LOS JUEGOS DEL HAMBRE: SINSAJO – PARTE 2 crítica: Del hambre al empacho

Los juegos del hambre llega a su fin tras un empacho de cuatro correosas películas

■ RAY ZETA

¡Gracias a Dios! ¡Por fin la saga de Los juegos del hambre ha llegado a su fin! Creía que no viviría para verlo pero así ha sido. Una franquicia más del cine "fantasteen" (cine fantástico para adolescentes) a la que hemos sobrevivido todos los mayores de 20 años, porque está claro que es un producto destinado sólo a espectadores (y espectadoras y espectadorcitas) en una franja de edad situada entre los 10 y los 20 (a los de 21 ya se les supone como el valor de la mili raciocinio suficiente para rehuirla). Una saga que pese a su gran éxito comercial en taquilla, se salda con un balance global de un "Condenada a alforfones" de tomo y lomo (repasen las tres críticas de los episodios anteriores y verán que todas ellas obtuvieron esa valoración, que es la más baja).

Una saga que representa una de la mayores estafas cinematográficas de los últimos tiempos porque nunca ha dado lo que ha anunciado ni cumplido lo prometido. Ya el primer episodio fue un atraco a mano armada al tener como premisa un survival game en el que 24 jóvenes eran abandonados en un bosque para que se mataran entre ellos con armas blancas de la manera más cafre, saldándose sin salir ni una sola pizca de violencia (no sea que las mamás se escandalicen, ¿verdad?). La segunda parte fue una mera repetición de la primera basada en la misma premisa fallida. La tercera una película puente al episodio final donde no pasaba nada, repitiendo una y otra vez hasta la saciedad una única idea: que Jennifer Lawrence es el símbolo de la Resistencia.

"Mejor que sea sólo la puntita porque si es toda me haces daño"

Y la cuarta, un capítulo final donde tampoco se cumple lo prometido, ya que a riesgo de cometer spoilers dada mi indignación, se derroca el Capitolio de Panem (esto ya se lo podían imaginar), pero no en una ofensiva militar como se nos lleva anunciando película tras película, sino por otra vía que nos sisa el prometido ataque final. El resto del metraje, siguiendo la tónica habitual de la saga, está rellenado a martillazos con infinitos diálogos con ínfulas de trascendencia que a la práctica se revelan tan sosos como gratuitos e innecesarios. Manera ruin y vil de alargar este capítulo final titulado "Sinsajo" en dos partes, cuando con una sola entrega y además cortita, sobraba y bastaba.

“Una saga que pese a su gran éxito comercial en taquilla, se salda con un balance global de un Condenada a alforfones de tomo y lomo”

Eso, y un par de pruebas de gincana que siguiendo la línea de la segunda parte (recuerden las nieblas tóxicas, los tsunamis y los mandriles cabreados) aparecen por la cara sin justificación alguna. Esta vez son trampas-bombas camufladas, una lava negra desintegradora que aún me pregunto de dónde ha salido (la envían desde el Capitolio, sí, ¡¿pero cómo?!), y cayendo en el más estrepitoso de los ridículos, monstruitos a medio camino entre los zombies vampiros de Soy leyenda y las criaturas de The Descent (como lo leen, será que han cogido celitos de las que salen en El corredor del laberinto 2). Escenas de acción aún más gratuitas que los diálogos y que tienen aún más delito al suspender la credibilidad del espectador por salir por arte de magia sin la más mínima explicación (ni siquiera lo intentan).

"Mejor que sea toda porque si es sólo la puntita me haces cosquillas"

Pero claro, como el producto va destinado como hemos dicho a un público mayoritariamente pre-adolescente, nadie va a pedir explicaciones de por qué ocurre esto o lo otro. Lo único que les interesa es descubrir el desenlace del triángulo amoroso entre la marimachorra Jennifer Lawrence, Josh Hutcherson y Liam Hemsworth, que en este caso no son un vampiro y un hombre lobo, sino un chulito cachitas guapetón (Liam), y un mequetrefe escuchimizado sosainas (Josh). ¿Cuál preferiríais vosotras, queridas lectoras de Venusville? ¿Al malote que os promete emoción o al buenazo que os promete protección? No os preocupéis porque esto sí que lo responde la peli. El ataque al Capitolio no sale, pero con quién se queda la niña, sí, lo que tiene cojones.

Pero lo damos por bueno, porque aunque hayan sido cuatro películas más fiasco que el timo de la estampita (la primera y la segunda) y más alargadas que el chiste de un tartamudo (la tercera y la cuarta), por fin se ha derrotado al Capitolio y Panem vuelve a ser libre, lo que nos llena de alegría y satisfacción. Pero no porque haya triunfado el Bien sobre el Mal y los personajes de la película sean felices y coman perdices, sino porque por fin se ha acabado el tener que sufrir un episodio anual de la franquicia de marras. Así que alzamos nuestra mano derecha con los tres dedos centrales extendidos al modo del saludo de la Resistencia, nos la guardamos en el bolsillo, y nos tomamos un Alka Seltzer, que con la saga Los juegos del hambre hemos pasado del hambre al empacho.

INFORME VENUSVILLE

Venusentencia: Condenada a alforfones

Recomendada por Kuato a: los que no puedan resistirse a la morbosa visión del "The end" en los títulos de crédito.

No recomendada por Kuato a: quien ya tuvo suficiente estafa con la primera parte. Y con la segunda, y con la tercera...

Ego-Tour de luxe por: una vez más, Donald Sutherland, que apenas sale en un par de ocasiones y se adueña de la función al interpretar su personaje de Presidente Snow siendo incapaz de aguantarse la risotada al ser el único consciente del producto en el que está.

Atmósfera turbínea por: que Woody Harrelson salga tan poco. El único capaz de competir con Sutherland a quién rueda con más resaca, y en esta entrega apenas tiene escenas.

■ LOS JUEGOS DEL HAMBRE: SINSAJO – PARTE 2. Estreno en Venusville: 27/11/2015