LA PURGA: INFINITA crítica: El bueno, el feo y el purgo

Quinta Purga, en esta ocasión pasándose por el forro la ley de los Nuevos Padres Fundadores

Lo bueno de la saga La Purga es que la premisa de una noche anual en la que es legal todo tipo de delitos y crímenes, incluido el asesinato, ofrece más posibilidades que una navaja suiza. Sin necesidad de contar con protagonistas fijos, se pueden conocer mil personajes (ciudadanos de bien, ciudadanos cabrones, políticos de bien, políticos cabrones), explorar mil situaciones (cómo se vive la noche en el interior de las casas, cómo se vive en las calles, cómo se vive en los despachos gubernamentales…), probar mil subgéneros cinematográficos (desde el home invasion al street action, pasando por el de survival movie) y rendir mil homenajes (desde 1997: Rescate en Nueva York a Solo en casa).

Lo que nació de la mente de James DeMonaco (guionista de las cinco películas y director de las tres primeras) en forma de cinta de serie B simplona pero efectiva, se ha convertido a la chita callando en una saga con entidad propia y con más capas que una cebolla, al explorar aspectos tan diversos como la naturaleza humana, la violencia, la supervivencia y la política (la noche de la Purga se vende como una catarsis para los ciudadanos, pero en realidad se trata de un control gubernamental de la población el con el fin de reducir las clases sociales más pobres para mejorar la economía global), y contar las historias humanas de los personajes que se siguen a lo largo de la noche de marras, como un Reality Show titulado “Doce horas con”.

"Y yo que creía que lo de la purga era un laxante..."

En La Purga: Infinita nos alejamos de las intrigas políticas de Election: La noche de las bestias y regresamos al survival de Anarchy: La noche de las bestias, con un nuevo grupito variopinto que debe unir sus fuerzas para llegar a un lugar seguro sorteando los obstáculos que les sale al paso a modo de gincana. Situación vista ya anteriormente aunque con una novedad: en esta ocasión la acción no se desarrolla durante la noche de la Purga sino durante el día después. Es muy fácil (y aburrido) parapetarse en un bunker blindado de siete de la tarde a siete de la mañana, y esperar pacientemente que la Purga pase viendo dibujos animados de Hannah-Barbera, ¿pero qué pasaría si los pro-purgueros se organizaran para continuar la Purga al día siguiente pillando al país con los pantalones bajados?

“En La Purga: Infinita nos alejamos de las intrigas políticas de Election: La noche de las bestias y regresamos al survival de Anarchy: La noche de las bestias”

Esa es la premisa de La Purga: Infinita, de nuevo el mismo perro aunque con un collar razonablemente diferente como para parecer nuevo. Esta vez sucede a la luz del día, se substituyen los espacios cerrados por los espacios abiertos, y al tratarse de una carrera contrarreloj hacia México (el grupito variopinto está formado por la familia propietaria de un rancho y sus empleados mexicanos), presenta hasta tintes de western fronterizo (ahí es ná), con indios y vaqueros, el Séptimo de Caballería motorizado, y tiroteos en el desierto en la más pura tradición de Sergio Leone (bueno, no tanto, discúlpenme, me he dejado llevar). Características todas ellas que hacen de este episodio purguero un episodio con su propia personalidad.

"A partir de ahora 'La noche de las bestias' será 'La noche de Donnie Darko'"

Y aún algo más: un componente político que denuncia la xenofobia imperante en Estados Unidos y la actual política de emigración, abogando por la inclusión racial con un discurso con el que Donald Trump estará encantado. En La Purga: Infinita no son los mexicanos los que cruzan ilegalmente la frontera como espaldas mojadas, es al revés, son los norteamericanos quienes deben huir a México en forma de refugiados políticos. ¿Se imaginan si Trump hubiera construido su prometido “infranqueable, grande y hermoso muro”? Aunque si fuera Trump quien estuviera en la presidencia en lugar de los Nuevos Padres Fundadores, no duden de que él mismo saldría con su camiseta de Punisher a limpiar las calles de las grandes ciudades...

Pero no se asusten, que esto es una peli de La Purga y no un documental de Michael Moore, por eso el componente político permanece en segundo plano y se prioriza lo que todos queremos: la violencia que genera la noche de marras, y lo hace como es habitual en la saga, sin escatimar en planos explícitos y sangre. En las pelis de La Purga, un cráneo es atravesado con un cuchillo con la misma facilidad que es aplastado de un mazazo, lo que se agradece, pues ésta no es una saga de pelis para para niñitos pre-púberes como Los juegos del hambre, sino para hombres curtidos en mil batallas, mil bares y mil pelis de Paul Verhoeven. James DeMonaco anunció que ésta sería la quinta y última Purga, pero parece que está pensando una sexta. Por nosotros que la ley de los Nuevos Padres Fundadores de América impere para siempre.

INFORME VENUSVILLE

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