LOS JUEGOS DEL HAMBRE crítica: Perseguida

Perseguida Campamentos de verano inspirados en Battle Royale, Perseguido y... sí, también Crepúsculo Por Ray Zeta

<Con curiosidad y desconfianza he acudido al visionado de Los juegos del hambre. Curiosidad porque por los datos taquilleros que la avalan (cifras que no se veían desde Avatar), está siendo la película de la temporada. Y desconfianza porque al tratarse la novela de Suzanne Collins de un producto para adolescentes, temía encontrarme ante un nuevo Crepúsculo por mucho que las promos mostrasen a Jennifer Lawrence arco en mano. Y eso que por su argumento, una sociedad futurista que organiza un programa televisivo en el que 24 adolescentes son dejados en un bosque para que se maten entre ellos, recordando a partes iguales la japonesa Battle Royale y el Perseguido de Arnold Schwarzenegger, se hacía difícil pensar que podíamos estar ante una nueva crepusculada...

   Empezamos con un alargado prólogo que nos muestra las distintas clases sociales de la sociedad futurista, siendo la más pobre una recreación del medio oeste americano rural (ese en el que la quintaesencia de la elegancia femenina es llevar un vestido a lo La casa de la pradera y peinarse con trenzas), y la más rica una horterada estética mezcla de Regreso al futuro 2 y Acción Mutante. Es ahí por donde van pasando una a una las estrellas caracterizadas a cual más ridícula. Woody Harrelson con look rubiales de surfista californiano, Stanley Tucci con un pelucón azul con moñito japo incorporado, Toby Jones con otro pelucón mezcla de Amadeus y Pumuki, Wes Bentley con barba mefistofélica, y Donald Sutherland, éste el único que sale normal (claro, como la veteranía es un grado y el abuelo lleva mucho mili, debió exigir que a él no lo convirtieran en chico Almodóvar con pinta de travelo como a los demás).

"Ya tuve bastante con las pintas de zaparrastroso que me pusieron en Maleficio"

   Nos empiezan a poner la miel en los labios cuando asistimos a los adiestramientos y a la evaluación de los concursantes en técnicas de combate y de supervivencia (como los X-Men entrenándose en la sala Peligro), y empezamos a conocer a los diferentes concursantes, aquí llamdos “tributos” (el chulillo, el negro, la niñita simpática…), creándonos unas expectativas que ni las de un folletín por entregas hablando, recordando y recalcando una y otra vez lo peligroso del juego en cuestión (y más aún cuando en unas imágenes de archivo nos enseñan cómo el ganador de la última edición se proclamó vencedor al eliminar al último concursante que quedaba además de él, reventándole la cabeza a ladrillazos –vencedor anecdóticamente interpretado por el cantante Lenny Kravitz; será que los productores sintieron celos al ver a Rihanna en Battleship y no quisieron que su película fuera menos-).

   Se nos hace la boca agua y nos relamemos los bigotes esperando los juegos mientras recordamos la violencia explícita de Battle Royale y a Arnie cargándose de la manera más cafre a los cazadores de Perseguido, pero una vez que empiezan dichos juegos… nuestro gozo en un pozo. Será la maldita influencia crepusculera, el deseo de los productores de mantener la clasificación para todos los públicos a toda costa o ambas cosas, pero lo cierto es que sale más violencia en El rey león con Scar dejando caer a Mufasa ante una manada de ñús, que en todo Los juegos del hambre, lo que no deja de tener delito y mérito a partes iguales si nos atenemos a su argumento. Lo repito para que no hayan dudas: 24 adolescentes son dejados en un bosque que alberga distintas armas manuales como cuchillos, espadas, y arcos, y deberán matarse entre ellos sin regla alguna hasta que como en Los inmortales, sólo quede uno.

"Mi programa de adiestramiento ha consistido en ver Acorralado veinte veces seguidas"

   De juzgado de guardia pues. ¿Cuántas muertes creen que salen de las 23 posibles? Pues una o ninguna, y encima son de lo más light y la mayoría de ellas fuera de plano, no sea que se escandalice alguna de las mamás que lleva a su hijita de doce años al cine. Porque el objetivo del director no es mostrar una sucesión de muertes violentas para que se relama el friky sádico, ni tampoco reflexionar sobre los realities o la televisión de masas, sino mostrar la lucha por la supervivencia en solitario de la heroína para que el público pre-púber sufra por ella, abogando por valores como la amistad, la fidelidad y el amor, en vez de por un manual de sadismo sangriento descarnado. Y el blandengue tono que va a imprimir en esta parte de película lo deja bien claro así que suena el pistoletazo de inicio de los juegos. Una secuencia en la que hay muertes a porrillo, la filma de refilón con un montaje de lo más confuso a ritmo de música machacona para despistar, sin enfocar ni centrarse en ninguna de ellas.

   Si a esto le suman además una duración exagerada de 135 minutos e incongruencias by the face a tutti pleni, como que haya una cámara en cada árbol y rincón del bosque, o que se pueda moldear dicho bosque desde una sala de control añadiéndole desde incendios a perros monstruitos que recuerdan las gárgolas de Ghostbusters, simplemente introduciendo un holograma en una pantalla como si de Tom Cruise en Minority Report se tratara, obtenemos que además de un producto light y blandengue a más no poder facturado para pre-adolescentes con cero de violencia pese a ir de lo que va, Los juegos del hambre es también una peli tramposa en cuanto a planteamiento, revelándose como una burda estafa que podrá satisfacer al público más joven, pero que indignará de lo lindo al adulto o al que tenga dos dedos de frente. Íbamos a ver la versión femenina de Perseguido, y a quien van a tener que perseguir para que vea la segunda parte va a ser a nosotros./>

INFORME VENUSVILLE
		Sentencia Quaid: Condenada a alforfones
		Recomendada por Kuato a: espectadores que fueron a ver Crepúsculo, Soy el número 4 y Caperucita Roja, cogiditos de la mano de su mamaíta.
		No recomendada por Kuato a: quien recuerde con nostálgicas lágrimas en los ojos a Arnie degollando con un cable, y atravesando con una sierra mecánica respectivamente, a los cazadores Sub Cero y Buzzsaw en Perseguido.
		Ego-Tour de luxe por: el maquillaje de camuflaje de Josh Hutcherson. Ni John Rambo cargándose a los polis de Acorralado.
		Atmósfera turbínea por: puestos a ir de rollo pre-adolescente, no haber sacado a Justin Bieber en lugar de a Lenny Kravitz.

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