totalmente buscada aunque a veces se pasa de rosca con unos planos larguísimos y silenciosos, en los que te preguntas si todo esto estaba pensado o si a alguien se le olvidó apagar la cámara y lo aprovecharon.

La desconocida la dirige Pablo Maqueda, el cual ya lleva un par de películas y un documental, pero a quien no conocía hasta ahora. Es una adaptación de una obra teatral y queda aparte las no pocas similitudes con una película que con sólo mencionarla, en el caso de que la hayan visto, ya estaría traspasando esa línea roja y por tanto sería sacrificado y entregado en ofrenda a los dioses.

"Te daré una pista: nuestra peli modelo está chupada"

Donde sí que me tengo que parar es en los dos personajes protagonistas. Laia Manzanares está correcta, y aunque uno tiene que poner un poco de su parte para creerse que es una adolescente, en general es un personaje muy difícil de interpretar y lo logra con solvencia. Pero Manolo Soto está impresionante, un pedófilo que habla por los codos y que se la pasa haciendo un monólogo detrás de otro con un tono amable pero tremendamente venenoso.

Además, por su seguridad al hablar, impone sin ser un hombre especialmente corpulento, y llega a intimidar muchísimo sumándose a un ritmo y a un argumento que, como decía más arriba, es bastante incómodo para el espectador. En definitiva, La desconocida no es una mala película (tampoco buena), pero se cree más grande de lo que realmente es y eso acaba restando.

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