MALASAÑA 32 crítica: Terror en Madrityville

Casas encantadas en el barrio de Malasaña durante los años 70 a modo de "Cuéntame" terrorífico

Iker Jiménez lleva más de quince años dignificando el testigo de su mentor, el pionero Fernando Jiménez del Oso, como gurú de las historias paranormales no aptas para escépticos. Primero desvelándonos hasta altas horas de la madrugada en la radio, y ahora en uno de los programas más longevos de la televisión con ese “Cuarto milenio”, pozo sin fondo donde todo suceso sobrenatural con cierta enjundia tiene cabida gracias a esa atmósfera misteriosa que imprimen a sus relatos, aunque lo que se esté contando se sostenga con papel de fumar. El rotundo éxito del programa se basa en sacarle jugo a esas leyendas negras de la España profunda, aprovechadas en las grandes ciudades como reclamo turístico montando rutas nocturnas del terror que visitan lugares malditos con pasado sangriento.

Tuvo que ser Paco Plaza con Verónica el primero que aprovechó ese inestimable filón abierto por Iker, traspasando a la gran pantalla una historia basada en el denominado "Caso Vallecas": unas traviesas adolescentes jugaban a la ouija y daban vida a espíritus con ganas de marcha, en una propuesta certera que se convirtió en una de las pelis más vistas del año 2017 al aunar con habilidad ese terror clásico que tanto nos gusta, con el hecho de estar basada en hechos reales. Malasaña 32 sigue la estela de ese prometedor portal abierto por Plaza, en el que se aprovecha el amplio legendario hispano de hechos terroríficos y misteriosos, para montar el hilo conductor de un práctico guion que sirve de pasto para una gimcana de sustos que tanto buscan los amantes del género, dando como resultado la primera gran película de terror del 2020 superando las expectativas creadas.

"Como 13 Rue del Percebe, pero con fantasmas en lugar de portera y moroso"

En realidad, al contrario que en Verónica, Malasaña 32 no está estrictamente basada en hechos reales, sino que aprovecha que el barrio madrileño de Malasaña tiene el aura de maldito por los asesinatos en serie y truculentas clínicas abortivas presentes, para montar una tradicional historia de casas encantadas. Historia donde tienen cabida todos los habituales clichés del cine de terror, desde los espíritus rencorosos con cuentas pendientes terrenales, a los personajes poseídos que levitan, pasando por algún exorcismo casero y, ¡cómo no!, los niños, como siempre objetivo de las iras ultraterrenales.

"Malasaña 32 sigue la estela de ese prometedor portal abierto por Plaza con Verónica, en el que se aprovecha el amplio legendario hispano de hechos terroríficos y misteriosos"

Ambas películas suponen una respuesta patria a ese "Warrenverso" creado por el gran James Wan que, con sus Expediente Warren, Annabelle, La monja y La llorona, ha creado un universo en exitosa expansión a partir de los casos reales de la familia de cazafantasmas por excelencia, formada por Ed y Lorraine Warren, que ha venido a dignificar el género del terror sobrenatural sin salirse mucho de los cánones, pero siendo efectivos en general a la hora de crearle mal rollo al espectador.

"Haremos la versión española de los Warren y les llamaremos los Garrido"

Malasaña 32 supone la confirmación de Albert Pintó, cuya ópera prima dirigida junto a Caye Casas Matar a Dios, ya nos había dejado un buen regusto por ese chorro atrevido de sentido de humor negro que se llevó el Premio del público en el festival de Sitges de 2017. Aquí nos sorprende por su gran oficio en el terreno de las casas encantadas: esa mecedora con vida propia, esas puertas que se cierran a su antojo, esa bolita que se mueve por arte de magia, o ese uso inteligente de los silencios previos a clavártela, demuestran que los mecanismos de Terror en Amytville, Al final de la escalera o Insidious, los tiene perfectamente fagotizados.

Se le puede criticar ese pirateo constante de escenas ya vistas una y mil veces en esos clásicos que todos tenemos en la cabeza, e incluso que el fantasmita delgaducho y de brazos extensibles no sea muy diferente al Slenderman yanqui, pero esta falta de originalidad no es un obstáculo para que Malasaña 32 sea una creación de gran factura con identidad propia que encajaría perfectamente en el citado "Warrenverso". Si el “basajaun” de El guardián Invisible y el “tarttalo” de Legado en los huesos suponen la evidencia de que no hay que ir a los USA para encontrar seres mitológicos, Verónica y Malasaña 32 dejan el campo abierto para explorar toda la rica tradición de brujería, apariciones extrañas y espectros hispanos, que deben ser explotados sin rubor sin necesidad de subtítulos. Solo los 611 programas de “Cuarto milenio” son una mina de oro para cualquier director con ideas diabólicas.

INFORME VENUSVILLE

Venusentencia: Copas de yate

Recomendada por Kuato a: aquellos que tengan marcado en su calendario el estreno de Expediente Warren: El Diablo me hizo hacerlo.

No recomendada por Kuato a: madrileños que viven en el barriode Malasaña y que hayan descubierto por esta peli que el ahora ambiente cool y new-age de la zona, fue en su momento el Bronx de la ciudad donde la sangre corría alegremente.

Ego-Tour de luxe por: ese cameo de nuestra gran Concha Velasco. Y que si, en Verónica la banda sonora tenía a Heroes del Silencio como protagonista, aquí son Julio Iglesias y Raphael los que toman el testigo dando un toque de identidad setentera muy acertado.

Atmósfera turbnea por: le tenemos mucho aprecio a Javier Botet, pero ese papel (casi cameo) con ese ridículo bigotito es muy poco convincente. Mejor que siga explotando sus papeles en la sombra como los de Mama o REC.

■ MALASAÑA 32. "Malasaña 32" (2020). Dirección: Albert Pintó. Guión: Ramón Campos, Gema R. Neira, David Orea, Salvador S. Molina. Reparto: Begoña Vargas, María Ballesteros, Javier Botet, Sergio Castellanos, José Luis de Madariaga, Luis Fernández de Eribe, Iván Marcos, Bea Segura, Pablo Vázquez. Estreno en Venuville: 17/01/2020.